Todos estaban nerviosos, era el ensayo final, nada podía estropearlo, habrían importantes invitados como el alcalde, directores de otros establecimientos a nivel regional y las familias de cada alumno, asique debía ser lo más realista posible, debían imaginarse estar frente a todos ellos, por lo que habían invitado a todo el alumnado para presenciar el ensayo final.Todo comenzaba con una melodia alegre, que solo tardaba 10 segundos antes de perderse poco a poco para dar inicio a la bienvenoda.La profesora Eva avanzó hacia el escenario con una gran sonrisa, para iniciar dando la bienvenida a cada asistente par a luego leer una frase de Maria montesori " la claridad genera confíanza y la confianza inspira comportamientos positivos" haciendo énfasis en que el establecimiento era un lugar de prestigio, un segundo hogar para los alumnos donde podían soñar y confiar en sí mismos y en sus docentes, pero siempre con la presencia de normas y límites que favorecerian su futuro.Inés escuchaba
Inés se despertó muy temprano, había llegado el día en que podría desenmascarar a la profesora Eva y debía ser cautelosa, no podían existir equivocaciones, daba vueltas en su cama sin poder continuar durmiendo, mientras escuchó un ruido en la cocina.Se levantó a toda prisa pero, con miedo a que pudiese ser un ladrón, sin embargo al mirar desde la puerta, vio una silueta femenina al final del pasillo, supo exactamente que se trataba de lía qué daba vueltas por la sala como un león enjaulado.Estaba igual o más nerviosa que Inés, repasaba él plan en su mente una y otra vez, hablando en voz baja, hasta que al voltearse su mirada se encontró con la de Inés. Ambas sonrieron, como si estuvieses conectadas y se ubiesen comucado claramente por varios minutos, pero ninguna había dicho ni una sola palabra.Se sentaron en la sala, se abrazaron y con una manta de polar meditaron en conjunto.- Que hacen aquí mis preciocitas - dijo Julián en tanto su alarma sonó y se bajó de golpe hacia el baño -
Rocío detuvo la grabación que hizo desde el inicio, porque ya no solo mostrarian la grabación de Inés respecto a su relato y las imágenes que Lía le había sacado después de lo sucedido en los baños, ahora tendrían un video que exponía a la profesora Eva completamente.Se dirigió despacio hacia Inés, quien pese a estar rodeada de otros niños que estaban preparándose para subir al escenario, nadie notó su presencia.- Inés, confía en mi, no pongas tu grabación, pon esta - dijo acercandole una pequeña memoria de su cámara donde se encontraba únicamente el video que acababa de grabar, pues se había encargado de eliminar todo lo demás de su cámara para que Inés no se confundiera en el video que se debía proyectar.Inés la miró unos segundos , sin duda dudó de la palabra de alguien que recién conocía. Pero si era amiga de Lía y ella le había expuesto el plan era porque realmente confiaba en ella, por lo que acintio unas veces y se preparó para el show.Había un momento de la actividad, don
Inés miró a lo lejos, sintió un alivio inexplicable que iniciaba desde su estómago y se extendía a lo largo de su cuerpo hasta llegar rápidamente a su cabeza, calmando sus pensamientos y sus tristezas de manera inmediata, porque eso que tanto esperaba, al fin ocurría, aquello que parecía imposible, por fin sentía esa sabor a victoria que no podia quitarse de la boca. Inés respiraba con calma como si acababa de quitarse una gran carga de encima, miró a Lía a lo lejos y con los ojos llorosos corrió instintivamente hasta ella, recibiendo ese calor materno, cálido y protector que tanto anhelaba desde niña, esa aroma tan particular en ella que ya reconocía como su lugar seguro. Ver a la profesora Eva salir esposada del lugar trasmitió una calma a toda la audiencia, respirandose alivio en el ambiente y una sensación de justicia. Algunos se acercaban a Inés, señalandole lamentar lo que había vivido, dándole unas pequeñas palmadas en la espalda y mirándola con asombro, mientras ella se most
