No me m@ten.
Lauren.Comenzar mi vida desde cero, con el corazón roto, no fue para nada sencillo. Aunque vivía a tan solo unas cuadras del internado de mamá, y la iba a ver a diario, no era suficiente para calmar la sensación de vacío en mi pecho.Se sentía como si hubieran arrancado una parte tan grande mí, casi imposible de volver a llenar.No dejaba de culparme diariamente por lo ingenua que había sido, y eso solo terminaba por derrumbarme en mi pequeña habitación alquilada, llorando hasta quedarme sin lágrimas.Con el pasar de un mes tras lo ocurrido, Patrice me dijo que el director del internado quería hablar conmigo. Entonces fui allá, y este soltó algo inesperado.—Sabe que su cuenta en el internado es pagada mensualmente por el señor William Sinclair —dijo, a lo que afirmé.—Lo sé. He renunciado a mi trabajo hace un mes pero tengo ahorros suficientes como para pagar dos meses de su internado mientras consigo un trabajo estable.Sin embargo, el director sacudió la cabeza.—He recibido una
Kenneth.Pierdo el conocimiento del tiempo solo admirándola mientras su rostro se sonroja gradualmente.Sé que no debía haberme acercado pero una vez que di un paso no pude detenerme.Sé que le he roto el corazón y posiblemente me odia por eso, pero la necesidad de volver a verla es mucho más grande. Y ahora estoy aquí, notando que su cabello rojo está casi diez centímetros más largos que la última vez que lo tomé entre mis manos; ya besando suavemente su espalda baja. Su rostro inocente se ha desvanecido por uno un poco más tenso, con algunas ojeras; pero no es lo único que ha cambiado en ella, y es que ahora parece que lleva al menos unos seis kilos más encima, haciendo lucir sus curvas un poco más divinas que antes.Todo en mi interior revolotea, la ansiedad me invade, queriendo volver a sentir esos labios rosados pequeños junto a los míos.Casi sin darme cuenta estoy por dar un paso más cerca de ella, cuando su sonrisa repentina me detiene. Su mano, que ahora noto que lleva muy bi
Lauren.Ni siquiera la sensación agradable de los labios de mi novio me hace olvidar o despejar toda la tensión en mi cuerpo por lo que acabo de vivir.Cuando Christian abre la puerta para que suba a la camioneta, lo hago, y él me sigue atrás. Su mano se posa en mi pierna en un gesto cariñoso antes de volver a inclinarse para besarme, pero sé que sabe que ocurre algo.—¿Estás molesta conmigo?Muerdo mi labio y sacudo la cabeza.—Agradezco que estés aquí —expreso abrazándome a su cuerpo, por lo que él me aprieta con cariño.Tras un suspiro de mi parte él acaricia mi cabeza mientras no dejo de pensar.Volver a ver a Kenneth, compartir su mismo aire, sentir su mirada ojimiel que tanto me desarmaba, ha hecho que mi cuerpo recuerde cada momento que vivimos juntos. Sin embargo, me aferro al pecho de Christian como lo he estado haciendo.Aceptar ser su novia fue algo bastante difícil, y de hecho solo tenemos unos seis meses siendo novios oficialmente; primero porque no sabía si estaba prepar
Kenneth.¿Cómo es que no me había enterado de ello antes?Al llegar a la casa de mi hermana en Washington ella no estaba así que me dio el tiempo suficiente para perderme en las redes sociales del idiota de Christian Smith. Allí, con su cabello ridículamente bien peinado, y esa postura de ricachón, sosteniendo la cintura de Lauren mientras ambos se ven a los ojos con… ¡No puede ser!La foto apenas tiene cuatro meses de haberse publicado, junto a unos ridículos corazones en su descripción, seguido de comentarios de Sebastian, Harrison, Connor, y hasta el mismo Boris, felices por su relación.Aprobación es lo que grita la fotografía. Y no puedo entender cómo es que una mujer tan dulce como Lauren ha cedido a un idiota como él. Ella sabe lo despreciable que es, racista, clasista, prepotente. ¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Acaso es porque quería vengarse de mí? ¿Quería que yo me enterara de su romance y volverme loco? ¿Tanto así me odia?Quizás esa ha sido la razón, porque la había escuchado dec
