¿Alguien tiene una idea teoria sobre lo que pudo pasarle a Kenneth exactamente?
Lauren.Cuando el señor William me soltó, me sentí llena de cariño.—Sabía que su junta con Anika no traería algo bueno —comentó, y limpié sus lágrimas. Me conmovía que se preocupara tanto por mí—. No sé en qué demonios piensa ese muchacho. Hay tantas mujeres, ¿por qué tuvo que perturbar nuestra tranquilidad?Me sentí incomoda por ello. Cambié el tema diciéndole que me quedaría con él, pero mencionó que debía verse con su abogado, que era mejor que yo me quedara en casa a descansar mientras Kenneth lo llevaba.Ellos salieron. Ni Nailen ni Maira quisieron hablarme después de que vimos a Kenneth sacar a Anika de la mansión, pero desayunamos juntas en silencio. Yo estaba tan agotada. Solo subí a mi habitación, escribí a Patrice para saber de mi madre, y su mensaje me sorprendió.Patrice: Preguntó hace unos minutos por ti. Quiere hablarte.Llamé a la enfermera y reconocí la voz de mi madre.—¡Lauren! Cariño, ¿estás bien?Asentí. Pareciéndome increíble. Los primeros dos años ella solía llam
Kenneth.Pude ver el brillo en sus ojos cuando le hice aquella confesión. Mi pecho se llenó de felicidad pese a mis temores.Ella quería sentir que era especial e importante para mí. Lo veía. No sabía si solo era porque tenía miedo de sentirse como una cualquiera, o porque estaba enamorada; pero de las dos formas, iba a dejar que lo sintiera. Porque lo era.Nunca había tenido la necesidad de ser algo más que un buen polvo para cualquier otra mujer, solo eso me bastaba para saber que no me olvidarían, llenando mi orgullo. Sin embargo, algo dentro de mí me pedía que dejara una huella mucho más grande en Lauren. Una huella que ningún otro hombre pudiera borrar. Y así, si algún día lo iba a arruinar, si algún día ella se iba, jamás me olvidaría.Después de entregarle algunos trabajos a mi madre y hermana, convencí al abuelo de ir al hipódromo.—He escuchado que sales mucho últimamente, padre —mencionó Will por llamada hacia el abuelo—. Espero que Kenneth no sea una mala influencia.El abu
Lauren.Mi pequeño corazón latía apresurado, lleno de múltiples emociones. Temor de que alguien conocido nos viera, adrenalina por lo mismo, felicidad por saber que él tenía una sorpresa preparada para mí. Me hacía sentir especial, y eso alimentaba mi enamoramiento.Justo cuando pensé que iríamos al casino, tomamos otra ruta que nos terminó llevando fuera del hipódromo. Luego abrió la puerta trasera de un auto que esperaba por nosotros, me dejó entrar, pero mi sonrisa se borró cuando él subió al asiento delantero y una mujer de cabello negro sedoso le dio un beso en la mejilla.—¡Hola, hola! —saludó la mujer girando su cabeza para verme. Apreté mis manos sobre mis piernas, no sabía qué sentir—. Mucho gusto, mi nombre es Cassandra, pero puedes decirme Cass. Es un placer conocerte, Kenneth me ha hablado mucho de…Vi cómo Kenneth colocó una mano en su pierna y todo mi cuerpo se erizó.—Mucho gusto, me llamo Lauren. —Intenté sonreír.Vi cómo Kenneth apartó la mano de su pierna, pero era d
Kenneth.“Tu princesa te necesita, Ken”La frase me hacía sonreír incluso después de nuestro maravilloso seexo. No nos detuvimos hasta que el piloto dijo por el parlante que abrocháramos nuestros cinturones. Y entonces guardé sus bragas mojadas y rotas en el bolsillo de mi pantalón, como un recuerdo del momento. Sin duda el mejor sexo oral en mi vida.En cuestión de minutos estábamos aterrizando en la pista privada de Walt Disney World.—¡NO PUEDE SER!Su grito me lleno de felicidad. Ella dio un brinco, señalando el enorme castillo a la distancia, pero de repente comenzó a llorar. Conmovido, la abracé a mi cuerpo, limpiando sus lágrimas de ese rostro bronceado.—Hey cariño, ¿por qué lloras?—¿Por qué me trajiste aquí? ¿Cómo…?Sonreí.—Aquella noche viendo las fotos con tu madre… Vi tu obsesión con Sirenita, pero jamás te vi en algún parque temático. Supuse que tu madre nunca pudo traerte.Era cierto. De las veinte fotos que tenía guardadas en su caja, al menos una cinco eran de ella p
