Me dejo caer en el sofá de la sala, dejo salir mi aliento con pesadez, abro y cierro mis manos por lo entumecidas que las tengo y al enfocar mi mirada al frente, fulmino a quien en este momento me está mirando con la tranquilidad más grande del mundo. Ambos nos miramos fijo, coloco una pierna encima de la otra, me amoldo al sofá y chiteo.
– ¡Oh vamos Frida, no me mires de ese modo! –revoloteo los ojos, vuelvo a mirarle. –Por lo menos estuviste tranquila, ayudándome a mí, al primo que más amas y adoras.
– ¿Cómo demonios puedes soportar a ese hombre? –la incredulidad de mi parte. –Es arrogante y grosero, eso sí, no te niego que esta como para atarlo a la cama y hacerle de todo –este ríe un poco. –Pero ¿que con su forma de pensar? ¿Mujeres de buen cuerpo y perfectas? ¿En qué siglo vive? –Mark escupe todo el aire retenido en sus pulmones, se inclina, apoyando los codos en sus piernas, me sonríe.
–No es tan malo como lo pintas, hermosa, el señor Hunther tiende a ser noble, como la vez de... –se pone pensativo niega. –No ese día no fue para nada noble –vuelve a pensar intenta hablar, no lo logra. –Mierda, ¿Acaso no ha hecho nada bueno en su magnífica vida?
Ambos escuchamos un carraspeo a nuestro lado, mismo que nos toma por sorpresa y nos altera los nervios. Creímos que estábamos solos en mi departamento, pero ya veo que no, al voltear el alivio me vuelve y sonrió.
–Tía, no tenía idea de que estabas acá –sonrió, se acerca deja un beso en mi frente y una dulce caricia en mi mejilla.
– ¿Y a tu hijo? ¿No le darás amor? –esta le mira de pie a cabeza, niega y toma asiento. – ¡Gracias! –ambas reímos por el drama de Mark.
– ¿De que hablaban? ¿Ocurrió algo mi amor? –me mira y asiento levemente.
–Conocí a un hombre tan idiota, ególatra y como un jodido grano en mi trasero –esta me mira un tanto asombrada, yo señalo a Mark. –El famoso jefe de Mark.
– ¿Ese al que siempre vives tirándole m****a? –abro mi boca de par en par, sonrío.
–Vaya, vaya, Mark Kayenston, mira nada más –me cruzo de brazos, le miro fijo
– ¡Cállate, Frida! –me señala indignado y observa a su madre. –Gracias por el aporte mamá.
Yo rio junto a mi tía Catia, esta se encoge de hombros y vuelve a donde siempre termina cuando viene a mi departamento, la cocina. Nunca se cansa de venir y hacerme un montón de comida para toda la semana, siempre le digo que no es necesario que yo me las arreglo sola, pero ella es tan insistente y la verdad es que es su excusa para venir a verme.
–Solo espero, que este satisfecho con esas fotos –observo a Mark. –Me sorprendió verte volver de la mano de Bera Jelly y Timothy Hunther.
–Bera es una vieja amiga, y ese primo de Bajhor es taaan diferente a el engendro creído ese, gracias a Dios se había marchado porque te juro que la tercera guerra mundial, se hubiera desatado.
El olor a mate nos emboba a ambos y observamos a mi tía venir con tres envases lleno de esto. Le agradezco infinitamente por este cariñito y al darme un sorbo de este líquido amargo, mi cuerpo de inmediato se relaja. Ya los ojos preciosos de ese condenado de Bajhor se me esfumaron y el mal rato que me hizo pasar también, aunque agradezco que no estuvo cuando regrese, hubiera querido que fuera al revés, darle en el pecho y mostrarle todo lo que hice con sus modelos.
Mientras yo disfruto de mi mate mi primo se entretiene contándole a su madre todo lo que ocurrió en mi llegada a la agencia de modelaje y estudio fotográfico Hunther House. Sabía desde un principio quien era Bajhor Hunther, sabia de su egocentrismo y su mala táctica de hablarle a las personas, mas yo fui confiada porque Mark me dijo que él no estaría, pero bueno, cosas ingratas del destino, el idiota estaba y que dolor de cabeza me provoco.
–Oh Dios, Frida mi niña –volteo a ver a mi tía, asiento. –Te han llamado del trabajo, el día de mañana tienes que maquillar y peinar a una novia y sus damas –exhalo con cansancio.
