-Lo siento. -No vuelvas a hacerlo - le advirtió. - El próximo día que veas a mi padre le dirás la verdad y te disculparás. No quiero mentiras, Juan. No traen nada bueno. Valoraba los intentos de Héctor Larrea por establecer conversación durante la cena, tratando de simular que su amistad seguía intacta tras los años, sin embargo, Nore no podía más que fingir que era una comida agradable, simulando tranquilidad cuando todo lo que se le pasaba por la cabeza era que Héctor estaba en el tiempo de descuento en su vida. Poniendo un poco de imaginación, el chico rubio tenía un pequeño reloj de arena sobre su cabeza y cada vez su muerte empresarial se avecinaba más. Esperaba que, en un corto plazo de tiempo, estuviesen en los tribunales poniendo fin a su acuerdo de tantos años. Al contrario de lo que esperaba, no sentía remordimiento por estar actuando a sus espaldas. Había conseguido darse cuenta de que consideraba a Héctor su socio antes que su amigo, por lo que la pérdida de su am
-Esta chica no necesita un rey. Va a gobernar el mundo - murmuró algunas partes de los versos mirando de reojo a Nore. - Empoderada hasta en la música ¿por qué no me sorprende? - preguntó de forma divertida. -Es casualidad - se defendió, aunque Sharon seguía riéndose. - Tu coche huele a hamburguesa. -Huele a hamburguesa Sharon López, habla con propiedad, preciosa - corrigió con altanería. - Ya voy tres esta semana, y porque no me has dejado más. Me comí la ensalada también. -Eres incorregible. -Así te enamoré. -Razón no te falta - sonrieron. No conseguía acostumbrarse al desorden de Sharon, su casa pocas veces estaba recogida y hoy para lástima de Nore, no era uni de esos días. El destacado y preciado sillón negro estaba lleno de papeles desperdigados, tantos que Nore no sabía cómo no los perdía ni cómo podía trabajar en tales condiciones, sabiendo la ubicación exacta de todo en medio del caos. -Quizás eran imaginaciones mías por el enfado de que no viniese a trab
-Creo que me gustan dos personas - su tono de voz bajo y hasta con algo de culpabilidad le demostraba a Nathan que realmente se encontraba bastante mal. - Bueno, no lo creo, estoy seguro. -¿Miranda y...? - siguió indagando y vio que Gabriel no parecía tener intenciones de hablar. - Venga Lopez, has venido para algo. No es como si te gustase Nore - vio una mueca de disculpa en la cara del rubio nada más terminó de hablar. - Vamos, no me jodas... -Me gusta Nore - le confirmó. -Ya, ya, no hace falta que lo digas en alto, me quedó claro - cortó sintiendo un estrés que él no merecía subiéndole a la cabeza. - Yo no quiero saber nada, ni sé por qué teniendo a Samir os empeñáis en contarme todo a mí. Yo no sé sobre estos temas, se me dan mal, yo no quiero saber nada - repitió. -Para dársete mal llevas tres años con Samir - ladeó la cabeza a conciencia. - Sois el modelo de estabilidad que tengo como referencia, necesito aclararme y tú sabes de esto. -¡Yo no sé! Yo no fui quien c
Y de repente, tan fácil como soltar un apunte curioso del puente, había conseguido que brillase más a ojos de Juan y que cada vez que pasase enfrente de él, la recordaría. Cristina se había adueñado de todo, cada edificio que Juan veía le recordaba a ella, porque se lo habría nombrado alguna vez y si no, poco tiempo faltaría. Sin duda alguna, de una forma u otra, Cristina siempre estaba ahí. Cada vez estaba más seguro de su elección, las semanas pasaban y como si fuese posible estaba más feliz y su conciencia más calmada. El Coderex había quedado atrás, no siendo una nube negra por más tiempo, separando esa parte de su vida de su relación con Cristina. ¿Por qué iba a contarle algo que no les afectaba en lo más mínimo? Parecía la decisión de un cobarde, pero solo quería disfrutar de verdad, amar a Cristina sin miedo y sin el peso de su conciencia a la espalda. -Me gusta más que la de Sharon - opinó con solo ver la fachada de la casa de su novia - ¿La diseñaste tú también? La
