Organizar el funeral de su padre fue bastante simple, al no tener mas familia Hela tuvo que arreglársela sola. El entierro de su padre fue solitario, si no fuera por ella solo sería un cajón en medio de una capilla en el cementerio que su padre había elegido hace tiempo, para ser enterrado.
—Lamento tu perdida, niña —el cuarto miembro de la organización de la que su padre era miembro, se hizo presente.
—Los rumores de la muerte de tu padre no se hicieron esperar —otro de los miembros hablo —Pensamos que serías tu quien ocuparía su lugar, pero nos llevamos la sorpresa que ya hay una hombre reclamando su puesto.
—Tienes que vengar la muerte de tu padre, Hela—Madam Walker conocida como el pulpo azul volvió a intervenir —El siempre deseo que fueras tu quien heredara su puesto en el grupo, debes honrar su memoria sacándole el corazón a aquel sujeto que asesino a tu padre, y luego reclamar tu lugar en el grupo.
—Su padre acaba de morir —el quinto miembro conocido como la rana dorada reprendió a la mujer—Deja que guarde luto por lo menos unos días.
—Muy bien —la mujer molesta llevo su mirada a la joven —Que se tome su tiempo, pero déjame decirle que no pienso brindarle mi apoyo, tendrá que hacerlo por sus propios medios —paso a un lado de Hela para dirigirse hasta a el ataúd —Todos los miembros llegamos a donde estamos por nuestro propios méritos, tú tendrás que hacer lo mismo, niña.
Los dos miembros permanecieron unos minutos en el lugar para brindarle sus respetos al padre de Hela.
—Es hora de irnos —la mujer camino a la salida donde se encontraba Hela, no se despidió de ella solo giro un poco para verla negando con un gesto desaprobatorio.
—Lo siento, cariño —el quinto miembro se acerco para dejar su mano en su hombro —Si buscas venganza, no podre ayudarte, tendrás que hacerlo por tu cuenta —ella solo pudo asentir —Ya fue enviada una carta de reunión, para todos los miembros —saco una carta de su bolsillo dejándolo en la mano de la joven —Se que no debería decirte esto…. —llevo su mirada hacia el camino donde la mujer lo estaba esperando —Busca a Vicenzo D´angelo, el podrá ayudarte, es el primer miembro, quizás podrás convencerlo para que intervenga por ti, escuche que se llevaban muy bien con tu padre.
(...)
Encontrar la ubicación de italiano no fue nada fácil para Hela, pero gracias a un contacto sabia donde estaría al caer la noche. No estaba muy segura en lo que diría o si ese hombre estuviera dispuesto ayudarla, pero ella solo quería el puesto que le pertenecía por derecho, aquello por lo que habia sufrido toda su vida.
Detuvo su motocicleta delante de aquel lugar de mala muerte, habían algunas personas bebiendo fuera y otras que gritaban en el interior del lugar, alentando la pelea que se estaba llevando a cabo en el sótano.
—Oye, muñeca —se quitó el casco para llevar su mirada a unos hombres que estaban a unos metros de ella —¡Oye, muñeca! Que te parece compartir una cerveza conmigo en los asientos traseros de mi camioneta.
Ella solo camino hasta el sujeto mientras arreglaba su cabello.
—¿Sabes donde puedo encontrar a un tal Vicenzo? —dejo su casco sobre el capo de la camioneta —Necesito hablar con el.
—Claro, bonita —sonrió para llevar su mano hasta la mejilla de Hela —Puedo decírtelo, pero mi ayuda tiene un precio, preciosa, y dejame decirte que no es dinero —los tres hombres que acompañaban a ese sujeto comenzaron a reír —Ustedes saben a lo que me refiero ¡No es asi muchachos!
—Claro —ella sonrió abriendo su chaqueta de cuero, dejando ver el comienzo de sus pechos—Pero antes….Dime donde puedo encontrarlo.
—Ahora mismo se encuentra en medio de una pelea, en el sótano del bar —el hombre comenzó a lamberse los labios —Bueno ahora tienes que pagarme, porque no doy información gratis.
—Por supuesto —a Hela no le extraño que ese hombre bajara el cierre de su pantalón para dejar su miembro al descubierto —Estoy segura que disfrutaras esto tanto como yo.
—Claro que si, nena —ella cayo de rodillas delante de el, mientras que los demás hombres sacaban sus teléfonos para grabar todo —Vamos chúpalo, cariño.
