-Por cierto, toma - dijo frenándose y sacando un pequeño papel de su chaqueta. - En verdad tienes de todo y fue jodidamente difícil pensar algo, casi me pongo yo un lazo en el cuello, pero había riesgo de que me dijeses que no me querías como novia. -¿Números de teléfono? - dijo mirando la pequeña lista. -Son números de gente que no le importaría quedarse con tus perros de forma definitiva, son buena gente - respondió y esquivó el golpe de Nore que iba hacia su brazo. - ¡Que era broma! Joder, cómo sacas las uñas por esos sacos de pulgas - Nore le dirigió una mirada asesina para que frenase la broma. - Todos esos números son de inversores, algunos clientes importantes que he tenido en estos meses. Quieren ayudar y contribuir como puedan en tu proyecto, monetariamente y también proporcionando alimentos, muchos tienen cadenas de productos y eso. Es un número mucho mayor del que aspirábamos. No la besó, pero sí tiró en un fuerte abrazo que esperaba conseguir demostrarle toda su e
Cada vez que los comparaba, pensaba que de verdad su anterior padre había muerto y ahora era un hermano gemelo suyo quien cumplía el rol como padre como siempre debió hacer el original. -Creo que deberías darle una oportunidad - murmuró Miranda con una mueca insegura. Gabriel la miró sin entender a qué se refería. - Tratar de superarlo, no seguir comparando a tu padre con lo que era y es ahora, así estarás más tranquilo. Creo que es lo más sano. -No se me da bien dejar el pasado atrás - confesó. - Es difícil para mí, al igual que con Sharon, les quiero pero no puedo hacer un barrido de memoria. No sé olvidar. -No tienes que olvidar - notó cómo la mano envuelta en un guante de Miranda sujetó la suya, - solo perdonar. -Perdonar no traerá de vuelta a mi madre. Dejó un beso en su cabeza mientras pasaba su brazo por los hombros de la relaciones públicas, un pequeño gesto de cariño que servía para finalizar una conversación que Gabriel no quería seguir. Agradecía cómo Mira
-Paredes, por fin - anunció Cristina entrando en la sala de juntas mientras cerraba la puerta. Juan aguantó la risa para no estropear el momento, recordando cómo el amago de obras en el despacho de Cristina se había anulado incluso antes de empezar. Su búsqueda de privacidad no pudo ser al ver cómo rompía totalmente la estética de Tacarigua al quitar los cristales que separaban el despacho de la CEO del resto de arquitectos. -No entro aquí desde que te presentaron como mi nueva jefa - comentó. -Fue un gran día - concordó con una pequeña sonrisa mientras miraba a su alrededor como si lo estuviese recordando. - Aunque mi estrés y ansiedad haya subido considerablemente por épocas, ha merecido la pena - bromeó. -Y yo que pensaba que vivías relajada desde que eres la CEO - hizo visible su sarcasmo viendo a su novia bufar en respuesta. - ¿Traigo café? -Si quisiese tomarme un café contigo no te habría traído aquí - se acercó mientras negaba con la cabeza como si la pregunta de
-Lo siento. -No vuelvas a hacerlo - le advirtió. - El próximo día que veas a mi padre le dirás la verdad y te disculparás. No quiero mentiras, Juan. No traen nada bueno. Valoraba los intentos de Héctor Larrea por establecer conversación durante la cena, tratando de simular que su amistad seguía intacta tras los años, sin embargo, Nore no podía más que fingir que era una comida agradable, simulando tranquilidad cuando todo lo que se le pasaba por la cabeza era que Héctor estaba en el tiempo de descuento en su vida. Poniendo un poco de imaginación, el chico rubio tenía un pequeño reloj de arena sobre su cabeza y cada vez su muerte empresarial se avecinaba más. Esperaba que, en un corto plazo de tiempo, estuviesen en los tribunales poniendo fin a su acuerdo de tantos años. Al contrario de lo que esperaba, no sentía remordimiento por estar actuando a sus espaldas. Había conseguido darse cuenta de que consideraba a Héctor su socio antes que su amigo, por lo que la pérdida de su am
