Lo siento mucho, en serio. No saben lo mucho que me costĂł escribir este capĂtulo, se siente horrible :(
Lauren.CreĂ oler el perfume de Kenneth entre tantas personas. SabĂa que Ă©l estaba cerca, podĂa sentirlo. Sin embargo, antes de que pudiera buscarlo, Boris me detuvo.—Oh linda, Âżestás bien? Podemos hablar si quieres.Lo mirĂ© en agradecimiento. La verdad es que habĂa decidido esperar a Kenneth fuera, pero Maira necesitaba manos para repartir algunos bocadillos, asĂ que tuve que poner todo mi esfuerzo por no mostrar mi desesperaciĂłn ante todos.Al volver a ver mi telĂ©fono sin ninguna notificaciĂłn de Ken, me dejĂ© llevar por Boris hacia el patio trasero mientras Ă©l le pedĂa a Carter que nos diera unos minutos a solas.SentĂ la mirada de Christian sobre mĂ en cada momento, pero lo ignorĂ©.—Estoy… Voy a estar bien —dije, segura—. Pero no quiero involucrarte en esto, Boris, es… muy personal.Entonces Boris se inclinĂł para hablarme al oĂdo.—Ya sĂ© sobre eso. Me enterĂ© el domingo en el hipĂłdromo. Además, fue muy raro saber que Kenneth Sinclair habĂa comprado mi colecciĂłn y luego verte con uno
William Sinclair.Me encontraba demasiado agotado emocionalmente para fingir ante mis amigos que me encontraba bien. Le pedĂ a Will que se quedara conmigo, mientras Ellie se hacĂa cargo de continuar con la fiesta.Ya acostado en mi cama, con la preocupaciĂłn insistente en mi pecho, la puerta se abriĂł.—¡Que sepas que es la Ăşltima vez que vas a verme la cara! —gritĂł Kenneth, alterado.Su respiraciĂłn estaba fuera de control. PodĂa ver en Ă©l el reflejo de mĂ, cuando Laura me terminĂł al no poder seguir con nuestra relaciĂłn a escondidas.—¡Kenneth! —exclamĂł mi hijo tan fuerte como para detener que se fuera—. ¡No le hables asĂ a tu abuelo! ÂżQuĂ© demonios te pasa?—¿Quieres saber quĂ© me pasa, Will? —soltĂł con rabia—. Que tu padre es un aaaasco de persona. ¡Eso pasa!Sus palabras se clavaron como espinas. Kenneth se fue sin volver a verme, mientras todo mi cuerpo comenzaba a tensarse y doler como si estaba en el mismo infierno.Ahogado por el sentimiento, más el dolor insoportable, mi respiraci
Narrador.Al llegar a Nashville, se dirigieron al internado. Patrice dijo que ya habĂa salido un equipo de bĂşsqueda. Eran las once de la noche, y estaba demasiado oscuro, el terror de que algo malo pudiera pasarle a Laura aumentaba con cada segundo.Inmediatamente Christian se ofreciĂł a acompañarla a buscar a pie.—¿Tienes idea de a dĂłnde pueda estar?Lauren sacudiĂł la cabeza. Por más que intentaba pensar con claridad no lo conseguĂa, como un yoyo el rostro de Kenneth desechándola era lo que la invadĂa, poniĂ©ndose en instantes por encima de la preocupaciĂłn de su madre.Comenzaron a preguntar a algunos comercios aun abiertos si la habĂan visto pero no tuvieron noticias. De hecho, dos enfermeros del internado venĂan de regreso notificando la negativa de su bĂşsqueda.Ya que Nashville era la ciudad más grande del estado, Christian pensĂł en buscar ayuda del sheriff, asĂ que tres patrullas se unieron a la bĂşsqueda tras emitir un boletĂn.Aun a pie, ambos caminaron al menos un kilĂłmetro, toma
Cuatro años despuĂ©s.Septiembre 22.Kenneth.—No, no vas a convencerme —declaro hacia mi hermana.Kasey hace su puchero de costumbre, uno que no hace falta que haga dos veces para ceder. Y detesto que sea tan fácil para ella manipularme.—¡Bien! ¡Te verĂ© aquĂ mañana! ¡Por favor no olvides vestirte acorde!Ruedo los ojos, y ante ello mi hermana me lanza un beso por la video llamada. Tengo el presentimiento de que la razĂłn del porquĂ© requiere mi presencia es porque ha conocido a un hombre y eso es realmente perturbador para mĂ.Will me dice que es momento de que ella quiera hacer incluso una familia propia, que ya tiene 27 años, pero por donde la vea, solo puedo reconocer a mi pequeña hermanita de ojos expresivos, cachetes inflados y rulos hermosos alrededor de su cabeza.Al terminar con mi papeleo mi secretaria me recuerda mi cita con la terapeuta; sin embargo, le digo que voy a posponerla. Ella me da una mirada de “¿otra vez?”, pero nadie, ni siquiera mi hermana pueden orillarme a asis