Hela sujeto su miembro, presionándolo con mucha fuerza, sonrió al ver como el hombre cerraba los ojos, rápidamente tomo uno de sus cuchillos para cortar, en un corte limpio, lo que tenia en su mano. A medida que ella se incorporaba, el hombre caía de rodillas al suelo sujetando la herida, observo con una mueca de asco como la sangre de ese hombre habia ensuciado sus botas.
—Ahora te la podrás chupar tu, cariño —arrojo el miembro del hombre en su rostro —Ustedes tres no se queden ahi parados, sino lo llevan a un hospital, morirá desangrado.
Volvió a tomar su casco para dirigirse a aquel lugar, limpio el cuchillo para guardarlo en su arnés. Al entrar las personas que se encontraba en el interior del bar, se quedaron viéndola, un poco incómoda camino hasta la barra, para hablar con el hombre que se encontraba sirviendo unos tragos.
—Hola..
—Este no es sitio para mujeres —un hombre de una avanzada edad la observo de arriba a bajo —Largate.
—Estoy buscando a Vicenzo, me dije…
—Los problemas de camas, no se resuelven en este lugar —ella se sentía molesta por ser interrumpida de esa forma —Largate, niña.
—Si vuelva a interrumpirme, voy a rebanarle el cuello, anciano —remarco cada palabra —¿Donde esta el sótano?
—Este lugar no es sitio para mujeres —volvió a insistir el anciano.
—Eso ya lo decidiré yo —Hela, llevo su mano a su bolsillo dejando unos cuantos billetes sobre la barra —Quedate con el cambio.
Tuvo que caminar por un pasillo mal iluminado, era guiada por los gritos de los hombres, que alentaban a los hombres que estaban a punto de terminar una pelea. Al bajar las escaleras el olor que llego a sus fosas nasales fue asqueroso, el olor a alcohol, sudor, cigarrillos y sangre era lo que mas resaltaba de ese lugar.
—¡El ganador de esta noche es Vicenzo! —los hombres soltaron un grito, Hela observo desde las escaleras como un hombre con la espalda tatuada con una serpiente entro a una habitacion.
Rápidamente comenzó a abrirse paso entre la multitud para llegar a ese lugar, al entrar encontró al italiano sentado observándola como si desde un principio estuviera esperándola.
—¿Que es lo que quieres? —ella se quedo observando el cuerpo de ese hombre hipnotiza por su figura y por esa tatuaje en su torso que daba la ilusión de tener una serpiente enrollada en su cuerpo —¿Eres la hija de Katz, no es asi?
—Si —susurro al sentirse intimidada ante la presencia de ese hombre.
—¿Que es lo que quieres? —Vicenzo tomo una toalla húmeda para comenzar a quitar de su cuerpo las gotas de sangre.
—Necesito tu ayuda —se acerco un poco —Mi padre…
—Lo se —respondió con desinterés —Tu padre fue asesinado —volvió a tomar asiento —Escucha niña, no puedo hacer hacer nada por ti.
—No te pido mucho, solo necesito tu apoyo —ella trato de insistir —Se que tu y mi padre eran amigos.
—Ese bastardo nunca fue mi amigo —se levanto para tomar una maleta donde se encontraba su cambio de ropa —Lo que haces es una perdida de tiempo, niña —Hela camino a un lado del italiano —Dejame darte consejo —volteo para verla —Este mundo no es para débiles, por lo que tú padre me hablo sobre ti….Tú no eres una asesina, utiliza la fortuna de tu padre para vivir una vida normal, una donde la muerte este muy alejada de ti.
—No lo entiendes —los ojos de la joven comenzaban a llenarse de lagrimas —Desde que era una niña fue entrenada para convertirme en un miembro, mientras que a otras pequeñas sus padres les contaban historias de princesas para irse a dormir, mi padre me hablaba sobre grandes matanzas —Vicenzo se quedo viendo en silencio a la joven —Todo mi sufrimiento no quedara en la nada, yo no puedo llevar una vida normal —una lagrima se deslizó por la mejilla de Hela —Porque yo no soy normal.
—Eso no bastara, niña —Vicenzo tomo su maleta dispuesto a irse —Finge que todo fue un mal sueño, comienza desde cero.
