Inocente

Algunas cosas se guardan en la memoria en diferentes velocidades.

El solo hecho de que Astrid yaciera muerta en la cama, era una situación espantosa que contrastaba con la delicadeza y la hermosura de la bebé que yo sostenía entre mis brazos.

La vida y la muerte expuestas al mismo tiempo.

Ese lazo que Gilberto tanto nombrara era sostenido por mí y se movía ahora apenas con incomodidad.

Salí de la habitación a la sala justo cuando papá se echara a orillas de la cama para llorar desconsoladamente, mientras tomaba una pierna inerte y ensangrentada de mi hermana.

El corazón, mi corazón se debatía confundido ante la alegría del nacimiento y la triste perdida de Astrid.

Terrible para la pequeña saber que justo el día de su nacimiento, moría su madre. ¿Cómo explicarle eso en el futuro?

Mamá trató de revivirla c

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