Kenneth.Antes que de la situación pueda volverse más incómoda tengo que abrazar a mi hermana por los hombros para sacarla rápidamente del grupo. Ella intenta quitarme las manos de encima pero soy más fuerte así que paramos cerca de las escaleras, en donde no hay demasiada gente que nos pueda escuchar.—Kenneth dime que solo estabas bromeando. —Me encara, pero mi rostro serio la agita más—. ¡Te vas a casar y ni siquiera conozco a tu prometida! ¿Qué demonios? ¿Qué se supone que soy para ti entonces Kenneth? ¿Qué soy yo y nuestros padres? ¿No somos tan importantes en tu vida?Siento el dolor en su voz, su perfecto maquillaje comienza a arruinarse un poco por debajo de su máscara gracias a las lágrimas que se le escapan y me odio por hacerle esto. Pero tarde o temprano tenía que pasar. Debo decirle la verdad, la decisión más estúpida que he tomado en toda mi vida gracias a mi propia infelicidad.—Kasey no puedo decirte esto aquí…—¡No, Kenneth! Has tenido demasiado tiempo para decírmelo,
Kenneth.—No puedo creer que realmente estés aquí de nuevo —menciona María.Me alzo de hombros. Aunque no es fácil para mí estar aquí tomo asiento frente a ella. Y un momento después la morena se levanta para ofrecerme té.—Digamos que no pensé que sería como pensé que sería —admito, dando un sorbo al té—. Cuando era pequeño y durante toda mi adolescencia tenía a esta psicóloga preguntándome qué sentía respecto a algunas situaciones, y se cansaba de no conseguir algo positivo que le ayudara a ganarse el dinero que le daban mis padres.La mujer, de al menos cuarenta años, morena, cabello negro liso, asiente con una sonrisa.—Entiendo. Entonces dime, ¿por qué es la tercera vez que asistes a terapia después de haberte negado dos años enteros a volver?Rio un poco, acomodándome en el asiento.—Usted dígame por qué insistió durante dos años para que viniera.María sacude la cabeza, sabiendo que no quiero responder a su pregunta.—No fui yo quien lo hizo, fue tu hermana. Hacía las citas por
Lauren.—¿Y él quién es? —cuestiona mi madre hacia Christian.—Soy lo que usted crea que soy —responde tranquilo.Mi madre lo mira fijamente, luego a mí que le estoy dando de comer, y no le dice nada. Tras ello termino de darle su comida, ella no se queja hasta que toma mi mano, deteniéndome a que me levante para sacar el plato.Al ver que me detiene, mi novio toma el plato y nos da una sonrisa antes de irse, entonces mi madre habla.—¿Por qué no eres feliz con ese hombre?Su pregunta me deja paralizada. Ni siquiera sé si me recuerda o no. Pero es inquietante.—Laura… ¿Por qué crees que no soy feliz con él?—No luces como alguien enamorada.Asiento, sin poder decirle más porque Christian regresa rápido, diciéndome en el oído que es hora de partir.Hace un mes tuve la entrevista con el CEO de West Point Home. Y aunque me pareció bastante egocéntrico, conversamos sobre algunas posibles estrategias y concordamos con muchas cosas, así que creo que podré llevarme bien en ese sentido con él
Kenneth.Tras mi descubrimiento, he decidido hacer las cosas bajo perfil. Por alguna razón, el abuelo estuvo trasfiriendo durante casi veintitrés años dinero hacia una cuenta a nombre de Laura.¿Lo peor de todo? Que mi secretaria hizo su investigación, y descubrió que el banco ha estado intentando comunicarse con Laura debido a que posee una gran cantidad de dinero que jamás ha tocado.Veintitrés años, la edad de Lauren hace cuatro años. Eso no puede ser coincidencia. Y si lo que estoy pensando es cierto, puedo entender por qué demonios William me obligó a terminar con Lauren; y mucho peor: el por qué Dick mencionó lo de mamá y el testamento; aunque esto último se me hace demasiado difícil de procesar, tiene sentido que mamá una vez me haya dicho que la abuela Halley le hizo prometer que cuidara de la fortuna Sinclair en manos de Laura.Pero Laura jamás ha tenido intenciones de tomar un solo centavo. Solo está en ese internado pagado por William porque no tiene otra opción.Una vez qu