Qué dolor :(
William Sinclair.Me encontraba demasiado agotado emocionalmente para fingir ante mis amigos que me encontraba bien. Le pedí a Will que se quedara conmigo, mientras Ellie se hacía cargo de continuar con la fiesta.Ya acostado en mi cama, con la preocupación insistente en mi pecho, la puerta se abrió.—¡Que sepas que es la última vez que vas a verme la cara! —gritó Kenneth, alterado.Su respiración estaba fuera de control. Podía ver en él el reflejo de mí, cuando Laura me terminó al no poder seguir con nuestra relación a escondidas.—¡Kenneth! —exclamó mi hijo tan fuerte como para detener que se fuera—. ¡No le hables así a tu abuelo! ¿Qué demonios te pasa?—¿Quieres saber qué me pasa, Will? —soltó con rabia—. Que tu padre es un aaaasco de persona. ¡Eso pasa!Sus palabras se clavaron como espinas. Kenneth se fue sin volver a verme, mientras todo mi cuerpo comenzaba a tensarse y doler como si estaba en el mismo infierno.Ahogado por el sentimiento, más el dolor insoportable, mi respiraci
Narrador.Al llegar a Nashville, se dirigieron al internado. Patrice dijo que ya había salido un equipo de búsqueda. Eran las once de la noche, y estaba demasiado oscuro, el terror de que algo malo pudiera pasarle a Laura aumentaba con cada segundo.Inmediatamente Christian se ofreció a acompañarla a buscar a pie.—¿Tienes idea de a dónde pueda estar?Lauren sacudió la cabeza. Por más que intentaba pensar con claridad no lo conseguía, como un yoyo el rostro de Kenneth desechándola era lo que la invadía, poniéndose en instantes por encima de la preocupación de su madre.Comenzaron a preguntar a algunos comercios aun abiertos si la habían visto pero no tuvieron noticias. De hecho, dos enfermeros del internado venían de regreso notificando la negativa de su búsqueda.Ya que Nashville era la ciudad más grande del estado, Christian pensó en buscar ayuda del sheriff, así que tres patrullas se unieron a la búsqueda tras emitir un boletín.Aun a pie, ambos caminaron al menos un kilómetro, toma
Cuatro años después.Septiembre 22.Kenneth.—No, no vas a convencerme —declaro hacia mi hermana.Kasey hace su puchero de costumbre, uno que no hace falta que haga dos veces para ceder. Y detesto que sea tan fácil para ella manipularme.—¡Bien! ¡Te veré aquí mañana! ¡Por favor no olvides vestirte acorde!Ruedo los ojos, y ante ello mi hermana me lanza un beso por la video llamada. Tengo el presentimiento de que la razón del porqué requiere mi presencia es porque ha conocido a un hombre y eso es realmente perturbador para mí.Will me dice que es momento de que ella quiera hacer incluso una familia propia, que ya tiene 27 años, pero por donde la vea, solo puedo reconocer a mi pequeña hermanita de ojos expresivos, cachetes inflados y rulos hermosos alrededor de su cabeza.Al terminar con mi papeleo mi secretaria me recuerda mi cita con la terapeuta; sin embargo, le digo que voy a posponerla. Ella me da una mirada de “¿otra vez?”, pero nadie, ni siquiera mi hermana pueden orillarme a asis
Lauren.Comenzar mi vida desde cero, con el corazón roto, no fue para nada sencillo. Aunque vivía a tan solo unas cuadras del internado de mamá, y la iba a ver a diario, no era suficiente para calmar la sensación de vacío en mi pecho.Se sentía como si hubieran arrancado una parte tan grande mí, casi imposible de volver a llenar.No dejaba de culparme diariamente por lo ingenua que había sido, y eso solo terminaba por derrumbarme en mi pequeña habitación alquilada, llorando hasta quedarme sin lágrimas.Con el pasar de un mes tras lo ocurrido, Patrice me dijo que el director del internado quería hablar conmigo. Entonces fui allá, y este soltó algo inesperado.—Sabe que su cuenta en el internado es pagada mensualmente por el señor William Sinclair —dijo, a lo que afirmé.—Lo sé. He renunciado a mi trabajo hace un mes pero tengo ahorros suficientes como para pagar dos meses de su internado mientras consigo un trabajo estable.Sin embargo, el director sacudió la cabeza.—He recibido una