-Esta chica no necesita un rey. Va a gobernar el mundo - murmuró algunas partes de los versos mirando de reojo a Nore. - Empoderada hasta en la música ¿por qué no me sorprende? - preguntó de forma divertida. -Es casualidad - se defendió, aunque Sharon seguía riéndose. - Tu coche huele a hamburguesa. -Huele a hamburguesa Sharon López, habla con propiedad, preciosa - corrigió con altanería. - Ya voy tres esta semana, y porque no me has dejado más. Me comí la ensalada también. -Eres incorregible. -Así te enamoré. -Razón no te falta - sonrieron. No conseguía acostumbrarse al desorden de Sharon, su casa pocas veces estaba recogida y hoy para lástima de Nore, no era uni de esos días. El destacado y preciado sillón negro estaba lleno de papeles desperdigados, tantos que Nore no sabía cómo no los perdía ni cómo podía trabajar en tales condiciones, sabiendo la ubicación exacta de todo en medio del caos. -Quizás eran imaginaciones mías por el enfado de que no viniese a trab
-Creo que me gustan dos personas - su tono de voz bajo y hasta con algo de culpabilidad le demostraba a Nathan que realmente se encontraba bastante mal. - Bueno, no lo creo, estoy seguro. -¿Miranda y...? - siguió indagando y vio que Gabriel no parecía tener intenciones de hablar. - Venga Lopez, has venido para algo. No es como si te gustase Nore - vio una mueca de disculpa en la cara del rubio nada más terminó de hablar. - Vamos, no me jodas... -Me gusta Nore - le confirmó. -Ya, ya, no hace falta que lo digas en alto, me quedó claro - cortó sintiendo un estrés que él no merecía subiéndole a la cabeza. - Yo no quiero saber nada, ni sé por qué teniendo a Samir os empeñáis en contarme todo a mí. Yo no sé sobre estos temas, se me dan mal, yo no quiero saber nada - repitió. -Para dársete mal llevas tres años con Samir - ladeó la cabeza a conciencia. - Sois el modelo de estabilidad que tengo como referencia, necesito aclararme y tú sabes de esto. -¡Yo no sé! Yo no fui quien c
Y de repente, tan fácil como soltar un apunte curioso del puente, había conseguido que brillase más a ojos de Juan y que cada vez que pasase enfrente de él, la recordaría. Cristina se había adueñado de todo, cada edificio que Juan veía le recordaba a ella, porque se lo habría nombrado alguna vez y si no, poco tiempo faltaría. Sin duda alguna, de una forma u otra, Cristina siempre estaba ahí. Cada vez estaba más seguro de su elección, las semanas pasaban y como si fuese posible estaba más feliz y su conciencia más calmada. El Coderex había quedado atrás, no siendo una nube negra por más tiempo, separando esa parte de su vida de su relación con Cristina. ¿Por qué iba a contarle algo que no les afectaba en lo más mínimo? Parecía la decisión de un cobarde, pero solo quería disfrutar de verdad, amar a Cristina sin miedo y sin el peso de su conciencia a la espalda. -Me gusta más que la de Sharon - opinó con solo ver la fachada de la casa de su novia - ¿La diseñaste tú también? La
-Monopatín, como dijiste: soy muy torpe - bromeó consiguiendo una pequeña sonrisa de su parte. -Tuvo que ser un buen golpe. -Lo fue. Por unos instantes vio una mirada de Cristina en él similar a cuando analizaba cualquier plano, solo esta vez su cuerpo como si estuviese imaginándose múltiples tipos de caídas para terminar así. Afortunadamente para Juan, relajó su expresión y apoyó la cabeza en su hombro, sin preguntarle por más detalles que Juan no sabría responder. Realmente aquella cicatriz era obra del Coderex, de sus primeros días donde ser un buen nadador no le libraba de las corrientes ni de la posición de algunas rocas en el recorrido. -¿Pasó algo? - preguntó notando su cuerpo tensarse cuando miró su móvil. -Es Jorge. - Juan esperó pacientemente a que le diese más detalles. - Acaba de escribirme, quiere una reunión de la junta de accionistas de Tacarigua lo antes posible. -¿Eso es bueno o malo? -Suele ser bueno, para mejorar y discutir ideas y aportes para