-Creo que me gustan dos personas - su tono de voz bajo y hasta con algo de culpabilidad le demostraba a Nathan que realmente se encontraba bastante mal. - Bueno, no lo creo, estoy seguro. -¿Miranda y...? - siguió indagando y vio que Gabriel no parecía tener intenciones de hablar. - Venga Lopez, has venido para algo. No es como si te gustase Nore - vio una mueca de disculpa en la cara del rubio nada más terminó de hablar. - Vamos, no me jodas... -Me gusta Nore - le confirmó. -Ya, ya, no hace falta que lo digas en alto, me quedó claro - cortó sintiendo un estrés que él no merecía subiéndole a la cabeza. - Yo no quiero saber nada, ni sé por qué teniendo a Samir os empeñáis en contarme todo a mí. Yo no sé sobre estos temas, se me dan mal, yo no quiero saber nada - repitió. -Para dársete mal llevas tres años con Samir - ladeó la cabeza a conciencia. - Sois el modelo de estabilidad que tengo como referencia, necesito aclararme y tú sabes de esto. -¡Yo no sé! Yo no fui quien c
Y de repente, tan fácil como soltar un apunte curioso del puente, había conseguido que brillase más a ojos de Juan y que cada vez que pasase enfrente de él, la recordaría. Cristina se había adueñado de todo, cada edificio que Juan veía le recordaba a ella, porque se lo habría nombrado alguna vez y si no, poco tiempo faltaría. Sin duda alguna, de una forma u otra, Cristina siempre estaba ahí. Cada vez estaba más seguro de su elección, las semanas pasaban y como si fuese posible estaba más feliz y su conciencia más calmada. El Coderex había quedado atrás, no siendo una nube negra por más tiempo, separando esa parte de su vida de su relación con Cristina. ¿Por qué iba a contarle algo que no les afectaba en lo más mínimo? Parecía la decisión de un cobarde, pero solo quería disfrutar de verdad, amar a Cristina sin miedo y sin el peso de su conciencia a la espalda. -Me gusta más que la de Sharon - opinó con solo ver la fachada de la casa de su novia - ¿La diseñaste tú también? La
-Monopatín, como dijiste: soy muy torpe - bromeó consiguiendo una pequeña sonrisa de su parte. -Tuvo que ser un buen golpe. -Lo fue. Por unos instantes vio una mirada de Cristina en él similar a cuando analizaba cualquier plano, solo esta vez su cuerpo como si estuviese imaginándose múltiples tipos de caídas para terminar así. Afortunadamente para Juan, relajó su expresión y apoyó la cabeza en su hombro, sin preguntarle por más detalles que Juan no sabría responder. Realmente aquella cicatriz era obra del Coderex, de sus primeros días donde ser un buen nadador no le libraba de las corrientes ni de la posición de algunas rocas en el recorrido. -¿Pasó algo? - preguntó notando su cuerpo tensarse cuando miró su móvil. -Es Jorge. - Juan esperó pacientemente a que le diese más detalles. - Acaba de escribirme, quiere una reunión de la junta de accionistas de Tacarigua lo antes posible. -¿Eso es bueno o malo? -Suele ser bueno, para mejorar y discutir ideas y aportes para
No había una negativa de Nore a que siguiese, apoyó su cabeza en el cuello de Sharon, aspirando su aroma mientras soltaba suspiros erráticos y acelerados, sin siquiera esforzarse en calmar su cuerpo; sentía cada paso de la mano de Sharon como un rastro de fuego que quemaba su piel. Sharon podía percibirlo. Notó como parecía a punto de quejarse cuando Sharon frenó su mano, notando aún el calor que emanaba Nore. No podía apartar la vista de sus ojos negro petróleo, que se fundían de la manera más exquisita con el azul eléctrico de la abogada de Lawtorm, sincronizando la respiración pesada de ambas sin dejar de mirarse cuando la mano de Sharon ascendió a dónde más la necesitaba. No pudo sostenerle la mirada, Nore hundió su boca en la de ella a la vez que Sharon se hundía en su interior. Podría sentarla sobre su escritorio como tantas veces había hecho, pero hoy quería sentirla temblar a su toque, que le costase mantenerse en pie mientras se deshace en el fuerte agarre de Sharon.
