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Es hora del almuerzo, la estúpida de Fellintong me mira desde el otro lado del restaurante de la universidad como si me importara lo que ella y su grupo de perdedora pensaran de mí.

Paso otra capa de barniz sobre mis uñas, Akim entra al lugar junto a Hades y Zeus, Artemisa come un plato de ensalada y ruedo los ojos; no sé porque se cuida tanto si su cuerpo está de infarto.

—¿Qué te pondrás para la cena de navidad? —espeta Artemisa.

—No lo sé, papá me trajo unos vestidos nuevos de Italia hace dos días, algo de allí escogeré.

Esa mirada la conozco, cuando Artemisa Smirnov entrecierra los ojos y sonríe es porque quiere algo—Dilo ya Misa.

—Papá me deposito algunos cuantos pesos—elevo las cejas, esos cuantos pesos pagarían la carrera completa de cualquiera aquí—¿Podrías acompañarme a comprar algo? —niego de inmediato—Por fis—vuelvo a negar.

Acompañar a Misa Smirnov es pasar horas y horas en tiendas para que al final compre el primer vestido que se probó.

—Estás loca si piensas que iré.

Se cruza de brazos—¿Ese no es Bradley? —miro hacia la dirección donde señala su dedo. Puta y miserable vida. Mi ex novio viene caminando de la mano con su nueva novia.

—¿Me vió? —pregunto de rapidez y me dice que no, si me hubiese  dicho que tenía novia antes de ir a su estúpida fiesta, les juro que jamás hubiera ido en mi vida.

Artemisa alza la mano y me agacho, desgraciada—Iré Miss, iré, pero baja la mano.

Golpe bajo.

—Buena niña Elle, buena niña.

(***)

Como lo supuse, llevamos más de dos horas tratando de encontrar un maldito vestido para ella y por más opciones que le den, no se decide.

La señora encargada ya esta a nada de echarnos de patitas a la calle y no era para menos, hay más de cinco mujeres buscándole el vestido ideal a mi prima y ninguno le gusta.

—¿Por qué no vamos a otra tienda? —Misa abre los ojos.

—Esta es mi favorita Elle, no me puedes pedir esto.

Me siento de nuevo en el mueble, llevo la copa de vino que nos han traído hacia la boca, las burbujas explotan salpicando mi rostro, Artemisa de prueba ahora un traje de encaje color negro con corte de sirena que la hace lucir mayor y sexy.

—Te ves hermosa—expreso mientras aplaudo.

—¿Lo crees? ¿Crees que a Matt le guste?

Ha salido el clavo de todo esto, Matt Tawin es el hijo de uno de los accionistas de mi padre, Artemisa ha estado enamorada de ese bastardo desde que tengo memoria, pero él jamás le ha dado la hora.

—Amate un poquito—bebo de nuevo.

—Yo sé que le gusto Elle, además tú que vas a saber de amor si nunca te has enamorado de verdad.

Abro los ojos, eso me dolió.

—Elle… yo—niego. Me levanto de allí y salgo de la habitación donde nos tenían, esto es una m****a. Sí, no me he enamorado de nadie, siempre creo que lo que siento es amor, pero no es así. ¿Cómo quieren que lo sepa?

Bradley ha sido mi único novio y lo he dejado meses después al ver que no teníamos los mismos intereses ¿Para que? Para verlo muy amoroso semanas después con una estúpida irlandesa.

Grito en silencio.

Respira Gabrielle Smirnov, respira hondo.

Algo toca mi cabeza y abro los ojos, las mujeres al fondo tiemblan y comprendo, un grupo de hombres han entrado al local a robar.

Me giro de poco a poco quedando cara a cara con el asaltante, este me mira y hace una seña con la cabeza para que me una a las demás mujeres.

Misa esta llorando y trato de calmarla, mi teléfono comienza a sonar, los ladrones están con mascaras de halloween haciendo que sea casi imposible reconocerlos.

Tengo miedo, uno de ellos se ha dado cuenta del sonido y comienza a buscar en los bolsos de cada una de nosotras.

Con manos temblorosas tomo el teléfono, me agacho y contesto.

—¿Hija donde estas? —cierro los ojos haciendo que las lágrimas caigan. Es papá.

—Papá, ayúdame, estoy con Misa y han…—algo me golpea la cabeza, el teléfono cae al piso. El hombre me toma del cabello y me arrastra hasta el centro.

Uno de los ladrones corre hasta él y evita que me golpee, vuelvo a llorar, Artemisa grita por auxilio.

—Ya tienen todo lo que tenían, lárguense—grito con falsa valentía.

El tipo que me ha salvado le murmura algo en el oído al líder, este me mira logrando que mi piel se ponga de gallina.

—Bolsos, tarjetas y celulares en la bolsa—todas se miran—¡Bolsos, tarjetas y celulares en la bolsa coño! —grita logrando que corramos a realizar lo que desea.

Otro hombre sale de la nada, agarra nuestras pertenencias y vuelve a su posición inicial.

El hombre que me salvó no deja de mirarme de arriba hacia abajo y ya estoy empezando a colocarme nerviosa, la puerta del local es abierta. Las mujeres lloran.

