William Ver a Ashley de nuevo y tratarla de esa manera me costó mucho, no me gustó ver tanta tristeza en su mirada así supiera que solo fuera parte de su actuación, pero no la podía dejar hablar, tenia miedo de que me mintiera y yo le creyera de nuevo, no podía permitir que siguiera jugando conmigo, por eso estaba haciendo esto, porque la odiaba con la misma intensidad que la amaba y no podía soportar verla con otro hombre, mucho menos con Hans. Por eso estaba dispuesto a obligarla a que se case conmigo, verla ayer con ese imbécil me dejó muy mal y hoy cuando desperté ya había tomado una decisión, por lo que lo primero que hice fue arreglarme e ir al hospital a buscar a Ashley, me imaginaba que no debería estar en su apartamento porque parecía que ya no vivía ahí, así que me vine a esperarla y cuando la vi, sentí como mi corazón se aceleraba descontrolado por la mujer que lo había destruido, eso era tan tonto, bueno era igual de imbécil que el dueño. Hice mi propuesta de manera rápi
Ashley Volví con Valeria totalmente contrariada, ¿Qué acababa de ocurrir? ¿Para qué William quiere casarse conmigo? Eran las interrogantes que giraban en mi cabeza. — ¿Qué te dijo?.— preguntó Valeria cuando me vio llegar con mi cara ensombrecida.— ¿Pudiste decirle algo de lo que te ocurrió?.— continúo preguntando.— Solo vino para amenazarme, se me hacía raro de que no me hubieran denunciado, pero ahora entiendo porqué no lo hizo.— respondí con un nudo en la garganta, me sentía muy mal, confundida, aturdida y al mismo tiempo con un terrible dolor en mi pecho, no sabía como asimilar todo esto, nunca imaginé que William me amenazaría de esta manera. Él no se parecía en nada al hombre del que me enamoré, solo trasmitía odio y resentimiento en su mirada.— no quiso escucharme ni me dejó explicarle nada más.Mis palabras salieron ahogadas y mis ojos se comenzaron a cristalizar, incluso sentía que mi cuerpo comenzaba a temblar sin control. — Ven vamos a sentarnos un momento, te buscaré un
William Estaba esperando a Ashley en el juzgado con mi abogado, todos los papeles de la boda y el contrato estaban listos, donde se especificaba que ella no podría incumplir ninguno de los términos incluido entre ellos alejarse de mí o terminaría tras las rejas. No sabía si en algún momento sería capaz de dejarla ir, capaz un año sería suficiente por haberme robado y humillado, pero no podía soportar que ella estuviera en los brazos de otro hombre. No permitiría que saliera sola a ningún lugar y no podría verse con nadie a excepción de visitar a su hermano en el hospital, ella no tenía a ningún otro familiar, así que como solo lo tenía a él, no tenia más excusas para ir a otra parte. Sabía que actuaba como un demente, pero el amor que sentía por ella era demasiado grande y cada día seguía enloqueciendo aún más. Siendo mi esposa y después de firmar un contrato de confidencialidad no podría hacer nada, Hans la abandonará al no poderla tener y ella sentirá parte de lo que yo sentí el d
Ashley Llegué al registro deseando que salir de ahí con el amor de mi vida, pero no sería así, no saldría feliz ni emocionada, tampoco tendría una noche de bodas ni pasaría una velada maravillosa envuelta en sus brazos y recibiendo sus tiernos e incendiarios besos en todo mi cuerpo.William estaba ahí, parado en esa pequeña oficina conversando con quién parecía ser mi verdugo esperándome con unos papeles en sus manos, suponía eran los papeles que me convertirían en su prisionera. Intenté hacerlo recapacitar nuevamente y pedirle que me escuchara, pero fue en vano, él estaba decidido en hacerme pagar por un crimen que no había cometido.Mientras tanto mis esperanzas de liberarme de este tormento recaían solo en Valeria, extrañaría mucho vivir junto a ella, al conocerla había encontrado al fin una amiga en quien confiar y otra vez volvía a estar sola.Firmé todos sus papeles, no leí ninguno de ellos ¿Y para qué? No tenía caso saber lo que contenían porque igual no podría cambiar nada, él