–A veces estoy considerando darme un break –sonrío y niego. –Pero ¿cómo me puedo dar mis gustos si no trabajo? –me coloco de pie, dejo mi taza sobre la mesita de vidrio delante de mí. –Iré a darme una ducha y recostarme un rato, espero que mis dedos entumecidos y mi cansancio reciban buena paga, ¡Eh! –señalo a Mark, este sonríe.
–Bueno o malo tu trabajo, diga lo que diga mi jefe, recibirás tu pago, lo prometo, pero, prima hermosa, para mí, fue un trabajo excepcional –este me lanza un beso yo sonrío. –Te quiero odiosa.
–Te quiero intenso –le sonrío a mi tía. –Están en su casa, gracias por venir tía, te quiero.
Sonriente asiente, yo de inmediato me dirijo a mi habitación. Al entrar observo como a la cama le sale un par de brazos y aclama por mi cuerpo, enciendo mi pequeño estéreo que esta junto a la tv y la voz de Abel, mi hermoso The Weeknd le envía a mi agotado cuerpo esa sensualidad al cantar I Feel It Coming.
Comienzo a despojarme la ropa y busco mi bata de baño, decido utilizar la tina y le aplico algo de jabón líquido de rosas para darme paz y tranquilidad.
Estoy tranquila si Mark y mi tía se encuentran aquí y yo me encierro en mi habitación, ellos son libres de usar mi departamento no tan enorme, pero acogedor. Les he pedido que vengan a vivir conmigo, pero declinan, siempre con eso de que merezco mi propia privacidad, aunque claramente, en algunas ocasiones se queden a dormir aquí. Los únicos que tienen llave de mi departamento son ellos dos, aunque siempre me informan que vendrán, excepto mi tía, que en ocasiones no lo hace para dejar la comida y marcharse y yo no darle el sermón de siempre.
Con la tina lista quito mi bata y me adentro al agua tibia y maravillosa que en este momento cubrirá mi cuerpo. Recojo mi cabello en una cola alta y el agua me cubre hasta los hombros, recuesto mi cabeza al borde de la tina y cierro mis ojos. Mis manos se mueven debajo del agua, un suspiro de mi parte y una corta sonrisa se forma en mis labios.
– ¿Y qué tiene que ver tu prima la voluptuosa en todo esto?
–¡Ja! Desgraciado, si supieras lo que puede hacerte esta voluptuosa, pedazo de caca –tiro muy, muy lejos ese amargo encuentro y me concentro en mi baño.
…
Me levanto exaltada, después de mi largo baño en la tina, mi cuerpo no resistió más y se abrazó a Morfeo. La voz de Lionel Richie cantando Say you, say me, me espabila por completo, tanteo mi mano por toda la cama y logro coger mi móvil. No me percato de la pantalla, ni siquiera sé qué hora ha de ser y lo llevo hasta mi oreja, dejo salir toda pesadez de mi cuerpo.
– ¿Si? ¿Quién es? –escucho un carraspeo del otro lado de la línea, abro mis ojos enfoco aún mejor mi vista, me altero al ver la claridad del otro lado de las persianas. –Mierda...
– ¿Señorita, Frida Kayenston? –salgo disparada de la cama, me muevo de un lado a otro, solo llevo mi ropa interior.
–Me lleva el diablo…
– ¿Disculpe? –caigo en cuenta de la voz masculina del otro lado del aparato en mi mano.
–¡Oh Dios! Disculpe, ¿Quién habla? –muy clarito escuche un bufido, ¿Alguien esta estresado?
–Le hablo del House Hunther –alejo con prisa el móvil de mi oreja, efectivamente, es un número no registrado, lo llevo de vuelta. –Es Bajhor… Hunther.
– ¿¡Aaah!? –logro dar con unos jeans inclino mi cabeza a un lado, sosteniendo el móvil con mi hombro. – ¿Qué quieres?
–Mide tu manera de hablarme –chiteo, logro encender la luz de mi habitación, menuda reguera que tengo. –Se un poco más agradecida, honey.
– ¿Qué quieres? Honey –salgo de mi habitación corro hasta la cocina. –Debo ir a trabajar, y tengo cosas que hacer, ¿Quién te dio mi número?
–Eso no es lo importante –vierto jugo de limón a mi vaso me doy un largo sorbo. –Quisiera reunirme con usted, hablar de lo que hizo ayer después de que me fui –oh m****a, oh no.
–Señor Hunther de verdad, tengo cosas que hacer.
–Aquí le tengo su pago.
–Envíelo con Mark.
