William Salí de la empresa endemoniado, sentía que echaría fuego desde mi interior. Encendí el motor de mi auto y conduje a toda velocidad sin tener un rumbo fijo, quería buscar a Ashley, pero también temía que al verla nuevamente cayera en sus garras como la primera vez.Sin estar cien por ciento seguro, me dirigí a su apartamento, ya era hora de confrontarla y decirle de una vez por todas que se había metido con el hombre equivocado. Lamentaría haber estado junto a mí un año solo para apuñalarme por la espalda, la quería hacer arrepentirse de meterse conmigo.Estacioné el auto de golpe frente al edificio de Ashley y subí a las carreras hasta su apartamento.— Ashley sal de inmediato.— grité golpeando con fuerza su puerta.— se que estás ahí, deja de esconderte y da la cara.— Disculpe joven, me temo que la señorita Ashley no sé encuentra.— dijo una anciana, saliendo al pasillo.— hace varios días que Ashley no aparece por aquí.— Disculpe el escándalo. — me disculpé recomponiéndome, m
Ashley La oportunidad de haber conseguido un empleo en la empresa que compró el software robado, y dónde podía encontrar pistas sobre el fraude en el que me involucraron, se había convertido en un verdadero tormento. Sabia bien como eran los tipos como Hans, y ahora que me lo había encontrado este no me dejaría en paz hasta conseguir acostarse conmigo.Ya conocía esa mirada, desde que empecé a trabajar fue así, jefes, empresarios y clientes, que se creían con el poder de meterme a sus camas por el simple hecho de tener más dinero que yo. Nunca olvidaría cuando tenía diecinueve años y trabajaba como asistente para un banquero importante, este me encerró en su oficina para comenzar a acosarme, de no ser por el señor de mantenimiento que escuchó mis gritos, no sé lo que hubiera ocurrido.Desde ese día sabía que debía cuidarme siempre, los hombres con esa mirada como la de Hans, no se detienen cuando les dices que no y se creen con el derecho de querer tomarte por la fuerza. Con ese pensa
Ashley Debía ocultarle a Hans el mayor tiempo posible mi pasado con William, pero mi plan se desmoronaba al encontrarme a este último frente a Hans. Sería imposible que no se enterará, puesto que era un tipo muy astuto y además no se me ocurría ninguna excusa creíble que pudiera decirle.— ¿Entonces no responderás a mi pregunta?.— volvió a cuestionar él mientras yo seguía inmóvil, ya todo se había acabado, podía ver en sus ojos que él sabía quién era yo y qué hacía trabajando en su empresa.— Puedo explicarlo.— balbucee, era obvio que él no permitiría que yo volviera a poner un pie en su empresa.— Estaba seguro de que te llevaría a la cama está noche, pero creo que enterarme de esto me beneficiará mucho más.— dijo poniéndose de pie y tirando unos billetes en la mesa.— no te preocupes yo invito la cena, por cierto creo que es mejor que no te metas en lo que no te incumbe y dejes todo como está.— esto último lo dijo en un susurró acercándose a mi oído, lo dijo en un tono muy bajo, pero
William Ver a Ashley de nuevo y tratarla de esa manera me costó mucho, no me gustó ver tanta tristeza en su mirada así supiera que solo fuera parte de su actuación, pero no la podía dejar hablar, tenia miedo de que me mintiera y yo le creyera de nuevo, no podía permitir que siguiera jugando conmigo, por eso estaba haciendo esto, porque la odiaba con la misma intensidad que la amaba y no podía soportar verla con otro hombre, mucho menos con Hans. Por eso estaba dispuesto a obligarla a que se case conmigo, verla ayer con ese imbécil me dejó muy mal y hoy cuando desperté ya había tomado una decisión, por lo que lo primero que hice fue arreglarme e ir al hospital a buscar a Ashley, me imaginaba que no debería estar en su apartamento porque parecía que ya no vivía ahí, así que me vine a esperarla y cuando la vi, sentí como mi corazón se aceleraba descontrolado por la mujer que lo había destruido, eso era tan tonto, bueno era igual de imbécil que el dueño. Hice mi propuesta de manera rápi
