El fin de semana pasaba rápido y Ricardo tenía que volver a casa, y era preferido quedarse en la playa con su mujer y su hijo, porque para él eran eso, pero tenía muy claro que debía saber si ellos corrían peligro y sobre todo hasta qué punto su hermano estaba implicado en ello.Tras dejar a Josefina y a Fede en casa, él no dudó en pasarse por casa de Julio, necesitaba encargarle la seguridad de sus hijos, lo que no esperaba al entrar era encontrarse con lo que se encontró.— Julio necesito que tú… — Ricardo se quedó completamente cortado al ver a ese hombre deseándose por el salón de su empleado completamente desnudo y mojado, sabía que no era su casa y no debía entrar sin llamar, pero su empleado jamás estaba ocupado.— ¿Y usted es?Alfonso en ese momento se quedó completamente en blanco, sobre todo al encontrarse en ese momento como dios lo trajo al mundo.Pero después de pasada la sorpresa, la mirada de Alfonso fue tan glacial como la del intruso, Sobre todo al escuchar la pregunt
— Vístete cariño, debemos salir, creo que Ricardo quiere hablarnos a los dos sobre Josefina.— Dijo Julio observando a su novio.—No te enceles, pero ahora sé por qué Josefina no ha logrado enamorarse, ninguno de los que la ha pretendido es la mitad de simpático que es el tal Ricardo, tu jefe.— ¿Así que te parece guapo mi jefe?— preguntó acercándose a él para atraparlo entre la pared y su cuerpo — porque no te ha dado tiempo a ver si es simpático o no.Después de eso, Alfonso intentó escabullirse, no sin antes bajar y marcar el cuello de su novio, porque algo le decía que Julio había estado enamorado de su jefe.Julio un gruñó por la forma en que su pareja se escapó de entre sus brazos, era cierto que antes había estado enamorado de Ricardo, más bien deslumbrado con él, era fácil mantenerse en el armario mientras le gustaba un heterosexual, era simplemente una forma de mantenerse dentro, pero ahora solo existía Alfonso y odiaba sentirse celoso, odiaba que pudiera siquiera fijarse en n
Ricardo no tenía ningunas ganas de volver a su casa, pero tenía muy claro que debía hacerlo y enfrentar a su esposa, pensaba decirle desde el primer momento que quería el divorcio y que cuanto antes empezaran las negociaciones mejor, pero antes tenía algo que averiguar y era si ella estaba enterada de las aportaciones a aquel hogar de niños.Cuando llegó Ricardo se encontró a su esposa esperándolo para cenar, así que se sintió mal por ella, la dejó sola todo el fin de semana y ni siquiera le hacía un reclamo, era una pena que María no se hubiera casado con otro hombre, porque estaba seguro de que haría muy feliz al hombre adecuado.La mujer lo tenía todo, era una mujer bella, educada y a veces sentía culpable por no haber podido darle todo lo que necesitaba, pero en ese momento no podía sentirse culpable, sabía que era egoísta, pero lo único que quería era vivir su vida junto a Josefina.— ¿Qué tal fue tu fin de semana?— preguntó Ricardo para romper el hielo mientras se sentaba junto
Aquella mañana Ricardo había ido a trabajar muy pronto, creía que era capaz de disimular frente a Miguel, pero veía a su hermano y no había más que tener arcadas.¿Cómo un padre de familia podía traficar con niños? ¿Cómo alguien que parecía un hombre ejemplar era capaz de algo así?Ni siquiera él mismo, antes de saber que era padre, habría sido capaz jamás de hacer algo así, pero ahora que sabía que tenía un hijo, la simple idea de que le sucediera algo lo aterraba.Observó el reloj de su escritorio y presionó el botón que lo comunicaba con su secretaria.— Anule cualquier cosa que tenga el resto del día, voy a salir.Tras aquello se puso su chaqueta y caminó en dirección a la salida, iría a buscar a su hijo a la escuela, recordaba que era el día de las familias, así que no pensaba dejar que el pequeño lo pasara mal.Josefina se encontraba en ese momento llegando a la escuela de Federico. Era la primera vez que ella asistía a un evento organizado por la escuela.Celebraban el día de l