–No.
–Si.
–Que no.
–Que siiiii –me alteró un pelín. –Jeje, envíeme el dinero con Mark.
–La espero en mi oficina, hoy, incluso mañana o cuando decida buscar su pago, por el buen trabajo que hizo.
– ¡¿Qué yo que?!
–Feliz día, señorita Kayenston.
Y el desgraciado termino la llamada, dejo mi móvil sobre la encimera, observo la hora, nueve treinta de la mañana y se supone que debía estar a las nueve en punto en mi trabajo. Me olvido por completo de esa extraña llamada, tomo un trozo de pastel de zanahoria, me lo voy comiendo a medida que busco algo decente que ponerme hoy, y me dejo una nota mental que debo recoger mi habitación al regresar.
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Sabía que en cuanto pusiera un pie en mi trabajo, mi jefa me diría un montón de cosas referentes a la responsabilidad y bla bla bla. Ni siquiera habían llegado aún las chicas a las cuales debía maquillar, en cuanto hicieron acto de presencia me puse manos a la obra y en este momento llevo cuatro horas y estoy por terminar a la novia del día de hoy.Tiene un hermoso cabello azabache y abundante, sus damas de honor se han marchado para vestirse y toda esa cosa, a mí solo me falta aplicar el labial y colocar el velo. Es muy preciosa, su cuerpo es precioso, nada es en exceso y sin embargo se ven tan llamativa. Su vestido es al estilo sirena y no es tan estrambótico como otras a las cuales he sido su estilista.La puerta se abre, escucho un suspiro, al voltear me doy cuenta de que seguro la señora que está allí parada y con su mano en el pecho es su madre.–Por favor, nada de lágrimas, la novia no puede arruinar su maqu
Ya no puedo más con el dolor en mis piernas, no sé cuántas veces me he flexionado para agarrar la ropa desordenada en el suelo de mi habitación. Después de ese encuentro un tanto extraño con don señorito no me gusta las calorías, pero estoy rico qué más da, me vine de inmediato a mi acogedora morada.Por un lado, no quería, debido a que realmente no quería ponerme a ordenar y todo eso. Pero es de esos días en que no se me sale de la mente el hecho de que debo hacerlo y bueno acá estoy, recogiendo la última prenda, de las once que he recogido. Debo dejar de tirar las cosas cada que llego del trabajo, pero me es imposible no hacerlo, llego tan exhausta que de inmediato quiero lanzarme sobre mi cama.No sé qué demonios pinta el cesto de la ropa sucia en una esquina de mi habitación, lo único que tenía era un par de medias y ninguna coincidía. Vivir sola es un relajo, puedes hacer a tu antojo, incluso estar en ropa interior todo el día si te da la perra gana, pero
– ¿Te gusta? –sonrió ampliamente, asiento. –Somos tú y yo, me encanta mucho como sales Frida, eres tan bonita.–Mamá... –digo con pesadez ella toma mis mejillas y deja un dulce beso en la punta de mi nariz.–Eres la niña más preciosa de todo el mundo y nadie tiene derecho de decirte lo contrario, tienes unos ojos verdosos tan preciosos y una sonrisa encantadora, no lo olvides.–Eres mi mamá, estas en todo el derecho de decírmelo –esta deja un leve coscorrón en mi cabeza y yo rio.–Frida, algunas personas no te miraran con la misma mirada con la que yo te veo, pero estoy segura que habrá solo una que te mirara con más amor del que yo te veo y en ese momento mi amor, tu sonrisa nunca se esfumara de tus labios….Sonrió ante aquel recuerdo y decido continuar limpiando mis cosas. La música es interrumpida por la voz de Lionel y bufo ante ello, ¿Quién se osa a
– ¡No te pases, Frida! –el grito de Mark podría escucharlo medio mundo, pero por suerte en esta ocasión la música fuerte ayuda a que no sea así. – ¿Bajhor Hunther te ha dicho eso? ¿De tu pies? ¿El trabajo? ¿De verdad? –me doy un sorbo de mi vaso de cerveza.–Ajap, y yo quede literalmente loca, ¿Qué con mis pies Mark? Lo del trabajo es lo de menos, ¡¿Pero mis pies?! –mi gesto de terror reluce.–De seguro le ha de gustar que… –baja su mirada, yo le veo con intriga.– ¿Qué? ¿Qué? –este vuelve a mirarme, se acerca un poco.–Le ha de gustar una masturbada con pies –suelto una risotada, este se encoge de hombros. –Por Dios Frida, eso existe.– ¡Obvio que sé que existe, pero es gracioso viniendo de ti! –este sonríe y golpetea su hombro con el mío. –No lo sé Mark, quizás solo le han de gustar los pies de una mujer.– ¡Para que lo masturben! ¡Daaa!Ambos soltamos una risotada debido a su comentario un tanto fuerte sexualmente y que realmen