Kenneth.—No me gustan los hombres —cambié el tema, nervioso.Boris me tomó del brazo, molesto. Ya podía ver lo que venía. Todo estaba acabado. Él le diría al abuelo. Sería el fin de mi historia con Lauren.—Al principio pensé que solo eran ideas mías pero cuando vi su caja de anticonceptivos en la cartera todo tuvo tanto sentido. Además Carter es tan malo ocultando las cosas, ¿por qué demonios le pediste a él que fuera tu cómplice y no yo?Lo miré, sorprendido. No estaba entendiendo lo que sucedía.—¿Qué?—Demonios, Kenneth, te conozco desde siempre, ¿crees que no noto lo especial que es Lauren para ti? Lo supe en la playa, y estoy tan molesto contigo por haber confabulado con mi marido. Me siento engañado.Él realmente estaba hablando en serio. Pero yo no podía creer que Boris, sabiendo mi trayectoria, y queriendo a Lauren, pensara que era bueno lo que estaba pasando. Había dicho que se dio cuenta de que Lauren era especial para mí, ¿qué quería decir con eso?—¿A qué te refieres con…
Advertencia: este capítulo tiene contenido sensible respecto al abuso infantil.Kenneth.Cuando logré respirar con sus brazos rodeándome, cambiamos de posición. Yo acostado en la cabeza en sus muslos, mientras ella acariciaba mi cabello. Varias lágrimas suyas cayeron sobre mí, y maldije por tener que arrastrarla a mi dolor; pero tenía que sacarlo.Era momento de que le dijera a alguien por primera vez absolutamente todo lo que me había pasado, todas las cosas que incluso le oculté a la terapeuta que los Sinclair me asignaron durante años por haber sufrido de abuso infantil.Había algo que nadie sabía. Algo que ni siquiera Kasey se imaginaba porque, de hacerlo, la perdería.Entonces comencé a hablar sin poder detenerme.Mi padre de sangre, el maaldito de Killian Bastian, era un narcotraficante y pedófilo de alto nivel. Con varias mujeres como esposas regadas en diferentes estados, pero solo una con hijos, mi madre.Mi dulce, desesperada y atrapada madre, Asha, de origen africano, fue co
Kenneth.—Recuerdo ir hasta mi madre, intentando despertarla… Todavía puedo sentir la mano de Killian en mi hombro, diciendo “buen chico”, y luego…Cerré los ojos, respirando cerca del cuello de Lauren mientras ella me sostenía con fuerza. Yo estaba derrumbado, y ella tomaba mis pedazos, cada uno.Luego de que disparé y mi padre me dijo aquello, Adolfo le disparó a nuestro padre directo en la nuca, dejándome congelado.Mi hermano me abrazó, temblando, llorando.—Vete, Kenneth. Toma a Kasey y vete de aquí. No digas nuestro apellido, no menciones a nuestro padre, ni que ha muerto ni que le has disparado a mamá. Vete hermano, ¡por favor vete!Ni siquiera pude hablar. Lo último que supe de él, fue que lo abracé. Luego tomé a Kasey en su coche, y sin saber qué rumbo tomar, hui, descalzo, lleno de sangre, con mi hermana llorando en todo el camino.Un hombre se detuvo en el camino cuando ya el sol nos empezaba a tocar, quise huir de él, pataleando porque no sabía si era bueno o malo, pero él
Kenneth.—¿Por qué llamas tan temprano, Ken? —dijo la voz de mi hermanita, del otro lado de línea.Suspiré, viéndome en la habitación de Lauren, sin querer moverme de allí. En esa habitación había soltado los más horribles recuerdos, y todavía se seguía sintiendo cálido, como si me abrazara. Aunque yo estaba allí, el perfume de Lauren aún se podía percibir.Después de la noche anterior, me sentía tranquilo, como si no tenía nada de qué preocuparme. Nunca me había sentido así. Siempre sentía unas incesantes ganas de huir, de precipitarme, pero allí solamente quería estar, aunque con ella.—Solo llamo para decirte que ya no tienes que preocuparte por Dakota ni por ninguna otra ex —expresé.Mi hermana suspiró.—Bueno, eso está en veremos, ¿no?Sonreí, nostálgico. Quería contarte todo. Decirle que había abierto mi corazón a alguien especial, pero que no sabía cómo manejarlo. Cómo tener la certeza de que podría funcionar si decía mis sentimientos. Cómo atreverme a amar de verdad sin hacer