ÂżUstedes creen que Kenneth podrá sanar algĂşn dĂa?
Kenneth.—Recuerdo ir hasta mi madre, intentando despertarla… TodavĂa puedo sentir la mano de Killian en mi hombro, diciendo “buen chico”, y luego…CerrĂ© los ojos, respirando cerca del cuello de Lauren mientras ella me sostenĂa con fuerza. Yo estaba derrumbado, y ella tomaba mis pedazos, cada uno.Luego de que disparĂ© y mi padre me dijo aquello, Adolfo le disparĂł a nuestro padre directo en la nuca, dejándome congelado.Mi hermano me abrazĂł, temblando, llorando.—Vete, Kenneth. Toma a Kasey y vete de aquĂ. No digas nuestro apellido, no menciones a nuestro padre, ni que ha muerto ni que le has disparado a mamá. Vete hermano, ¡por favor vete!Ni siquiera pude hablar. Lo Ăşltimo que supe de Ă©l, fue que lo abracĂ©. Luego tomĂ© a Kasey en su coche, y sin saber quĂ© rumbo tomar, hui, descalzo, lleno de sangre, con mi hermana llorando en todo el camino.Un hombre se detuvo en el camino cuando ya el sol nos empezaba a tocar, quise huir de Ă©l, pataleando porque no sabĂa si era bueno o malo, pero Ă©l
Kenneth.—¿Por quĂ© llamas tan temprano, Ken? —dijo la voz de mi hermanita, del otro lado de lĂnea.SuspirĂ©, viĂ©ndome en la habitaciĂłn de Lauren, sin querer moverme de allĂ. En esa habitaciĂłn habĂa soltado los más horribles recuerdos, y todavĂa se seguĂa sintiendo cálido, como si me abrazara. Aunque yo estaba allĂ, el perfume de Lauren aĂşn se podĂa percibir.DespuĂ©s de la noche anterior, me sentĂa tranquilo, como si no tenĂa nada de quĂ© preocuparme. Nunca me habĂa sentido asĂ. Siempre sentĂa unas incesantes ganas de huir, de precipitarme, pero allĂ solamente querĂa estar, aunque con ella.—Solo llamo para decirte que ya no tienes que preocuparte por Dakota ni por ninguna otra ex —expresĂ©.Mi hermana suspirĂł.—Bueno, eso está en veremos, Âżno?SonreĂ, nostálgico. QuerĂa contarte todo. Decirle que habĂa abierto mi corazĂłn a alguien especial, pero que no sabĂa cĂłmo manejarlo. CĂłmo tener la certeza de que podrĂa funcionar si decĂa mis sentimientos. CĂłmo atreverme a amar de verdad sin hacer
Kenneth.Le pedĂ a Anika que fuĂ©ramos al hospital para hacerle las pruebas. Ya me habĂa pasado esto con Dakota, y solo pude desmentirlo cuando la obliguĂ© a sacarse una prueba de sangre con la presencia de su padre.ÂżPero si esto era cierto?SabĂa que Anika decĂa la verdad. Ninguna de las chicas salĂa de la mansiĂłn. Estaba seguro que yo era el Ăşnico que podrĂa ser el padre de ese bebĂ© si ella estaba embarazada. Pero la idea de ser padre junto a ella, por ella, me resultaba tan desagradable. Jamás habĂa pensado en tener hijos, porque nunca me habĂa considerado apto para criarlos, pero si llegaba, al menos querĂa que fuera criado en una familia estable, amorosa, sin faltas, que tuviera todo lo que yo no hasta que cumplĂ los ocho años de edad.SabĂa que con Anika las cosas no serĂan asĂ, yo no la querĂa. No querĂa tampoco fingir tener una familia con ella. Demonios. Si mis padres se enteraban me obligarĂan a casarme con ella. Will me lo habĂa advertido cuando estaba en la secundaria. Me ha
MARATĂ“N 1/3Lauren.EncontrĂ© en sus ojos el mismo brillo que los mĂos por Ă©l. HabĂa amor. No me cabĂa la menor duda. Yo no era un juego. No era una de la lista. Quizás Ă©l no sabĂa cĂłmo decirlo más que un “eres especial”, pero no nos hacĂa falta decir que nos gustábamos, que estábamos enamorados, que nos querĂamos. Con los dos allĂ simplemente sintiendo era suficiente.En mi corazĂłn tenĂa la certeza de que lo que Ă©l vivĂa conmigo no lo habĂa vivido con nadie más, y la forma en que me miraba, los detalles que tenĂa conmigo, solo afirmaban mi feliz corazonada: Kenneth estaba enamorado de mĂ. AsĂ que me iba a aferrar a eso pasara lo que pasara.Suspirando, viendo los hermosos corazones en aquellas cintas pegadas del techo, volvĂ a sonreĂr. Era increĂble que tuviera la paciencia de hacer algo como eso. Y amaba su regalo, pero me hacĂa sentir un poco mal porque en la mañana cuando ordenĂ© el pastel sin glaseado, tambiĂ©n habĂa ordenado otra cosa, para Ă©l. Esperaba dárselo despuĂ©s del desayuno
