Lauren.Mi pequeño corazón latía apresurado, lleno de múltiples emociones. Temor de que alguien conocido nos viera, adrenalina por lo mismo, felicidad por saber que él tenía una sorpresa preparada para mí. Me hacía sentir especial, y eso alimentaba mi enamoramiento.Justo cuando pensé que iríamos al casino, tomamos otra ruta que nos terminó llevando fuera del hipódromo. Luego abrió la puerta trasera de un auto que esperaba por nosotros, me dejó entrar, pero mi sonrisa se borró cuando él subió al asiento delantero y una mujer de cabello negro sedoso le dio un beso en la mejilla.—¡Hola, hola! —saludó la mujer girando su cabeza para verme. Apreté mis manos sobre mis piernas, no sabía qué sentir—. Mucho gusto, mi nombre es Cassandra, pero puedes decirme Cass. Es un placer conocerte, Kenneth me ha hablado mucho de…Vi cómo Kenneth colocó una mano en su pierna y todo mi cuerpo se erizó.—Mucho gusto, me llamo Lauren. —Intenté sonreír.Vi cómo Kenneth apartó la mano de su pierna, pero era d
Kenneth.“Tu princesa te necesita, Ken”La frase me hacía sonreír incluso después de nuestro maravilloso seexo. No nos detuvimos hasta que el piloto dijo por el parlante que abrocháramos nuestros cinturones. Y entonces guardé sus bragas mojadas y rotas en el bolsillo de mi pantalón, como un recuerdo del momento. Sin duda el mejor sexo oral en mi vida.En cuestión de minutos estábamos aterrizando en la pista privada de Walt Disney World.—¡NO PUEDE SER!Su grito me lleno de felicidad. Ella dio un brinco, señalando el enorme castillo a la distancia, pero de repente comenzó a llorar. Conmovido, la abracé a mi cuerpo, limpiando sus lágrimas de ese rostro bronceado.—Hey cariño, ¿por qué lloras?—¿Por qué me trajiste aquí? ¿Cómo…?Sonreí.—Aquella noche viendo las fotos con tu madre… Vi tu obsesión con Sirenita, pero jamás te vi en algún parque temático. Supuse que tu madre nunca pudo traerte.Era cierto. De las veinte fotos que tenía guardadas en su caja, al menos una cinco eran de ella p
Kenneth.—No me gustan los hombres —cambié el tema, nervioso.Boris me tomó del brazo, molesto. Ya podía ver lo que venía. Todo estaba acabado. Él le diría al abuelo. Sería el fin de mi historia con Lauren.—Al principio pensé que solo eran ideas mías pero cuando vi su caja de anticonceptivos en la cartera todo tuvo tanto sentido. Además Carter es tan malo ocultando las cosas, ¿por qué demonios le pediste a él que fuera tu cómplice y no yo?Lo miré, sorprendido. No estaba entendiendo lo que sucedía.—¿Qué?—Demonios, Kenneth, te conozco desde siempre, ¿crees que no noto lo especial que es Lauren para ti? Lo supe en la playa, y estoy tan molesto contigo por haber confabulado con mi marido. Me siento engañado.Él realmente estaba hablando en serio. Pero yo no podía creer que Boris, sabiendo mi trayectoria, y queriendo a Lauren, pensara que era bueno lo que estaba pasando. Había dicho que se dio cuenta de que Lauren era especial para mí, ¿qué quería decir con eso?—¿A qué te refieres con…
Advertencia: este capítulo tiene contenido sensible respecto al abuso infantil.Kenneth.Cuando logré respirar con sus brazos rodeándome, cambiamos de posición. Yo acostado en la cabeza en sus muslos, mientras ella acariciaba mi cabello. Varias lágrimas suyas cayeron sobre mí, y maldije por tener que arrastrarla a mi dolor; pero tenía que sacarlo.Era momento de que le dijera a alguien por primera vez absolutamente todo lo que me había pasado, todas las cosas que incluso le oculté a la terapeuta que los Sinclair me asignaron durante años por haber sufrido de abuso infantil.Había algo que nadie sabía. Algo que ni siquiera Kasey se imaginaba porque, de hacerlo, la perdería.Entonces comencé a hablar sin poder detenerme.Mi padre de sangre, el maaldito de Killian Bastian, era un narcotraficante y pedófilo de alto nivel. Con varias mujeres como esposas regadas en diferentes estados, pero solo una con hijos, mi madre.Mi dulce, desesperada y atrapada madre, Asha, de origen africano, fue co