Ashley Volví con Valeria totalmente contrariada, ¿Qué acababa de ocurrir? ¿Para qué William quiere casarse conmigo? Eran las interrogantes que giraban en mi cabeza. — ¿Qué te dijo?.— preguntó Valeria cuando me vio llegar con mi cara ensombrecida.— ¿Pudiste decirle algo de lo que te ocurrió?.— continúo preguntando.— Solo vino para amenazarme, se me hacía raro de que no me hubieran denunciado, pero ahora entiendo porqué no lo hizo.— respondí con un nudo en la garganta, me sentía muy mal, confundida, aturdida y al mismo tiempo con un terrible dolor en mi pecho, no sabía como asimilar todo esto, nunca imaginé que William me amenazaría de esta manera. Él no se parecía en nada al hombre del que me enamoré, solo trasmitía odio y resentimiento en su mirada.— no quiso escucharme ni me dejó explicarle nada más.Mis palabras salieron ahogadas y mis ojos se comenzaron a cristalizar, incluso sentía que mi cuerpo comenzaba a temblar sin control. — Ven vamos a sentarnos un momento, te buscaré un
William Estaba esperando a Ashley en el juzgado con mi abogado, todos los papeles de la boda y el contrato estaban listos, donde se especificaba que ella no podría incumplir ninguno de los términos incluido entre ellos alejarse de mí o terminaría tras las rejas. No sabía si en algún momento sería capaz de dejarla ir, capaz un año sería suficiente por haberme robado y humillado, pero no podía soportar que ella estuviera en los brazos de otro hombre. No permitiría que saliera sola a ningún lugar y no podría verse con nadie a excepción de visitar a su hermano en el hospital, ella no tenía a ningún otro familiar, así que como solo lo tenía a él, no tenia más excusas para ir a otra parte. Sabía que actuaba como un demente, pero el amor que sentía por ella era demasiado grande y cada día seguía enloqueciendo aún más. Siendo mi esposa y después de firmar un contrato de confidencialidad no podría hacer nada, Hans la abandonará al no poderla tener y ella sentirá parte de lo que yo sentí el d
Ashley Llegué al registro deseando que salir de ahí con el amor de mi vida, pero no sería así, no saldría feliz ni emocionada, tampoco tendría una noche de bodas ni pasaría una velada maravillosa envuelta en sus brazos y recibiendo sus tiernos e incendiarios besos en todo mi cuerpo.William estaba ahí, parado en esa pequeña oficina conversando con quién parecía ser mi verdugo esperándome con unos papeles en sus manos, suponía eran los papeles que me convertirían en su prisionera. Intenté hacerlo recapacitar nuevamente y pedirle que me escuchara, pero fue en vano, él estaba decidido en hacerme pagar por un crimen que no había cometido.Mientras tanto mis esperanzas de liberarme de este tormento recaían solo en Valeria, extrañaría mucho vivir junto a ella, al conocerla había encontrado al fin una amiga en quien confiar y otra vez volvía a estar sola.Firmé todos sus papeles, no leí ninguno de ellos ¿Y para qué? No tenía caso saber lo que contenían porque igual no podría cambiar nada, él
Hans (ex jefe de Ashley)Todo marchaba perfecto, luego de comprar el nuevo software que creó la empresa de William, un patético empresario que siempre se creyó mejor que yo, de poder venderlo como propio estaba seguro de que podría amasar una gran fortuna. Solo faltaban algunos detalles para empezar a facturar muchos millones, con lo que debía mantener a Elizabeth, su madre, de mi lado. — Por fin podemos estar juntos otra vez.— le dije a esa hermosa y veterana mujer que estaba a mi lado.— Ya me hacía falta estar con un hombre de verdad.— respondió ella besándome en el cuello haciéndome excitar.— Necesito hablar de tu ex nuera, una tal Ashley.— le dije a Elizabeth, ella era unos años mayor que yo, pero seguía estando muy sensual y provocativa. Además de que me beneficiaba en los negocios, ella estaba locamente enamorada de mí y al ser su amante se convirtió en una presa fácil de usar, así es como yo la veía, algo desechable. En cambio esa chica Ashley si