Kenneth.Pierdo el conocimiento del tiempo solo admirándola mientras su rostro se sonroja gradualmente.Sé que no debía haberme acercado pero una vez que di un paso no pude detenerme.Sé que le he roto el corazón y posiblemente me odia por eso, pero la necesidad de volver a verla es mucho más grande. Y ahora estoy aquí, notando que su cabello rojo está casi diez centímetros más largos que la última vez que lo tomé entre mis manos; ya besando suavemente su espalda baja. Su rostro inocente se ha desvanecido por uno un poco más tenso, con algunas ojeras; pero no es lo único que ha cambiado en ella, y es que ahora parece que lleva al menos unos seis kilos más encima, haciendo lucir sus curvas un poco más divinas que antes.Todo en mi interior revolotea, la ansiedad me invade, queriendo volver a sentir esos labios rosados pequeños junto a los míos.Casi sin darme cuenta estoy por dar un paso más cerca de ella, cuando su sonrisa repentina me detiene. Su mano, que ahora noto que lleva muy bi
Lauren.Ni siquiera la sensación agradable de los labios de mi novio me hace olvidar o despejar toda la tensión en mi cuerpo por lo que acabo de vivir.Cuando Christian abre la puerta para que suba a la camioneta, lo hago, y él me sigue atrás. Su mano se posa en mi pierna en un gesto cariñoso antes de volver a inclinarse para besarme, pero sé que sabe que ocurre algo.—¿Estás molesta conmigo?Muerdo mi labio y sacudo la cabeza.—Agradezco que estés aquí —expreso abrazándome a su cuerpo, por lo que él me aprieta con cariño.Tras un suspiro de mi parte él acaricia mi cabeza mientras no dejo de pensar.Volver a ver a Kenneth, compartir su mismo aire, sentir su mirada ojimiel que tanto me desarmaba, ha hecho que mi cuerpo recuerde cada momento que vivimos juntos. Sin embargo, me aferro al pecho de Christian como lo he estado haciendo.Aceptar ser su novia fue algo bastante difícil, y de hecho solo tenemos unos seis meses siendo novios oficialmente; primero porque no sabía si estaba prepar
Kenneth.¿Cómo es que no me había enterado de ello antes?Al llegar a la casa de mi hermana en Washington ella no estaba así que me dio el tiempo suficiente para perderme en las redes sociales del idiota de Christian Smith. Allí, con su cabello ridículamente bien peinado, y esa postura de ricachón, sosteniendo la cintura de Lauren mientras ambos se ven a los ojos con… ¡No puede ser!La foto apenas tiene cuatro meses de haberse publicado, junto a unos ridículos corazones en su descripción, seguido de comentarios de Sebastian, Harrison, Connor, y hasta el mismo Boris, felices por su relación.Aprobación es lo que grita la fotografía. Y no puedo entender cómo es que una mujer tan dulce como Lauren ha cedido a un idiota como él. Ella sabe lo despreciable que es, racista, clasista, prepotente. ¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Acaso es porque quería vengarse de mí? ¿Quería que yo me enterara de su romance y volverme loco? ¿Tanto así me odia?Quizás esa ha sido la razón, porque la había escuchado dec
Kenneth.Antes que de la situación pueda volverse más incómoda tengo que abrazar a mi hermana por los hombros para sacarla rápidamente del grupo. Ella intenta quitarme las manos de encima pero soy más fuerte así que paramos cerca de las escaleras, en donde no hay demasiada gente que nos pueda escuchar.—Kenneth dime que solo estabas bromeando. —Me encara, pero mi rostro serio la agita más—. ¡Te vas a casar y ni siquiera conozco a tu prometida! ¿Qué demonios? ¿Qué se supone que soy para ti entonces Kenneth? ¿Qué soy yo y nuestros padres? ¿No somos tan importantes en tu vida?Siento el dolor en su voz, su perfecto maquillaje comienza a arruinarse un poco por debajo de su máscara gracias a las lágrimas que se le escapan y me odio por hacerle esto. Pero tarde o temprano tenía que pasar. Debo decirle la verdad, la decisión más estúpida que he tomado en toda mi vida gracias a mi propia infelicidad.—Kasey no puedo decirte esto aquí…—¡No, Kenneth! Has tenido demasiado tiempo para decírmelo,