Derek asintió, aunque la idea no lo convencía del todo. Hablar con Liam significaba involucrarlo más de lo que ya estaba, y lo último que quería era ponerlo en el centro de un conflicto que podía salirse de control. Sin embargo, sabía que James tenía razón.El silencio se instaló en la habitación por unos instantes, mientras ambos hombres procesaban lo que esto significaba. Finalmente, James tomó su vaso de whisky, lo levantó y bebió un sorbo antes de romper el silencio con un tono más ligero, aunque todavía cargado de seriedad.—Por cierto, Derek... —dijo, con una media sonrisa que no alcanzaba a suavizar del todo la tensión en su rostro—. ¿Cómo reaccionó Liam cuando conociste a su padre? Porque me imagino que la reunión no fue precisamente... cordial.Derek soltó una risa seca, llena de ironía.—Digamos que Cristian no parece estar muy emocionado con la idea de que su hijo esté conmigo.James levantó una ceja, claramente divertido por la ironía de la situación.—Bueno, bienvenido al
Cristian lo miró en silencio, su mandíbula apretada. La tensión en la habitación era palpable, como si el aire mismo se hubiera vuelto más pesado.—Sólo dime de una vez qué tiene James que sea tuyo —gritó Liam finalmente, su paciencia agotada—. ¡Dímelo!El silencio que siguió fue casi ensordecedor. Cristian se levantó lentamente de su silla, caminando hacia la ventana mientras miraba al horizonte. Su espalda era una barrera que Liam no podía cruzar, un muro que ocultaba la verdad.—No puedo decírtelo aún —murmuró Cristian después de un largo momento—. Pero te aseguro que cuando lo descubras, entenderás por qué estoy dispuesto a todo para recuperarlo.Liam se levantó de su asiento, frustrado y cansado de los juegos de su padre.—Si no me dices la verdad, no cuentes conmigo —dijo, con una mezcla de tristeza y determinación—. No voy a ser parte de tus guerras personales, papá.Y sin esperar respuesta, se dio la vuelta y salió de la oficina, dejando a Cristian sumido en sus propios pensam
Finalmente, cuando Liam estaba completamente desnudo, Derek lo tomó de la mano y lo guió hacia la ducha. Abrió el grifo, dejando que el agua tibia comenzara a fluir, llenando el espacio con vapor. Pero antes de entrar, lo acercó de nuevo a su cuerpo, envolviéndolo en un abrazo cálido.—Gracias por estar aquí conmigo —susurró Derek, apoyando su barbilla en el hombro de Liam—. Contigo, siento que puedo con cualquier cosa.Liam no respondió de inmediato, simplemente se hundió más en el abrazo, sintiendo el latido firme del corazón de Derek contra su propio pecho. Finalmente, levantó la cabeza y lo miró a los ojos.—Siempre voy a estar contigo, Derek —dijo con una sinceridad que caló hondo.Ambos entraron a la ducha, dejando que el agua caliente cubriera sus cuerpos mientras el mundo exterior quedaba momentáneamente olvidado.A la mañana siguiente, Derek se levantó antes de que el sol estuviera completamente arriba. Miró a Liam, que dormía profundamente, con el rostro relajado y la respir
El sol apenas lograba colarse por la delgada tela que adornaba los ventanales de cristal de la habitación que Liam compartía con su esposo, hace una hora que había despertado, pero él simplemente no tenía deseos de salir de la cama, mucho menos desde que llevaba un año y medio desempleado luego de lo ocurrido en la Hamburguesería para la cual trabajaba. Le había agarrado un temor a salir a la calle, que no sentía deseos de salir en busca de otro empleo más cómodo o tal vez de uno que no le hiciera sufrir de tal magnitud, que luego tuviese que estar acostado en una butaca, con una psicóloga al lado, y es que desde aquel terrible suceso, Liam no volvió a ser el mismo, por el simple hecho de que muchas cosas cambiaron en él.En primer lugar, escuchar aquel sonido de las balas impactando contra los cristales del establecimiento y el ver como las personas salían corriendo del lugar, despavoridos, muertos de miedo, muchas personas murieron ese día y él no dejaba de sentir miedo a pesar de i
