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Bajo a la primera planta con miedo, la música a todo volumen no me deja escuchar nada, Akim esta bailando con Luisa, Zeus coloca música en una consola, Hades come una bolsa de papas frutas, Izan esta con Alene.

¿Qué hace esa plaga en mi casa?

Corro hasta donde Akim y empujo a la zorra de Luisa, esta me queda mirando feo y me vale lo que esa mosquita muerta este pensando de mí. —¿Quiénes son estas personas Akim? ¡Mamá le va a dar algo cuando se dé cuenta que alguien a vomitado su alfombra favorita!

Hace como si no me estuviera escuchando—Deja de ser tan aguafiestas Elle, papá no está, deja de comportarte como una mojigata porque sabes que no lo eres.

Abro la boca, eso me ha dolido.

—Al menos yo intento hacerlos feliz no como tú, toca huevos—Akim trata de detenerme, pero lo empujó. No se lo he dicho a posta, solo no quiero que Miguel lo tome de nuevo con él.

Camino de prisa hasta Zeus y apago el sonido, todos me quedan viendo; la casa es un maldito desastre, mamá me va a matar y toda la culpa la tiene Izan Russo, papá lo ha dejado para que los cuidara, no para que hiciera una fiesta y dejara que hicieran lo que se les diera la gana.

El rubio camina hasta mí y no puedo ni siquiera mirarlo—Elle, yo…

Alene lo toma de la mano—No te he dado la confianza para que me llames de esa manera, para ti soy Gabrielle Smirnov, la hija mayor del mejor amigo de tu padre y por respeto a ellos y a todos, te pido que le digas a tus amigos que se marchen de mi casa.

La mujer alza una ceja—¿Vas a dejar que la princesita te mande, amor? —miro para otro lado.

Izan le señala la salida—Márchate Alene—lo miro, la mujer abre la boca incrédula. —Márchate Alene.

La pelinegra le arrebata su bolso de las manos y sale disparando humo, las personas comienzan a irse estoy tan enojada con ellos ¿No pueden comportarse por un segundo?

Salgo al patio trasero, estoy agotada y cansada de esta actitud por parte de los hombres Smirnov, ya no son unos niños, las cosas de mamá están destrozadas ¿Qué le diré ahora?

Alguien carraspea detrás de mí—Sea quien sea, váyase por favor.

—Solo quería decirte que lo siento Gabrielle—bajo la cabeza, las lágrimas bajan por mis mejillas y humedecen mi rostro.

—Mamá se volverá loca, esa alfombra papá se la trajo de la India y ahora está destrozada con jugo de tomate.

Coloca las manos en mis hombros, me tenso de inmediato.

—No te dejaré sola princesa, te ayudaré a organizar todo.

Me giro para verlo—¿Por qué?

—Porque no es divertido molestarte cuando algo te pone triste—me rio.—A demás acabas de espantar mi polvo y bueno…

Aprieto los puños y lo empujo, ya me estabas empezando a caer bien.—Eres un cerdo Izan.

—¿Ahora que hice? ¿Quieres el lugar de Alene en mi cama? —quedo en shock por sus palabras ¿Si lo mato alguien se dará cuenta de su desaparición?

¡Voy a averiguarlo!

Imbécil.

Es lo único que puedo decir de Izan Russo.

Tomo la manguera que esta junto a la piscina, si dudarlo dos veces abro el grifo y lo mojo. Izan abre los ojos, su mandíbula se mueve con exageración. Trata de correr, pero voy detrás de él para que no se escape.

Su ropa esta empapada por completo, me alzo un poco para poder mirarlo bien a los ojos. Su mano fría toca la mía y me pasmo.

Me quedo estática, cuando el chorro de agua cae por mi cabello, humedeciendo mi cuerpo en su totalidad. Corro por el jardín para que el italiano no me alcance. El muy estúpido es más rápido que yo.

Caemos de espalda en el pasto verde, lo miro y él me mira a mí, ambos nos reímos, mi pecho sube y baja. Quizás en el fondo no sea un gilipolla como creía.

—¿Qué has hecho Gabrielle? —lo miro a los ojos.

—¿De qué? —hablo retándolo.

—No debería estar aquí—mi cuerpo siente un escalofrío, abro la boca para decir algo, pero al final no lo hago—No deberías acercarte a mí… —no entiendo lo que dice. Muevo los pies molesta. Yo no fui la que empezó con todo esto.

Camino por encima de él sin mirarle, ¿Qué se ha creído ese imbécil para hablarme así?

Artemisa me grita para que me detenga y no lo hago, me siento tonta e indignada, no pretendía que fuéramos amigos, ni más faltaba. Pero todo esto me demostró que no tiene la mínima clase para estar en mi círculo social.

Respira Elle, si sigues molestándote por cualquier estupidez te van a salir arrugas antes de tiempo.

Me ducho para poder despejar mi mente, no sé porque Izan se ha comportado de esa manera conmigo, pero si eso es lo que quiere, pues eso le daré.

¿Pero porque?

¿Por qué quiere alejar a las personas de esa manera?

¡No te importa Elle Smirnov! ¡Nada de esto es de tu incumbencia!

Es cierto, nada que tenga que ver con él me interesa, es un estúpido aparecido y yo tenía una vida antes de él y después de él sigo teniéndola.

Akim usa gafas negras dentro de la mansión y ya me imagino la borrachera que se habrá dado con las gemelas.

Pateo sus piernas para que las baje de la pequeña mesa de centro de mi madre, la casa está patas para arriba, Sol una de nuestras empleadas nos está ayudando. Ato mi cabello en una coleta alta para ayudarla un poco. Misa toma algunas bolsas y guarda la basura en ella. Aparto las cosas de mamá que se pueden arreglar e imagino un montón de escenarios donde soy desheredada por culpa de Izan Russo.

—¿Puedo ayudar en algo? —si, muriéndote.

Misa sonríe—Claro, Elle necesita ayuda ¿No es cierto? —Akim la mira, se levanta y se va. Gracias hermanito por nada.

—Realmente, yo… —sus dedos rozan mis manos, toma el jarrón que sostenía y lo coloca a un lado.

—Puedo arreglarlo, solo debes pedirlo.—musita y me burlo.

Está loco si cree que me rebajaré solo para que me ayude, si, mamá ama ese jarrón, pero tampoco dejaré mi dignidad en el suelo por algo que es culpa de Akim.

Mi hermano baja las escaleras a la velocidad de la luz—¡Elle! ¡Papá y mamá vendrán en el avión privado. Su vuelo sale en dos horas.

Me agarro del sofá, estas cosas solo me pasan a mí ¿Ahora que voy a hacer? Mamá se dará cuenta de lo que pasó aquí y de seguro cancelaran mi fiesta de graduación. Mi vida se acabó.

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