María no podía siquiera creerse lo que estaba viendo, no daba crédito, su esposo en una fiesta de familias con otra mujer y con un niño que sospechosamente se parecía mucho a él.Las lágrimas resbalaban por sus mejillas, y no porque estuviera celosa, sino por la falta de respeto que le parecía aquello ¿Cómo podía humillarla así Ricardo?Llena de rabia María le mandó el vídeo a Miguel esperando su llamada, eso no podía quedar así se vengaría de él y por supuesto no pensaba darle el divorcio con facilidad, jamás en su vida creyó que Ricardo fuera capaz de hacerle algo así…Miguel estaba saliendo de una reunión cuando en su pantalla vio el nombre de María con una notificación, no tardó mucho en ver de qué se trataba.El rostro de Miguel se ensombreció al igual que su mirada. Sobre todo al ver a su hermano feliz con la maldita campesina.De inmediato tomó el móvil y llamó a Maria— ¿Te encuentras bien? Iré a dónde estés en este momento— pero antes de hacerse cargo de la campesina iría a ve
Después del día genial que había pasado junto a Josefina no le apetecía nada volver a casa, pero debía solucionar aquel tema cuanto antes, debía divorciarse de ella para poder hacer su vida junto a la mujer que amaba.De repente su teléfono empezó a sonar sacándolo de sus pensamientos, era lógico seguramente su esposa ya se habría enterado de todo. Al fin y al cabo había visto muchas caras conocidas en aquella fiesta de la escuela y aunque no era extraño que algunos hombres de su posición tuvieran hijos ilegítimos, eran muy extraño que se comportaran como él, Ricardo era muy consciente de ello.— Dime María — dijo Ricardo, apartándose un poco del bullicio, solo les quedaba recoger el premio y ya podrían marcharse.— Me marcho de la casa unos días — aseguró la voz femenina al otro lado de la línea — no me puedo creer que hayas sido capaz de hacerme esto.— María espérate en casa y deja que te explique — respondió Ricardo, sintiéndose culpable al escuchar el tono herido que usaba su esp
Llegaron tarde al departamento de Josefina, Fede estaba agotado porque fue subirse al coche y quedarse completamente dormido, por lo que Ricardo tuvo que llevarlo en brazos hasta su cama.Entre los dos le quitaron la ropa y luego lo arroparon hasta que se quedó dormido. Era momento de que Ricardo le contara lo sucedido con María a Josefina.—¿Tienes algo de vino?— preguntó él mientras observaba a la madre de su hijo, tan sexy que a él se le hacía la boca agua.—Si tengo vino y también algo de tequila— mencionó Josefina enfundada en un negligé que se amoldaba muy bien a su hermoso y tentador cuerpo.Colocó una copa de vino para Ricardo y un caballito de tequila para ella.—Hablaremos de ella ¿verdad?— No más de lo necesario, pero si quiero que sepas cómo están las cosas.Dijo él tomando su copa de vino, en ese momento le apetecía el sabor más suave y afrutado del vino para relajarse…— Ven aquí — le pidió tirando de su mano para que cayera sobre él. Le apetecía mucho tenerla sentada s
Sabía que la presión de las ataduras le provocaría incomodidad y dolor, sobre todo cuando hizo que uno de los ganchos del techo bajarán y lo ajustó a las ataduras de la espalda levantándola unos pocos centímetros del suelo— Encoge las piernas, como si quisieras estar en posición fetal.El roce de las cuerdas sobre su piel, ese ardor que provocaba al pasarlo por su piel, en cada uno de esos roces, que los amarres provocaban, tuvo que morder sus labios para no emitir sonido alguno, para no delatar lo mucho que eso le gustaba.Ella, al igual que su amo, tenía el control, sabía lo mucho que sus gemidos provocaban en Ricardo, por lo que le obsequiara sus gemidos y maullidos justo cuando ella quisiera, compensando por el placer brindado, y como una provocación para que la llevara aún más al límite.Se colocó tal y como le había pedido, haciendo que las cuerdas se tensaran y se apretaron aún más a su piel, provocando una sensación de dolor y placer que recorrió todo su cuerpo, casi haciéndo