El líder dice que si hacemos algo indebido nos asesinarán a todas, él sigue sin dejar de mirarme, lo observo tomar la bolsa con el motín, su camisa junto a la chamarra de cuero que usa se levanta hasta su dorso dejándome ver un jodido cuerpo de infarto.

Me renuevo, su cuerpo es puro musculo, tiene un  de dragón en su abdomen, respiro agitada, nunca me había sentido de esta manera.

¿Hace calor?

El hombre se gira para volver a verme y no puedo evitar sonreír como idiota, apenas se va Misa corre hasta donde estoy. La policía llega a los segundos de la huida de los delincuentes.

Papá se baja de su lamborghini sin haberlo apagado antes, corre hasta nosotros, lo abrazo con fuerza.

—¿Están bien niñas? —ambas lloramos.

—Fue horrible papi—papá me abraza con fuerza.

—Sea quien sea lo pagará hija, lo va a pagar.

(***)

Bajo las escaleras con cuidado, he decidido usar el vestido color coral que papá me ha comprado. Su escote es a medio lado, con un adorno en uno de mis hombros, ajustado en el abdomen y con falda amplia a partir de las caderas.

Zeus toma mi mano, hoy es un día de celebración y quiero borrar de mi mente el mal momento que pasé junto a Artemisa hace una horas.

Mamá ríe por algo que papá le dice al oído, Akim bebe sin parar y estoy segura que está noche terminará en problemas.

Todos los accionistas y socios de papá están aquí junto a sus familias incluyendo a Bradley en esto.

Siento su mirada encima de mí y le saco el dedo del medio.

Hemos terminado en buenos términos y él maldito a las pocas semanas ya andaba saliendo con otra y no es que me importe, si no que el orgullo Smirnov me duele.

—Escuché que te robaron—ruedo los ojos al escuchar la voz de mi ex novio.

Lo ignoro y me toma de la cadera empujándome hacia él.

—¿Qué quieres Brad?

—A ti—mucho gilipolla.

Papá carraspea la garganta, Bradley abre los ojos y puedo jurar que esta temblando.

—Primero—me coloco detrás de Miguel—Quita las manos de mi hija si no quieres que te las corte y dos ¿Qué edad tienes? —alzo una ceja.

—Veintiocho señor Smirnov—papá se cruza de brazos.

—Positivo joven—coloca una mano en el hombro de mi ex novio.

—¿Para? —responde con voz entrecortada.

—Para morir hoy—Miguel sonríe mostrando dientes. Bradley camina hacia atrás y corre de allí.

Ese es papá, un celoso por naturaleza, besa mi frente y se va.

Corro a recibir a Alexander y Emilia Russo ya que se nos han sumado a la fiesta.

Hades baila con una jovencita, mientras que Akim está casi follando con una chica sobre el sofá de mamá.

Emilia es la esposa de Alexander desde hace veinticinco años, siempre ha sido una pareja muy unida y mucho más en los momentos malos del no.

Todos están riendo y bebiendo, salgo al jardín trasero para tomar un poco de aire.

Escucho a mamá reír, a veces quisiera poder volar e irme lejos de aquí, cumplir mis sueños y emprender el vuelo.

Pero los necesito, necesito a mi familia.

Me giro para volver a dentro, cuando soy mojada con algo; abro los ojos, esto es una maldita broma de mal gusto.

—¡Que m****a! ¿No ves por donde vas, imbécil?—grito al sentir la copa de vino caer en mi vestido color crema.

Estoy tan enojada que he empezado a maldecir.

Alzo la mirada para enfrentar al causante de esta acción y siento mi corazón detenerse cuando veo al dueño de ese par de ojos azules. Un chico alto, notoriamente mayor que yo y con la sonrisa más hermosa, se encuentra frente a mí, al parecer divertido por la escena.

—¿La niña de papá está enojada? —pregunta con sarcasmo y la cólera invade mi cuerpo. Tomo rápidamente una copa de vino y se la tiro en la cara. El chico cierra los ojos por un par de segundos y luego se limpia el rostro.

—¡Vaya! La chica de papá tiene agallas ¿No sabes quién soy, ¿Verdad? —parpadeo un par de veces y no emito palabra—Eso pensé… Soy Izan Russo y soy tu nueva pesadilla.

¿Sera que debo de llamar a papá ya?

—¿Eres quien? —me rio, es un mentiroso—El tío Alex no tiene hijos.

—¿Cuánto quieres perder a qué sí? —toca mi cabello y voy echo hacia atrás.

—Petulante… —Alex camina a toda prisa hasta donde estamos, no esto es imposible.

—Veo que ya conociste a mi hijo princesa—abro la boca, Izan se ríe en mi cara. Maldito.

—No se parece a ti tío, le falta la clase—me cruzo de brazos. Artemisa viene en mi ayuda y me voy de allí.

¿Cómo se atreve a tratarme de esa manera? ¡¿Cómo?!

Misa me detiene—¿Le has visto el culazo? —hago un gesto de desagrado.

—Es nuestro primo pervertida.

—No lo es, disimula que ahí viene—muerdo mi labio inferior, mi cuerpo cae hacia el frente, Artemisa me sostiene para que no me caiga.

¿Me ha empujado? ¡Esto es guerra Izan Russo!

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