- Sucia niñita! Cerda y mal oliente mocosa! Sal de mi tienda antes que llame a la policía!! - dijo don Oracio, alzando poco a poco la voz hasta que su cara se volvió completamente roja de ira.- Veo que esta enojado Señor, pero ¡no me comparta su saliva! - dijo Lía de tan solo ocho años limpiandose exageradamente el rostro, luego de haber entrado a una vedureria y mascar una gran manzana.Lía vivía en los suburbios, su familia era bastante pobre por lo que su aspecto siempre era desarreglado y un poco empolvado. Su larga melena castaña despeinada traia hojas enrredadas difíciles de quitar. Lía, vivía metiéndose en aprietos, especialmente por su incapacidad de guardar silencio y responder de manera acelerada, lo que era gracioso para algunos pero muy molesto para otros, especialmente para los dueños de almacenes qué deseaban evitar su entrada, diciendo que su presencia daba mal aspecto al lugar, sumado a que Lia comía cosas dentro de las tiendas sin tener como pagar. - Lía! otra vez
Vengarse de esa mujer... Eso daba vueltas en la mente de Lia una y otra vez, divisando un sin número de infantiles ideas revoloteando por su mente.Como ya sabia que esa mujer era la esposa del alcalde, imaginó que estaría presente en la inauguración de una nueva plaza en el sector céntrico de la Ciudad, asique preparó sus cosas y con un plan en mente salió rumbo a la ingauracion de la plaza Libertad.Al llegar al lugar, habían mucha personas buscando estar en primera fila, especialmente varios peridostas de distintos canales de televisión, todos esperaban qué llegará el alcalde y diera inicio a la inauguración.De pronto apareció un lujoso vehículo, en el cual venía el alcalde y ella.. Esa mujer malvada qué le había hecho pasar el peor momento de su corta vida.Se dispuso a avanzar, con su pequeña figura pudo entrometerse y llegar a primera fila, especialmente atrás de las pancartas qué habían justo al lado de la tarima. Resulta que se acercaba el periodo electoral por lo que la inaug
Julián era un joven muy atractivo, tenía una sonrisa perfecta y ojos realmente cautivadores, pese a sus extrañas bromas, era bastante respetable en el lugar, manteniendo una actitud distante del personal que se componía solo de mujeres, consideraba la broma qué le había hecho a Lía como una tradición de bienvenida. Las cinco empleadas domésticas qué estaban en la mansión, anhelaban una mirada de parte de Julián, pero ninguna había logrado algo más que una respuesta cortante.Una de las empleadas era sumamente ambiososa, siempre comentaba cuanto le gustaría casarce con el y ser parte de los señores de casa, recibiendo motivación de parte de sus cuatro compañeras que admiraban su seguridad.Lía no participaba de esas conversaciones, se mantenía distante y se centraba en realizar su trabajo. Lo cual generaba burlas de sus compañeras.- Lía, nunca opinas nada ¿te comió la lengua los ratones?¿ O al ser alguien tan de campo, no tienes aspiraciones? permítete soñar con un hombre como Julián
Pese a haber perdido las esperanzas, Lía no dejaba de luchar y aunque tenía la boca completamente cerrada con esa sucia mano de ese hombre, de igual modo hacía sonidos de auxilio y fuertes sollozos, realizando movimientos constantes para tratar de liberarse.Esto impidió qué ese hombre pudiese pe**trarla, pese a intentarlo una y otra vez, mientras lía sentía ese sucio miembro rosar su trasero. Ahora entendía porque anastasia se había portado tan amable durante el día, señalándole qué le tenía un pijama de regalo, disculpándose una y otra vez porque el de Lía había sido echado a la basura *por error". Ese pijama qué le obsequió anastasia era una camiseta larga, qué no tenía ninguna parte de abajo, solo se usaba encima de las bragas. Por eso, había sido tan sencillo levantarle la camiseta, y desnudarla. En ese instante de desespero, alguien entró a la habitación por la fuerza, lo que hizo que kike soltara a Lía de inmediato y la empujara, por lo que Lía cayó de costado al suelo. Era