El rostro de incredulidad que tenía Kayled era épico, no podía creer que lo consiguiera tan rápido.
—No puedo creer que lo hiciste —susurró.
—Te dije que me casaría antes de salir del país, querido. Siempre consigo lo que quiero —se encogió de hombros subiéndose en la cama.
—Pero tan rápido. Pensaba que se casarían en un mes... —se puso a su lado.
—Sabes que me voy en dos semanas. No puedo tener un hijo sin el apellido del padre en Estados Unidos, podían quitármelo y dárselo a Nicolás —suspiró—. Aunque pensándolo bien, estaría atado a Nicolás de por vida o hasta que se
—Ya no me quiero casar, papá —hizo un pequeño puchero.Harry rodó los ojos colocándose el cinturón de seguridad. Liam también hizo lo mismo en el asiento de piloto.—Querías casarte hace dos días atrás, ahora no vengas con que ya tienes miedo de casarte con Nicolás —dijo Liam, entre dientes y este suspiró.—Saben bien porque me caso —se encogió de hombros.—Para darle un apellido a tu hijo en Estados Unidos —dijeron los dos al mismo tiempo.—Pero, papá, no me quiero casar —dijo como un niño pequeño. Miró por última vez la sortija que estaba en sus manos. Sentía unas ganas horribles de llorar como una magdalena. Todo estaba listo, se iría antes de la graduación de su esposo. Le habían entregado la visa, pasaporte y sobre todo la credencial como estudiante en su nueva universidad.Tenía las maletas hechas aún lado de su closet para no levantar sospechas con Nicolás. Sus padres estaban en la sala de su "Nuevo hogar" desde que se había casado. Tenía que aprovechar que Nicolás no estaba en casa para poder salir de allí. Gracias al cielo que estaba en la universidad tomando los últimos exámenes para poder graduarse.Sintiendo como las lágrimas bajaban sin control por sus mejillas mientras tocaba su vientre aún más notablCapítulo 18.
Querido Nicolás:Ya para cuando quieras terminar de leer esta carta, estaré a cientos de kilómetros lejos del suelo europeo. Perdóname, pero tenía que hacerlo. No podía quedarme en Inglaterra contigo a mi lado. Te amo, eso jamás lo dudes.Pero no puedo quedarme con una persona que me prohíbe las cosas, te tengo miedo. Cada noche que pasamos casados sentía terror de que de un día para otro te volverás igual que mi padre y llegaras a golpearme sin motivo alguno.Tienes dinero, pero no tienes mi confianza. Tienes dinero, pero eres agresivo. Tienes dinero, pero eres impulsivo.No quiero que gastes tu tiempo buscándome en Estados Unidos, porque no me
Meses después.—Cada día te ves más gordo —murmuró Kayled, entrando al departamento con unas bolsas.—Sip, eso viene en los genes —rodó los ojos cerrando la puerta.— ¿Uh? —frunció el ceño.—Eres idéntico al tío Dalton —negó riendo, siguiéndolo hacia la cocina.—Y tú al tío Liam, mírate. Estas gordo y con trasero —abrió la nevera para ir colocando la comida que había llevado en la bolsa.— Y tú eres igual de inoportuno que el tío Dalton. Nunca dicen
— Papi, creo que me no quieres —un hermoso niño de ojos azules se acercó a Jedward con un puchero.— ¿Por qué dices eso, cariño? —acarició su cabello rubio cenizo.— Siempre estas con Nedward y no conmigo y Joseph —bateó sus pestañas—. ¿Es porque hablo y él no? Si es eso, prometo no hablar, papá. Seré el mejor hijo de todos.— No es eso, cariño, sabes que los amo a todos por igual. Es solo que ustedes siempre están lejos de mí, tú, principalmente no te gusta pasar tiempo conmigo —sonrió, con ternura—. Hay viene tu hermano.Se encontraban en un parque cerca de la casa que hab&ia
Dejó de sentir todo a su alrededor al ver a Nicolás parado con una sonrisa que no podía definir si era de felicidad o de pura maldad.Lo único que sentía era terror de estar con él en una misma habitación sin saber que decir o hablar. Su cuerpo reaccionó cuando la puerta fue cerrada de un portazo y su vista de inmediato fue hacia la cerradura de esta.—No... No... —intentó alejarse, pero su cuerpo chocó con el escritorio de caoba que estaba a sus espaldas.—Hola, mi amor. Tantos años sin verte ¿Y así es como me recibes? Eres un muy mal esposo —colocó ambas manos a cada lado de su cuerpo.—No puedes ser tú...
Sus lágrimas no tardaron en salir de sus ojos por lo que estaba escuchando de su hijo. Estaba más que seguro de que alguien allá arriba lo estaba odiando. Ver a Ian mirando a su dos padres con ojos enormes le hacía sentir falta. Trataba de olvidarse de su esposo todos los días al estar en el trabajo y justo ese día lo tiene frente a él con su hijo a unos cientos metros de ellos.— ¡Nedward, Joseph! ¡Papá llegó! —sólo terminó de decir esas palabras y sus dos hijos estaban a su lado.Y en segundos los tres estaban corriendo hacia Nicolás con sonrisas enormes abrazándolo por las piernas. La expresión que tenía Nicolás en su rostro era épica. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, buscó los o
—Volvió, papá, Nicolás regresó.— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Dónde? —la voz preocupada de Harry se hizo presente del otro lado de la línea.—Regresó, me imagino que por su propio pie, ayer lo vi, dice que es para recuperar el tiempo que había perdido lejos de mí, porque me ama y en Miami.—Debes de salir de allí lo antes posible, no puedes quedarte más tiempo en Estados Unidos.—Ya intenté todo eso, papá, pero es imposible hacerlo. Tiene la casa vigilada las veinticuatro horas del día, hasta que me siguen en el trabajo. Me voy a volver loco si esta situaci&oac