Cogió la taza de Cristina y pegó un largo sorbo con la mirada colérica hacia la pared, como si ahí estuviese Gabriel. La CEO miró la que ahora sería su taza, viendo el humo salir sabiendo perfectamente que Sharon debía haberse abrasado la boca pero no parecía con intenciones de demostrarlo. -Hace años que ya os llevabais bien. -Eso pensé, pero no contaba con que mi hermano es un maldito caracol y en vez de traer la casa acuestas lleva todo su odio por mí a todas partes - masculló y Cristina vio a Juan hacerle un gesto indicándole que las dejaba solas. - Es una mierda, una putísima mierda. -¿Qué dijo Nore? -¿Qué va a decir? Ni ella se esperaba ese arrebato de Gabriel. Sabíamos que se podía enfadar ¿pero tanto? No entendía nada y encima el subnormal insinúa que me contrató solo porque soy su novia - gruñó apretando la taza, seguramente abrasándose la mano. - Es que de verdad que le acariciaría el cuello con una sartén llena de aceite hirviendo. -Pues vaya día - respo
-Estuve pensando y lo único que se me ocurrió para frenarlo es que Jorge no tiene la mayoría de las acciones, la tengo yo. -Os dejé a ti y a Jorge un cuarenta y cinco, para no hacer distinciones y que tuvieseis el futuro asegurado, ambos. -Sharon tiene un diez, me apoya a mí en cada decisión - le recordó. -Cierto, esa niña siempre está metida en todo, hasta tiene un porcentaje de mi empresa - gruñó con desagrado. - Funcionaría, si Jorge jugase limpio y por lo que me has contado, no tiene esa intención. -¿Te refieres a lo de vender? -Esa sería un buen movimiento, en cuanto venda sus acciones a un tercero, se acabó - apretó el puño sobre la mesa como si tuviese el cuello de su propio hijo entre sus manos. - Tacarigua es una empresa familiar, cualquier persona con valores diferentes lo desestabilizaría y no solo en decisiones. -No creo que las venda, quiere ser CEO, para eso necesita a Tacarigua. -Jorge solo quiere ser reconocido, ascender directamente a CEO
-Lo estoy desde que mantengo una relación con Sharon - aceptó. - Con ella siento que puedo... descansar. No sé cómo explicarlo, pero por más ilógico que suene, Sharon es paz para mí. No para en ningún aspecto, pero me da calma y seguridad, lo hace todo más fácil. La respuesta de Nathan se vio ahogada por un fuerte quejido de dolor cuando Aurum aplastó con su pata derecha su entrepierna poniéndose de pie y saltando del sillón junto con Argentum en dirección a la puerta, dejando con Nore a un adolorido Nathan que ya se estaba arrepintiendo de haber estado acariciando al perro. -Es Sharon, solo van a la puerta a recibirla a ella - comentó Nore viendo que Nathan no estaba como para levantarse y abrir la puerta. Aunque no lo externalizase, le daba pena su mejor amigo. No tenia buena cara y soltaba pequeños suspiros como si estuviese inflando un globo. Se tomó su tiempo para observar a Sharon cuando abrió la puerta, enfundada en una americana negra con un top de una banda de
No había bebido nada en el poco tiempo que llevaba en el poco usual local, pero comenzaba a sentir un ahogo dulce, como si su cuerpo estuviese ardiendo de una manera placentera. Mantenía la mirada baja, escuchando las explicaciones de Sharon y mirando lo justo y necesario. Trató de concentrarse en la música baja que se escuchaba entremezclada con la voz de Sharon, pero lo único que conseguía era que aumentase su libido e imágenes y escenas que no debería pensar se pasasen por su mente; el agarre de Sharon en ella no ayudaba a que mantuviera la cabeza fría. -¿Estás bien? - le preguntó la abogada al ver cómo quitó su mano de su cintura. -Sí, sí, solo... aléjate un poco, unos minutos - pidió y por la sonrisa victoriosa de su novia, parecía adivinar lo que estaba sintiendo. > fue el pensamiento de Nore cuando Sharon le condujo a una, aunque realmente era una serie de tiras con pequeños abalorios que daban lugar a otro pasillo iluminado del mismo modo que la sa