Hans (ex jefe de Ashley)Todo marchaba perfecto, luego de comprar el nuevo software que creó la empresa de William, un patético empresario que siempre se creyó mejor que yo, de poder venderlo como propio estaba seguro de que podría amasar una gran fortuna. Solo faltaban algunos detalles para empezar a facturar muchos millones, con lo que debía mantener a Elizabeth, su madre, de mi lado. — Por fin podemos estar juntos otra vez.— le dije a esa hermosa y veterana mujer que estaba a mi lado.— Ya me hacía falta estar con un hombre de verdad.— respondió ella besándome en el cuello haciéndome excitar.— Necesito hablar de tu ex nuera, una tal Ashley.— le dije a Elizabeth, ella era unos años mayor que yo, pero seguía estando muy sensual y provocativa. Además de que me beneficiaba en los negocios, ella estaba locamente enamorada de mí y al ser su amante se convirtió en una presa fácil de usar, así es como yo la veía, algo desechable. En cambio esa chica Ashley si
William Habían pasado ya diez días desde que Ashley vivía en mi apartamento, bueno en realidad eran diez días desde que nos convertimos en esposos. Los primeros días la había visto a diario, ella siempre buscaba la forma de querer explicarme no se qué cosa, pero yo no tenía tiempo para sus mentiras y solo la ignoraba. Extrañaba sentir sus hermosos labios sobre los míos y sus suaves manos recorriendo mi cuerpo, poder sentir su delicioso aroma al dormir junto a ella, anhelaba profundamente volver a tenerla acurrucada entre mis brazos. Afortunadamente había controlado mis ganas de beber, me había sumergido en el trabajo, teniendo jornadas de hasta dieciséis horas al día. Con esto había logrado calmar un poco mis pensamientos y al sentir tanto cansancio apenas llegaba algunos días a mí apartamento a solo dormir, el resto solo me quedaba en la oficina sumergido en una pila de papeles.Le había dicho a Ashley que me encargaría de su hermano y en varios días no había conseguido nada sobre s
William Salí del restaurante lleno de furia, podía sentir como la sangre recorría todo mi cuerpo mientras que mis orejas se prendían cada vez más. Recibí mi auto del valet y arranqué el motor con tanta fuerza que parecía se saldría de su lugar.Llegué al mismo bar de siempre, está vez con la intención de encontrarme a Melisa, necesitaba la compañía de alguien y no tenía otra mejor opción que la suya. Varios vasos de whisky después seguía solo, Melisa no se aparecía como las veces anteriores y esto me decepcionó bastante. Me sentía tan miserable de haber defendido a capa y espada a Ashley, con eso me había ganado ser la burla de la familia Thomson, disparando aún más todo el rencor que sentía por ella.— Sírveme otra copa por favor.— le pedí a una chica nueva que estaba en la barra.— Y agréguele un cosmopolita, lo anotas a la cuenta del señor por favor.— era Melisa que se acercaba a mí por la espalda.— No puedo dejar de venir unos días para acá porque cambian al personal y tu cambia
Ashley Después de tantos días no sabía cuántos habían pasado en realidad, empezaba a acostumbrarme a mi nueva vida. Visitaba a mi hermano a diario, lo que era una montaña rusa con su estado de salud, un día podía pasar horas a su lado consolándolo mientras él se mantenía sereno y otro ni siquiera podía hablar con él porque estaba sedado.Era una completa agonía toda su situación, pero a esperas de un donante compatible no podíamos hacer mucho más. Conversaba con Valeria casi todos los días también, ella había estado muy ocupada en estos días y se excusaba conmigo los días que no tenía fuerzas ni para agarrar su celular lo cual comprendía muy bien dada su situación de irregular en el país. Con ella ayudándome estuvimos a punto de conseguir las grabaciones de seguridad donde yo aparecía mientras me ingresaban inconsciente a ese hospital clandestino donde ella trabaja, pero desafortunadamente habían borrado todos los registros de las cámaras cuando había llegado el momento de pagar por