MARATĂ“N 2/3Kenneth.—Mamá… —intentĂ© sonreĂr.Ellie estaba frente a mĂ, mirándome tan molesta. Juro que podĂa ver el humo salir de sus oĂdos, asĂ que la abracĂ© temiendo que fuera a explotar. Pero no me dejĂł tocarla por más de tres segundos, porque rápido me empujĂł.—Dime que no es lo que estoy pensando Kenneth —pronunciĂł cada palabra con rabia.Demonios. ÂżCĂłmo podrĂa explicarle? HabĂa visto a Lauren en una toalla, mojada, intentando detenerme. Era obvio lo que pasaba.—Mamá por favor… —supliquĂ©, temiendo de su molestia—. Vamos a hablarlo. Necesito que respires y me escuches.Ellie intentĂł respirar, lo consiguiĂł, bajando sus humos, solo para tomarme fuerte del brazo y obligarme a bajar por las escaleras como si era un niño pequeño.—Claro que vamos a hablar de esto, Kenneth. ÂżEn quĂ© demonios estabas pensando? ¡Te mandĂ© a investigarla no a que la llevaras a tu cama!—¿Hijo?La voz de Will la sentĂ como una salvaciĂłn. Me soltĂ© de mamá y esbocĂ© una sonrisa a mi padre. Él nos miraba a mamá
MARATĂ“N 3/3Lauren.Al entrar a mi habitaciĂłn, intentĂ© respirar con calma. No sabĂa por quĂ©, pero Ellie Sinclair me odiaba. HabĂa sido un error convencer al señor William de invitar a sus padres. Ella me veĂa como una simple hija de una ama de llaves, y sabĂa lo importante que eran Will y Ellie para Kenneth despuĂ©s de todo lo que habĂa pasado de niño. Entonces serĂa un hecho que si Ellie se lo pedĂa, Kenneth se irĂa de la mansiĂłn ese mismo dĂa. Pero me rehusaba a que asĂ fuera.Mirando las cintas en el techo, las joyas en la mesa de noche junto a una rosa hermosa, me acerquĂ©. TomĂ© todo en mis manos y dejĂ© que algunas lágrimas se me escaparan.SĂ, Kenneth estaba sintiendo conmigo mucho más que con cualquier otra, Âżpero era suficiente para enfrentar a sus padres, a su abuelo? ÂżEstaba dispuesto a confesar sus sentimientos por mĂ? ÂżQuerĂa una relaciĂłn estable conmigo? ÂżMe verĂa como una esposa? ÂżPodrĂa ser la madre de sus hijos…?Aquel Ăşltimo pensamiento me llevĂł a ir a la gaveta en donde
William Sinclair.Con mi vista empañada de lágrimas, y la impotencia fluyendo por mis venas, la amenacĂ©. Lauren me veĂa a punto de llorar igualmente, parecĂa que de un momento a otro se derrumbarĂa, pero de repente se puso de pie, mirándome con determinaciĂłn.Esa misma determinaciĂłn que un dĂa me habĂa dado su madre, Laura, para terminar lo nuestro, haciendo mis sentimientos correr entre el miedo y la desesperaciĂłn.ConocĂ a Laura Mitchell cuando mi esposa Halley la llevĂł a la mansiĂłn. Laura solĂa trabajar junto a su madre para la familia de mi buen amigo Harrison, y cuando su madre muriĂł, los MĂĽller despidieron a Laura. Harrison, quien conocĂa a Laura desde pequeña, la refiriĂł a mi esposa ya que nuestra antigua ama de llaves habĂa muerto. AsĂ que a la edad de veinticinco años, Laura llegĂł a nuestra mansiĂłn, con su desbordante cariño y su dulce timidez. Cabello pelirrojo, piel de leche, tan frágil como una hermosa flor.QuedĂ© secretamente flechado con su belleza desde el primer instant
Kenneth.“Por favor, nunca te pido nada. Te necesito en esta direcciĂłn”El mensaje de Cassandra habĂa sido claro, me necesitaba. Al ser la primera vez en 10 años que solicitaba mi presencia, supuse que se trataba de algo de vida o muerte. Por eso dejĂ© a Lauren allĂ.Me despedĂ rápido de mis padres, dando una excusa tonta. Papá mencionĂł que habrĂa una reuniĂłn con amigos en la noche, que no faltara, a lo que asentĂ. SalĂ la mansiĂłn en mi auto hasta la direcciĂłn de Cassandra.Me preocupĂ© cuando me di cuenta que estaba en un motel barato. Di su nombre en la recepciĂłn, la mujer no respondiĂł. MencionĂ© que era una emergencia, di sus caracterĂsticas fĂsicas, asĂ que la chica me dio su nĂşmero de habitaciĂłn.La puerta estaba abierta, alarmándome aĂşn más. Me adentrĂ© diciendo su nombre, y escuchĂ© su voz en algĂşn lugar, llorando. Estaba en el piso, en la esquina de la cama. No parecĂa tener ninguna herida fĂsica. Entonces rápido la tomĂ© en mis brazos, dándole tiempo para decirme lo que ocurrĂa.Uno