Me quejo dentro de mis sabanas, quisiera sentir que los golpes en mi puerta no existen, pero claro que sí, y están que tumban la puerta. Me estiro antes de salir de cama y con mis ojos casi cerrados intento no chocar con nada en mi camino, no dejan de tocar y yo no dejo de decir una y otra vez que ya voy.Me encargo de quitar el seguro de la puerta y al abrir noto que es mi primo y este entra como alma en pena a casa. Cierro la puerta volteo a verle, luego mi vista cae en el reloj de la mesita y me sorprendo ver qué horas son.– ¡Las putas siete de la mañana! ¿Qué te pasa Mark? ¿Y tus llaves? –este con mucha furia deja caer una revista en la mesita céntrica y desde mi lugar no logro ver la portada, me encojo de hombros. – ¿Qué pasa? Créeme que no estoy para los horóscopos y necesito ir a trabajar en dos horas, ¿Escuchas? ¡Dos horas!–Eres tú y los Hunther –como un chasquido de dedos, el sueño se me espanta y corro con prisa a tomar la revista.– ¿<
Camino de un lado a otro en mi pequeña sala, en mi mano una copa de vino y en la otra una gomita llena de azúcar, me doy un sorbo de mi vino y luego un mordisco a mi gomita. Siento el frio del suelo en la planta de mis pies, escucho un bufido a mi lado, volteo a ver a Mark, este también tiene una copa en su mano, suspira con pesadez y yo paso a tomar asiento en mi sofá, me dejo caer sin ánimos y recuesto mi cabeza, me doy otro sorbo más.–No tenía idea de lo oportunista que puede llegar hacer tu jefe.–Ni yo lo creía, créeme.–No tuve más opción, retiraron todo de las plataformas e incluso no mentía al decirme que todo estaba siendo quitado de los anaqueles de revistas y puestos ambulantes, yo...–Te entiendo perfectamente –observo a Mark, me sonríe. –Es lo mejor que pudo pasar Frida, tu jamás ibas a poder con ese artículo, en este momento Grace Cardini debe estar que se muere de rabia –ríe y yo sus
La mascarilla en mi cara tiene que ser retirada y por suerte solo fueron treinta minutos de desconexión a la realidad, porque si no, toda la mascarilla fuera sido embarrada en la almohada. Tomo camino al baño y retiro con abundante agua. Ya sin nada en mi rostro seco mi cara y me miro fijo en el espejo.¿Por qué dije su nombre? ¿Por qué tuve un sueño húmedo? ¿Por qué dije su maldito nombre?Apago la luz y vuelvo a la cama, apago la tv y me enrollo bajo las sabanas, mi cabeza es un lio y debo espantar toda grosería que tenga que ver con ese hombre.¿Por qué no dije Chris Evans o Matt Bomer? ¡Dios, Frida!...–Ni siquiera me tomare la jodida molestia de preguntar porque llevas esas ojeras de muerte.–Por favor y gracias, no estoy para explicaciones.Voy junto a Mark, este vino por mí a la entrada del HH –House Hunther–. No sé dónde mierda
Tomo una larga bocanada de aire y doy tres golpecitos a la puerta de Bajhor, su secretaria no estaba en su puesto así que me tome el atrevimiento de yo misma ir a la oficina. Él mismo me dijo que me esperaba, pues acá estoy, solo espero porque me de aviso y yo entrar.Observo a mis lados es obvio que este piso solo se encuentra la oficina de dicho hombre, lo que llama mucho mi atención y no note el día de ayer, es los jarrones con distintos tipos de plumas dentro de ellas.¿Originalidad? ¡Por supuesto! En vez de flores, plumas y la verdad es que es muy llamativo y sobre todo muy elegante. Vuelvo a tocar tres veces más y en unos tres segundos la puerta se abre, nuevamente está allí, delante de mí, mi adonis de ojos preciosos, noto que está en una llamada y en silencio paso a su lado, este se encarga de cerrar la puerta y continua su llamada.– Se suposa que ella no ha de tornar per a aquesta temporada, se suposa que ha d'e