-Monopatín, como dijiste: soy muy torpe - bromeó consiguiendo una pequeña sonrisa de su parte. -Tuvo que ser un buen golpe. -Lo fue. Por unos instantes vio una mirada de Cristina en él similar a cuando analizaba cualquier plano, solo esta vez su cuerpo como si estuviese imaginándose múltiples tipos de caídas para terminar así. Afortunadamente para Juan, relajó su expresión y apoyó la cabeza en su hombro, sin preguntarle por más detalles que Juan no sabría responder. Realmente aquella cicatriz era obra del Coderex, de sus primeros días donde ser un buen nadador no le libraba de las corrientes ni de la posición de algunas rocas en el recorrido. -¿Pasó algo? - preguntó notando su cuerpo tensarse cuando miró su móvil. -Es Jorge. - Juan esperó pacientemente a que le diese más detalles. - Acaba de escribirme, quiere una reunión de la junta de accionistas de Tacarigua lo antes posible. -¿Eso es bueno o malo? -Suele ser bueno, para mejorar y discutir ideas y aportes para
No había una negativa de Nore a que siguiese, apoyó su cabeza en el cuello de Sharon, aspirando su aroma mientras soltaba suspiros erráticos y acelerados, sin siquiera esforzarse en calmar su cuerpo; sentía cada paso de la mano de Sharon como un rastro de fuego que quemaba su piel. Sharon podía percibirlo. Notó como parecía a punto de quejarse cuando Sharon frenó su mano, notando aún el calor que emanaba Nore. No podía apartar la vista de sus ojos negro petróleo, que se fundían de la manera más exquisita con el azul eléctrico de la abogada de Lawtorm, sincronizando la respiración pesada de ambas sin dejar de mirarse cuando la mano de Sharon ascendió a dónde más la necesitaba. No pudo sostenerle la mirada, Nore hundió su boca en la de ella a la vez que Sharon se hundía en su interior. Podría sentarla sobre su escritorio como tantas veces había hecho, pero hoy quería sentirla temblar a su toque, que le costase mantenerse en pie mientras se deshace en el fuerte agarre de Sharon.
Cogió la taza de Cristina y pegó un largo sorbo con la mirada colérica hacia la pared, como si ahí estuviese Gabriel. La CEO miró la que ahora sería su taza, viendo el humo salir sabiendo perfectamente que Sharon debía haberse abrasado la boca pero no parecía con intenciones de demostrarlo. -Hace años que ya os llevabais bien. -Eso pensé, pero no contaba con que mi hermano es un maldito caracol y en vez de traer la casa acuestas lleva todo su odio por mí a todas partes - masculló y Cristina vio a Juan hacerle un gesto indicándole que las dejaba solas. - Es una mierda, una putísima mierda. -¿Qué dijo Nore? -¿Qué va a decir? Ni ella se esperaba ese arrebato de Gabriel. Sabíamos que se podía enfadar ¿pero tanto? No entendía nada y encima el subnormal insinúa que me contrató solo porque soy su novia - gruñó apretando la taza, seguramente abrasándose la mano. - Es que de verdad que le acariciaría el cuello con una sartén llena de aceite hirviendo. -Pues vaya día - respo
-Estuve pensando y lo único que se me ocurrió para frenarlo es que Jorge no tiene la mayoría de las acciones, la tengo yo. -Os dejé a ti y a Jorge un cuarenta y cinco, para no hacer distinciones y que tuvieseis el futuro asegurado, ambos. -Sharon tiene un diez, me apoya a mí en cada decisión - le recordó. -Cierto, esa niña siempre está metida en todo, hasta tiene un porcentaje de mi empresa - gruñó con desagrado. - Funcionaría, si Jorge jugase limpio y por lo que me has contado, no tiene esa intención. -¿Te refieres a lo de vender? -Esa sería un buen movimiento, en cuanto venda sus acciones a un tercero, se acabó - apretó el puño sobre la mesa como si tuviese el cuello de su propio hijo entre sus manos. - Tacarigua es una empresa familiar, cualquier persona con valores diferentes lo desestabilizaría y no solo en decisiones. -No creo que las venda, quiere ser CEO, para eso necesita a Tacarigua. -Jorge solo quiere ser reconocido, ascender directamente a CEO