Toda súplica fue en vano, Hela tuvo que regresar a esa casa con las manos vaciás. Observo la fecha que estaba escrita en la carta, no le quedaría otra opción que presentarse en la reunión para reclamar el lugar de su padre aunque le costara la vida.
Ya se habia tornado una costumbre para Hela entrenar hasta el cansancio, hasta terminar en el suelo de aquella habitación que su padre habia preparado para su hija. Trato de levantarse del suelo, pero sus músculos se encontraban tan fatigados que cada movimiento parecía un golpe.—Maldita sea —se quedo en el suelo.Mañana al caer la noche sería aquella reunión a la que tenia que ir mas que preparada para acabar con ese sujeto, conocía las reglas de aquel grupo de asesinos; nada de armas en las reuniones, durante una reunión entre los miembros se soltaba un aviso de paz entre ellos, aunque muchos integrantes con el pasar de los años comenzaban a pasar por alto esa regla.Hela, había tenido el tiempo suficiente para rastrear al asesino de su padre, quien no habia perdido el tiempo, ya que ahora se encontraba bajo la protección de una de las familias fundadoras del paraíso, la familia Murphy. No era muy recomendable para ella entrar a un lugar donde se encontraba un de los asesinos funda
Llamada desconocida:—Funeraria Dear, usted nos paga y nosotros se lo enterramos ¿En que puedo ayudarlo?—¿Cubozoa? —se paró erguida al escuchar la voz de Vicenzo del otro lado.—Si, si soy yo —se llevó la mano a la cabeza —Lo siento, pensé, pensé que era un….¿Que sucede Vicenzo? Tu nunca llamas.—Necesito tu ayuda —ella sonrió al escuchar eso —Quiero contratar tus servicios.—No hace falta —Hela se apoyó en la mesada —Solo dime a quien tengo que matar.—Necesito que encuentres a una persona —hizo una pausa —¡Necesito que la encuentres enseguida!—Tranquilo, dime de quien se trata.—Por favor, maldita —noto algo extraño en la voz de Vicenzo —Necesito que la encuentres.—Wow ¿Qué esta sucediendo?—Se...Se la llevaron, se la llevaron —grito desconcertando un poco mas a Hela —Se la llevaron a ella y se llevaron a mi hijo.—Necesito que me pongas a tanto de todo, Vicenzo.Hela, tuvo que escuchar atentamente cada detalle que Vicenzo proporcionaba, sabia que se encontraba un poco pasado de
Narra Hela:Una lucha cuerpo a cuerpo comenzó entre ambos, pero gracias a un descuido de mi parte, causado por ese hombre que se encontraba malherido, termine por recibir un golpe en el rostro con tal fuerza que me hizo volar hasta unos metros estrellandome contra la pared. El sabor a sangre en mi boca se hizo presente, trate de levantarme rápido, pero mis músculos sé encontrar un poco fatigados por haber corrido por mucho tiempo y ahora librar una pelea con un animal repleto de esteroides.—Auch... —me levanté limpiando un poco de sangre de labio —Al menos….Ya dejaste de golpear como una niña.—No eres rival para mi —puse los ojos en blanco, no entendía por qué los hombres siempre decían eso cuando se enfrentaban con una mujer —Eres una…—Si, si ya lo se….¡Carajo! —me acerque limpiando el polvo de mi ropa —Soy una mujer, y bla, bla, bla—era hora de volver a la pelea —Ahora deja tus comentarios machistas, porque tengo que matarte antes que se me enfrié el cuerpo.Ambos estamos a punto
Los besos fueron subiendo de intensidad hasta llegar al punto donde ninguno de los dos recordaba el dolor de nuestras heridas. Tengo que admitir que a lo largo de mi vida habia estado con muchos hombre, pero ninguno me hizo sentir lo que este italiano.Sus besos recorrieron mi piel sin detenerse a causa de mis cicatrices, como otros hombres lo habian hecho. Las caricias del italiano recorrieron toda piel, incluso llego a traspasar esas partes que nunca habia dado paso a alguien mas.Termine perdida gracias a sus besos y al rose de sus manos por todo mi cuerpo, me detuve un momento para verlo a los ojos. Las palabras de mi padre resonaron en mi cabeza a pesar de que llevaba mas de una década muerto.“Los sentimientos deben ser destruidos”—A la mierda —volví a besarlo.A la mañana siguiente, al abrir los ojos me encontré entre los brazos de Alessandro, solo pude sonreír al verlo aun dormido. Me acurruqué en su pecho dispuesta a dormir nuevamente, pero un sonido extraño acercándose hizo