Kenneth.—Recuerdo ir hasta mi madre, intentando despertarla… Todavía puedo sentir la mano de Killian en mi hombro, diciendo “buen chico”, y luego…Cerré los ojos, respirando cerca del cuello de Lauren mientras ella me sostenía con fuerza. Yo estaba derrumbado, y ella tomaba mis pedazos, cada uno.Luego de que disparé y mi padre me dijo aquello, Adolfo le disparó a nuestro padre directo en la nuca, dejándome congelado.Mi hermano me abrazó, temblando, llorando.—Vete, Kenneth. Toma a Kasey y vete de aquí. No digas nuestro apellido, no menciones a nuestro padre, ni que ha muerto ni que le has disparado a mamá. Vete hermano, ¡por favor vete!Ni siquiera pude hablar. Lo último que supe de él, fue que lo abracé. Luego tomé a Kasey en su coche, y sin saber qué rumbo tomar, hui, descalzo, lleno de sangre, con mi hermana llorando en todo el camino.Un hombre se detuvo en el camino cuando ya el sol nos empezaba a tocar, quise huir de él, pataleando porque no sabía si era bueno o malo, pero él
Kenneth.—¿Por qué llamas tan temprano, Ken? —dijo la voz de mi hermanita, del otro lado de línea.Suspiré, viéndome en la habitación de Lauren, sin querer moverme de allí. En esa habitación había soltado los más horribles recuerdos, y todavía se seguía sintiendo cálido, como si me abrazara. Aunque yo estaba allí, el perfume de Lauren aún se podía percibir.Después de la noche anterior, me sentía tranquilo, como si no tenía nada de qué preocuparme. Nunca me había sentido así. Siempre sentía unas incesantes ganas de huir, de precipitarme, pero allí solamente quería estar, aunque con ella.—Solo llamo para decirte que ya no tienes que preocuparte por Dakota ni por ninguna otra ex —expresé.Mi hermana suspiró.—Bueno, eso está en veremos, ¿no?Sonreí, nostálgico. Quería contarte todo. Decirle que había abierto mi corazón a alguien especial, pero que no sabía cómo manejarlo. Cómo tener la certeza de que podría funcionar si decía mis sentimientos. Cómo atreverme a amar de verdad sin hacer
Kenneth.Le pedí a Anika que fuéramos al hospital para hacerle las pruebas. Ya me había pasado esto con Dakota, y solo pude desmentirlo cuando la obligué a sacarse una prueba de sangre con la presencia de su padre.¿Pero si esto era cierto?Sabía que Anika decía la verdad. Ninguna de las chicas salía de la mansión. Estaba seguro que yo era el único que podría ser el padre de ese bebé si ella estaba embarazada. Pero la idea de ser padre junto a ella, por ella, me resultaba tan desagradable. Jamás había pensado en tener hijos, porque nunca me había considerado apto para criarlos, pero si llegaba, al menos quería que fuera criado en una familia estable, amorosa, sin faltas, que tuviera todo lo que yo no hasta que cumplí los ocho años de edad.Sabía que con Anika las cosas no serían así, yo no la quería. No quería tampoco fingir tener una familia con ella. Demonios. Si mis padres se enteraban me obligarían a casarme con ella. Will me lo había advertido cuando estaba en la secundaria. Me ha
MARATÓN 1/3Lauren.Encontré en sus ojos el mismo brillo que los míos por él. Había amor. No me cabía la menor duda. Yo no era un juego. No era una de la lista. Quizás él no sabía cómo decirlo más que un “eres especial”, pero no nos hacía falta decir que nos gustábamos, que estábamos enamorados, que nos queríamos. Con los dos allí simplemente sintiendo era suficiente.En mi corazón tenía la certeza de que lo que él vivía conmigo no lo había vivido con nadie más, y la forma en que me miraba, los detalles que tenía conmigo, solo afirmaban mi feliz corazonada: Kenneth estaba enamorado de mí. Así que me iba a aferrar a eso pasara lo que pasara.Suspirando, viendo los hermosos corazones en aquellas cintas pegadas del techo, volví a sonreír. Era increíble que tuviera la paciencia de hacer algo como eso. Y amaba su regalo, pero me hacía sentir un poco mal porque en la mañana cuando ordené el pastel sin glaseado, también había ordenado otra cosa, para él. Esperaba dárselo después del desayuno