Lauren.Comenzar mi vida desde cero, con el corazĂłn roto, no fue para nada sencillo. Aunque vivĂa a tan solo unas cuadras del internado de mamá, y la iba a ver a diario, no era suficiente para calmar la sensaciĂłn de vacĂo en mi pecho.Se sentĂa como si hubieran arrancado una parte tan grande mĂ, casi imposible de volver a llenar.No dejaba de culparme diariamente por lo ingenua que habĂa sido, y eso solo terminaba por derrumbarme en mi pequeña habitaciĂłn alquilada, llorando hasta quedarme sin lágrimas.Con el pasar de un mes tras lo ocurrido, Patrice me dijo que el director del internado querĂa hablar conmigo. Entonces fui allá, y este soltĂł algo inesperado.—Sabe que su cuenta en el internado es pagada mensualmente por el señor William Sinclair —dijo, a lo que afirmĂ©.—Lo sĂ©. He renunciado a mi trabajo hace un mes pero tengo ahorros suficientes como para pagar dos meses de su internado mientras consigo un trabajo estable.Sin embargo, el director sacudiĂł la cabeza.—He recibido una
Kenneth.Pierdo el conocimiento del tiempo solo admirándola mientras su rostro se sonroja gradualmente.SĂ© que no debĂa haberme acercado pero una vez que di un paso no pude detenerme.SĂ© que le he roto el corazĂłn y posiblemente me odia por eso, pero la necesidad de volver a verla es mucho más grande. Y ahora estoy aquĂ, notando que su cabello rojo está casi diez centĂmetros más largos que la Ăşltima vez que lo tomĂ© entre mis manos; ya besando suavemente su espalda baja. Su rostro inocente se ha desvanecido por uno un poco más tenso, con algunas ojeras; pero no es lo Ăşnico que ha cambiado en ella, y es que ahora parece que lleva al menos unos seis kilos más encima, haciendo lucir sus curvas un poco más divinas que antes.Todo en mi interior revolotea, la ansiedad me invade, queriendo volver a sentir esos labios rosados pequeños junto a los mĂos.Casi sin darme cuenta estoy por dar un paso más cerca de ella, cuando su sonrisa repentina me detiene. Su mano, que ahora noto que lleva muy bi
Lauren.Ni siquiera la sensaciĂłn agradable de los labios de mi novio me hace olvidar o despejar toda la tensiĂłn en mi cuerpo por lo que acabo de vivir.Cuando Christian abre la puerta para que suba a la camioneta, lo hago, y Ă©l me sigue atrás. Su mano se posa en mi pierna en un gesto cariñoso antes de volver a inclinarse para besarme, pero sĂ© que sabe que ocurre algo.—¿Estás molesta conmigo?Muerdo mi labio y sacudo la cabeza.—Agradezco que estĂ©s aquà —expreso abrazándome a su cuerpo, por lo que Ă©l me aprieta con cariño.Tras un suspiro de mi parte Ă©l acaricia mi cabeza mientras no dejo de pensar.Volver a ver a Kenneth, compartir su mismo aire, sentir su mirada ojimiel que tanto me desarmaba, ha hecho que mi cuerpo recuerde cada momento que vivimos juntos. Sin embargo, me aferro al pecho de Christian como lo he estado haciendo.Aceptar ser su novia fue algo bastante difĂcil, y de hecho solo tenemos unos seis meses siendo novios oficialmente; primero porque no sabĂa si estaba prepar
Kenneth.ÂżCĂłmo es que no me habĂa enterado de ello antes?Al llegar a la casa de mi hermana en Washington ella no estaba asĂ que me dio el tiempo suficiente para perderme en las redes sociales del idiota de Christian Smith. AllĂ, con su cabello ridĂculamente bien peinado, y esa postura de ricachĂłn, sosteniendo la cintura de Lauren mientras ambos se ven a los ojos con… ¡No puede ser!La foto apenas tiene cuatro meses de haberse publicado, junto a unos ridĂculos corazones en su descripciĂłn, seguido de comentarios de Sebastian, Harrison, Connor, y hasta el mismo Boris, felices por su relaciĂłn.AprobaciĂłn es lo que grita la fotografĂa. Y no puedo entender cĂłmo es que una mujer tan dulce como Lauren ha cedido a un idiota como Ă©l. Ella sabe lo despreciable que es, racista, clasista, prepotente. ÂżPor quĂ©? ÂżPor quĂ© Ă©l? ÂżAcaso es porque querĂa vengarse de mĂ? ÂżQuerĂa que yo me enterara de su romance y volverme loco? ÂżTanto asĂ me odia?Quizás esa ha sido la razĂłn, porque la habĂa escuchado dec