Todo estaba muy mal, ¿Cómo diablos le diría a Nicolás que estaba embarazado? Y más aún, las cosas que estaban ocurriendo con Marcus. Sabía era una perra por estar de besucón con el mejor amigo de su novio pero no podía negar que le encantaban los besos de Marcus antes de que se pusiera un tanto posesivo por así decirlo.
Ahora que sabía que estaba esperando dos niños a la edad de dieciocho años casi diecinueve las cosas estaban más que complicadas. No podía ir de la noche a la mañana y decirle a su novio que podía tener hijos pero que sobre todo que estaba embarazado. Debía de mantener la calma justamente como su padre le había indicado que hiciera, es que la verdad estaba entrando en pánico inminente en ese momento.
Soltando un bufido leyó el mensaje de Marcus en su celular indicándole que lo esperaba afuera de su casa en una hora aproximadamente. Había pasado la tarde en el departamento de Nicolás buscando el momento oportuno para decirle que estaba esperando un hijo del cual ambos tenían la culpa.O mejor dicho él tenía la culpa por no decirle antes a su novio que podía tener hijos y ahora estaba esperando a dos en lugar de uno. No se contuvo en hacer un puchero levantándose de la cama y tomar el diario de su padre otra vez....Me tomó tan fuerte del cabello y me llevó hacia su cuarto de juegos donde estaba la maldita ropa a la cual había aborrecido desde que la había visto. Me sentía tan sucio que ni siquiera ser tocado, me había ordenado ponerme ropa
Con los ánimos por el piso se dijo así mismo que debía de seguir con su vida después de lo ocurrido el día anterior, sus padres no valían la pena, según él. No sabía porque había decidido ir por su propio pie a la universidad, ósea, pagar un taxi y no decirle a su novio que lo pasara a buscar como todos los días.Tenía todo planeado para las próximas semanas, después saber si sus bebés están bien se iría del país lo antes posible si era necesario. No tenía el coraje para decirle a Nicolás que saldría del país o mejor dicho que jamás volvería o eso planeaba. Necesitaba salir de todos los problemas que había conseguido por estar pensando con los labios y no con la mente.Tenía
El rostro de incredulidad que tenía Kayled era épico, no podía creer que lo consiguiera tan rápido.—No puedo creer que lo hiciste —susurró.—Te dije que me casaría antes de salir del país, querido. Siempre consigo lo que quiero —se encogió de hombros subiéndose en la cama.—Pero tan rápido. Pensaba que se casarían en un mes... —se puso a su lado.—Sabes que me voy en dos semanas. No puedo tener un hijo sin el apellido del padre en Estados Unidos, podían quitármelo y dárselo a Nicolás —suspiró—. Aunque pensándolo bien, estaría atado a Nicolás de por vida o hasta que se
—Ya no me quiero casar, papá —hizo un pequeño puchero.Harry rodó los ojos colocándose el cinturón de seguridad. Liam también hizo lo mismo en el asiento de piloto.—Querías casarte hace dos días atrás, ahora no vengas con que ya tienes miedo de casarte con Nicolás —dijo Liam, entre dientes y este suspiró.—Saben bien porque me caso —se encogió de hombros.—Para darle un apellido a tu hijo en Estados Unidos —dijeron los dos al mismo tiempo.—Pero, papá, no me quiero casar —dijo como un niño pequeño. Miró por última vez la sortija que estaba en sus manos. Sentía unas ganas horribles de llorar como una magdalena. Todo estaba listo, se iría antes de la graduación de su esposo. Le habían entregado la visa, pasaporte y sobre todo la credencial como estudiante en su nueva universidad.Tenía las maletas hechas aún lado de su closet para no levantar sospechas con Nicolás. Sus padres estaban en la sala de su "Nuevo hogar" desde que se había casado. Tenía que aprovechar que Nicolás no estaba en casa para poder salir de allí. Gracias al cielo que estaba en la universidad tomando los últimos exámenes para poder graduarse.Sintiendo como las lágrimas bajaban sin control por sus mejillas mientras tocaba su vientre aún más notablCapítulo 18.
Querido Nicolás:Ya para cuando quieras terminar de leer esta carta, estaré a cientos de kilómetros lejos del suelo europeo. Perdóname, pero tenía que hacerlo. No podía quedarme en Inglaterra contigo a mi lado. Te amo, eso jamás lo dudes.Pero no puedo quedarme con una persona que me prohíbe las cosas, te tengo miedo. Cada noche que pasamos casados sentía terror de que de un día para otro te volverás igual que mi padre y llegaras a golpearme sin motivo alguno.Tienes dinero, pero no tienes mi confianza. Tienes dinero, pero eres agresivo. Tienes dinero, pero eres impulsivo.No quiero que gastes tu tiempo buscándome en Estados Unidos, porque no me
Meses después.—Cada día te ves más gordo —murmuró Kayled, entrando al departamento con unas bolsas.—Sip, eso viene en los genes —rodó los ojos cerrando la puerta.— ¿Uh? —frunció el ceño.—Eres idéntico al tío Dalton —negó riendo, siguiéndolo hacia la cocina.—Y tú al tío Liam, mírate. Estas gordo y con trasero —abrió la nevera para ir colocando la comida que había llevado en la bolsa.— Y tú eres igual de inoportuno que el tío Dalton. Nunca dicen
— Papi, creo que me no quieres —un hermoso niño de ojos azules se acercó a Jedward con un puchero.— ¿Por qué dices eso, cariño? —acarició su cabello rubio cenizo.— Siempre estas con Nedward y no conmigo y Joseph —bateó sus pestañas—. ¿Es porque hablo y él no? Si es eso, prometo no hablar, papá. Seré el mejor hijo de todos.— No es eso, cariño, sabes que los amo a todos por igual. Es solo que ustedes siempre están lejos de mí, tú, principalmente no te gusta pasar tiempo conmigo —sonrió, con ternura—. Hay viene tu hermano.Se encontraban en un parque cerca de la casa que hab&ia