— ¡Liam, ya llegué!Había pasado poco más de una semana desde el contrato fallido de Jaison, y era la primera vez desde entonces que llegaba a casa siendo tan ruidoso. El aludido corrió a la entrada, donde su esposo saltaba en un pie y luego en otro, intentando no pisar el saco y evadir el portafolio que dejó caer en cuanto llegó.El rubio no pudo evitar reír y acercarse a su esposo para que se apoyara en él y no cayera — ¿Qué es lo que sucede? ¿Y toda esa actitud?Su esposo subió el pequeño escalón y le tomó por los hombros, sonriendo ampliamente y dándole una mirada llena de brillo y emoción.— La luz, Liam, puedo ver la luz luego de estos días — alardeó con la sonrisa aún decorando su rostro — No tienes idea de la oportunidad que se ha presentado esta tarde, ven, ven, vamos a la sala para contarte.Liam lo siguió entre risas, tomando asiento a su lado y entrelazando sus dedos con Jaison, quien estaba ansioso por contarle.— Resulta que, no sé si has escuchado de este sujeto, última
Tuvo que dar media vuelta para poder encarar a la persona que intentaba colarse en su pequeño círculo de negocios — ¡Jaison! Por fin te encuentro, quiero presentarte a una persona, imagino que ya debes saber quién es.Liam sintió que le arrebataban el aire de los pulmones y la sangre viajó rápidamente a su rostro, haciendo que lo sintiera extremadamente caliente mientras sus ojos observaban al hombre que venía con el entrometido.Era, sin duda, Derek, su Derek, el mismo que había conocido en aquel accidente en el centro comercial, como era posible, que su destino le estuviese involucrando de esa manera, su rostro nunca se había borrado de su memoria y no había olvidado lo apuesto que era, tan alto y fuerte, con sus hombros ligeramente anchos, y aquellos brazos masculinos que lo habían mantenido por escasos segundos entre ellos, su piel morena le resultaba de una forma tan sensual que estaba seguro era jodidamente ilegal, los labios, casi tan gruesos como los suyos hacían juego con eso
Tanta champagne hizo efecto en Liam desde hace poco más de media hora, necesitaba orinar cuanto antes o lo haría ahí mismo sobre sus pantalones en medio de aquel elegante salón. Se disculpó con las personas delante suyo y susurró en el oído de su esposo que iría al baño.Se apresuró a la salida y le preguntó al primer empleado que se cruzó por su camino por el baño. Siguió las indicaciones con rapidez, sin detenerse para maravillarse con todo lo que le rodeaba, ya de regreso se tomaría su tiempo para apreciar cada detalle.Entró en el baño con pasos rápidos y se aproximó a uno de los orinales, bajando el cierre de sus pantalones para poder orinar. Suspiró mientras terminaba de abrochar su botón, aliviado de sentir su vejiga vacía. Mientras se lavaba las manos, miró su reflejo en el espejo. Su peinado seguía intacto pero su moño estaba ligeramente inclinado. Tras secar sus manos intentó arreglarlo pero pronto la frustración lo consumió, se sintió acalorado y decidió mejor desabrochar,
El día de la reunión había llegado en un abrir y cerrar y por supuesto que Jaison no iba a dejar que el nerviosismo le arrebatara ésta excelente oportunidad. Se arregló el saco una última vez antes de acercarse a la señorita de la recepción y brindarle sus datos, asegurando que tenía una cita con Derek Carbone.— Adelante señor Robles, el señor Carbone lo está esperando, ¿Viene usted solo?La señorita miró en dirección al elevador rápidamente. Él asintió y se dispuso a seguir a la recepcionista hacia dos puertas altas de madera. La mujer dio dos toques y luego las abrió, entrando primero ella para anunciar que Jaison Robles había llegado.Entró en la habitación, que supuso era la oficina de Derek, quien se encontraba sentado tras un largo y ancho escritorio, con todo tipo de documentos esparcidos en él. A la derecha, había una pequeña salita con una mesita de café al centro, a la izquierda, se encontraba una mesa más larga con 8 asientos a lo largo de ella. Derek se puso de pie y mir