Narrador:Todos los miembros observaron a Noah preguntándose que tipo de habilidades poseía, Hela noto de inmediato la mirada de Leonard sobre la mujer de su amigo, reconociendo al instante esa mirada llena de malas intensiones.Un aroma extraño en el aire hizo que Hela llevara su mirada al pasillo de las habitaciones encontrándose con la mirada de Caronte, ambos asintieron cómplices de lo que estaba a punto de suceder. Como Noah no podría tatuarse por su embarazo, tendría que ser un tatuaje temporal, pero esperaba que nadie lo notara, ya que aquello iba en contra la reglas del paraiso.—Llego Caronte —se acercó para susurrar cerca del oído de la joven—Debes seguirlo.—Bien.. —Noah camino hasta el pasillo con pasos tímidos.—No pongas esa cara D´angelo —ella se acerco a un lado del primer miembro —Me encargué de todo.—Sabes lo que sucederá si algo llega a sucederle a mi mujer —un poco cansada suspiro.—Si, no tienes que recordármelo siempre —se cruzó de brazos escondiendo una sonrisa
Narra Hela:Estaba segura de que intervenir en un asunto de Vicenzo, me llevaría a obtener una nueva cicatriz para mi colección. Se que muchas veces lo había molestado al punto de sacarlo de quicio, en algunas ocasiones, pero siempre me aseguraba que fueran cosas sin importancia, me gustaría que este también fuera el caso, pero me temo que no será asi.—Dejalo hablar, Vicenzo —tuve que colocarme delante de Alessandro para protegerlo una vez mas de la muerte —Ningún hombre busca su muerte con tanta insistencia como lo hace el. De seguro lo que tiene que decir es muy importante.La mirada de Vicenzo fue una acusatoria, llevaba años brindándole mi amistad y una alianza perfecta, nunca había intervenido en alguna de sus decisiones o intervenido por la vida de alguno de sus enemigos, a pesar de que conocía a mas de uno, hombres que no dudaron en pedir mi ayuda, pero siempre me puse del lado de Vicenzo. En muchas ocasiones había escuchado sobre la cólera de el, y las consecuencias que traía
Narra Hela:Cuando el último hombre cayó muerto, al suelo del bosque, cerré los ojos sintiendo ese vació que te envolvía al quitarle la vida a otra persona. Mis manos se encontraban tan manchadas de sangre que había considerado en mas de una ocasión que al llegar mi partida, tenia un lugar especial al lado del gobernante del infierno.Muchas veces pensé en retirarme, solo desaparecer sin que nadie sepa de mi paradero, pero no había nada que me impulsara a hacerlo. Ya no podía tener una familia y el amor, el amor solo era una ilusión, algo químico que envenenaba muestras, mentes para luego con el pasar del tiempo desaparecer, eso era el amor.El amor era algo que no podría conservar por mucho tiempo, de que sirve hacerlo, si sabrás como sera el final del camino.Note como uno de los hombres que había traído conmigo para que me ayudaran con los cuerpo llevo su mirada detrás de mi. Al voltear me encontré con esa mirada, pero algo había cambiado en esa adorable mirada azul, ahora estaba l
Narrador:Mucho tiempo después...Cuando se cumplió los cinco meses del embarazo de Noah, el tercer miembro se encontraba mas que feliz habia soñado que llegaría una niña a este mundo, pero aquello también le preocupaba. Una niña igual de hermosa que su madre, pero con mismo corazón tan oscuro como él de su padre, aquello seria una mala combinación.—Encárgate de las camionetas —Hela contesto tratando de ignorar a Alessandro —Todo tiene que estar mas que listo.Luego de su último encuentro, la tensión entre ambos había aumentado, al grado que ninguno de los dos podía estar en la misma habitación a solas por mas de 5 minutos. Asi que Hela tuvo que permanecer en vela por mas de una noche, logrando que ella terminara ausentándose algunos dias para descansar, retirándose a su departamento para dormir todo el dia.—Si, no tienes que preocuparte —ella estuvo a punto de retirarse, pero Alessandro la sujeto del brazo.—Suéltame —levanto su mirada —Antes que te rompa el brazo.—Ya no quiero es