Capítulo 22.

Dejó de sentir todo a su alrededor al ver a Nicolás parado con una sonrisa que no podía definir si era de felicidad o de pura maldad.

Lo único que sentía era terror de estar con él en una misma habitación sin saber que decir o hablar. Su cuerpo reaccionó cuando la puerta fue cerrada de un portazo y su vista de inmediato fue hacia la cerradura de esta. 

—No... No... —intentó alejarse, pero su cuerpo chocó con el escritorio de caoba que estaba a sus espaldas.

—Hola, mi amor. Tantos años sin verte ¿Y así es como me recibes? Eres un muy mal esposo —colocó ambas manos a cada lado de su cuerpo.

—No puedes ser tú...

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP