Ya se habia tornado una costumbre para Hela entrenar hasta el cansancio, hasta terminar en el suelo de aquella habitación que su padre habia preparado para su hija. Trato de levantarse del suelo, pero sus músculos se encontraban tan fatigados que cada movimiento parecía un golpe.
—Maldita sea —se quedo en el suelo.
Mañana al caer la noche sería aquella reunión a la que tenia que ir mas que preparada para acabar con ese sujeto, conocía las reglas de aquel grupo de asesinos; nada de armas en las reuniones, durante una reunión entre los miembros se soltaba un aviso de paz entre ellos, aunque muchos integrantes con el pasar de los años comenzaban a pasar por alto esa regla.
Hela, había tenido el tiempo suficiente para rastrear al asesino de su padre, quien no habia perdido el tiempo, ya que ahora se encontraba bajo la protección de una de las familias fundadoras del paraíso, la familia Murphy. No era muy recomendable para ella entrar a un lugar donde se encontraba un de los asesinos fundadores y tres posibles miembros, que, como ella, habian sido educados desde pequeños para convertirse en un prometedor asesino, de los cuales resaltaba el menor de la familia, Leonard.
Un día después..
Aunque los guardias que custodiaban la entrada a esa fábrica, abandonado, intentaron detenerla, no pudieron hacer mucho ante el paso de Hela. Cada uno de ellos cayó al suelo, inconsciente, ante los dardos neutralizantes que con mucho habilidad la joven clavaba en sus cuellos, se encontraban en medio del juramento cuando las puertas se abrieron de par en par dejando ver a Hela.
—¡EXIJO UN ENCUENTRO CON ADAM! —todos los miembros llevaron su mirada a la entrada —El lugar que ese hombre quiere tomar me pertenece por derecho —la mirada de Vicenzo permaneció en el rostro de ese sujeto que pretendía convertirse en el tercer miembro —Y estoy dispuesta a reclamarlo con mi propia vida.
Utilizar el “Encuentro con Adam si la pelea es con un hombre o Encuentro con Eva si la pelea es con una mujer” en la organización era lo mismo que decir -Una pelea a muerte – ninguno de los presentes podía intervenir, al ser un lugar neutro los implicados no podían contar con ayuda de amigos o aliados. Todos los miembros comenzaron a abandonar el lugar, permaneciendo en el lugar las dos personas que tendrían su encuentro.
—¿Estás segura que quieres hacer esto? —ambos caminaron hasta el centro del lugar —Solo uno podrá salir con vida de aquí.
—La familia Murphy no podrá protegerte de mi —Hela tuvo que deshacerse de sus armas, ya que tenia que ser una lucha cuerpo a cuerpo —Le arrebataste la vida a mi padre, ahora tomaré la tuya.
Ese hombre fue el primero en lanzar el primer golpe, la pelea entre ambos se extendió por unos minutos. Ambos eran buenos con la lucha cuerpo a cuerpo, pero la joven contaba con la ventaja de ser tan ágil al grado de poder anticipar cada movimiento.
Ella logro tómalo por atrás sujetando su cuello, dispuesta a romperlo, pero en ese momento ese hombre saco un cuchillo clavándolo a un costado de Hela. Luego de haber introducido el cuchillo, lo giro incrementando el daño que había causado, provocando que Hela lo soltara para hacer presión en su herida, una herida que si no era tratada con rapidez podría causarle la muerte a la joven.
—No….No esta permitido usar….usar armas —susurro al mismo tiempo que unas gotas de sangre comenzaron a salir por su boca, a medida que presionaba su herida.
—Lo siento, niña —comenzó a acercarse a Hela —Sin testigo el crimen no existe.
Unos pasos comenzaron a resonar en ese lugar provocando que ese hombre escondiera el cuchillo, de la oscuridad del pasillo emergió Vicenzo sin perder ese semblante tranquilo se acercó a aquel sujeto para tomar el cuchillo que aun permanecía manchado de sangre, llevo su mirada al mango encontrando las iniciales del apellido Murphy.
—Conoces las reglas —en un movimiento rápido clavo el cuchillo en el estómago del sujeto —Ahora sera una pelea justa.
Lo ultimo que vio aquel sujeto al voltear fue a Hela acercarse a toda prisa sujetándolo por los hombros, tomando impulso hacia arriba para darle un golpe con el codo, con tanta fuerza que el cráneo de ese hombre se rompió, dejando a Hela como la ganadora.
—Me ayudaste —ella presionó su herida limpiando la sangre que tenia en su boca con su brazo —Grac….Gracias.
—Tomaste la peor decisión de tu vida, niña —Vicenzo se quedó viendo como la joven se desplomaba en el suelo —Lo que faltaba.
(...)
Luego de unos dias en un hospital clandestino, Hela fue reconocida como el tercer miembro del paraíso del los asesinos, uno de los miembros mas jóvenes de la historia. Quitándole el puesto a Lauren uno de los mejores asesinos que tuvo el paraíso, sus proezas habian sido tan grandes que aun permanecían en la memoria de los miembros y servia de ejemplo para todos los participantes, siendo su proeza mas recordada aquella vez que acabo con la vida de seis miembros del paraíso, con tan solo su corbata.
Algunos de los miembros se acercaron a Hela para felicitarla, pero algunos solo la observaron con enojo.
—Felicidades —escucho la voz del menor de la familia Murphy —Lo lograste, estoy seguro que tu padre estaría menos decepcionado de ti.
—Ay, que poco conoces a mi padre, Leonard —la joven le regalo una sonrisa soberbia —Estaría igual de decepcionado, a ver…. por donde comienzo —hizo un gesto pensante —En primer lugar; por no matar a ese hombre en menos de 5 minutos y en segundo lugar por resultar herida. En fin cosas sucede ¿No lo crees?
—Sabes escuché que hiciste trampa —susurro en voz baja para que solo fuera la chica quien escuchara eso —Eso va contra las regalas del paraíso, por si no lo sabes.
—Si de hecho lo se —Hela se acercó un poco mas a Leonard —Crees que tendría que hablar con tu abuelo para decirle que le diste a ese hombre un cuchillo para que sea mucho mas fácil matarme, aun sabiendo que estaba en contra las reglas —Leonard llevo su mirada a su padre, abuelo y hermanos —Ademas fuiste tan tonto de darle nada mas que un cuchillo que a permanecido en tu familia ¿Por cuánto tiempo?¿Años?¿Siglos? —ella solo dio una carcajada —Ahora dime ¿No crees que eso va en contra de las reglas del paraíso? Solo lo digo por si no lo sabes.
—¿Piensas que te tengo miedo? —trato de mantener su postura segura —Vamos, cariño —trato de acariciar su mejilla, pero Hela lo aparto de un golpe llamando la atención de todos en el lugar —Pensé que éramos muy buenos amigos.
—No vuelvas a tocarme —los miembros se levantaron de sus asientos al ver como Hela y Leonard estaban a punto de pelear —Ahora mi padre no podra protegerte —los ojos de la joven comenzaban a llenarse de lágrimas al recordar aquella noche —Ya no soy una niña.
—Lo se, yo personalmente me encargué de eso—el simplemente sonrió regodeándose de lo que habia hecho aquella noche —¿Ya lo olvidaste!
—¡Hijo…
—¡Basta! —Vicenzo tuvo que intervenir sujetando el brazo de la joven —Tu eres un invitado —se dirigió al menor de la familia Murphy —No puedes faltarle el respeto a un miembro de esa forma.
—Solo estábamos hablando —trato de defenderse —Ademas estoy aquí porque…
—Estas aquí porque tu abuelo es un fundador y tu padre un miembro, no te regodees de su poder —Vicenzo lo observo con asco —El gran error que tiene los hijos de personas poderosas es que piensas que ese poder también les perteneces, pero no se dan cuenta que son tan patéticos que necesitan la grandeza de alguien mas para ser respetados y temidos.
—Me retirare entonce —Leonard llevo su mirada a Hela —Estoy seguro que nos volveremos a ver.
—Quiero que sepas que voy a matarte —la joven soltó con asco y rabia —En el momento menos esperado para ti, tu vida sera mia.
Al terminar con aquella escena Vicenzo abandono el lugar dispuesto a volver a su hogar, pero fue detenido por Hela. El un poco molesto se bajo de la camioneta para quedar delante de esa mujer que habia bloqueado su camino.
—Quitate, niña —ella solo dio dos pasos hacia atrás —O pasare sobre ti.
—Muchas gracias —sin miedo sujeto la mano de Vicenzo —Estaré en deuda contigo de por vida.
—¡Suéltame! —alejo la mano de la joven con asco —No me gusta que me toquen.
—¡Taipan!Primer miembro del paraíso de los asesinos. Yo la nueva Cubozoa, tercer miembro del paraíso de los asesinos —al terminar de decir eso, Vicenzo camino a su camioneta —Tiene mi lealtad de por vida, si algún dia necesita de mi ayuda no dude acudir a… —se detuvo para verla con una mirada sebera —Conciderme su nueva amiga y aliada.
—Ve a cambiarte los pañales, niña —con sus palabras logro sacarle una media sonrisa al primer miembro.
(...)
Con el pasar de los años Hela trato de tener una vida normal, aceptando de vez en cuando algún trabajo que seleccionaba meticulosamente.
Aunque siempre que trataba de acercarse a Vicenzo para formar un lazo de amistad, este siempre terminaba por alejándola. Pero aunque mas de un miembro le habia aconsejado que se alejara, Hela permaneció pendiente de cada movimiento de su compañero por si algún día necesitara de su ayuda.
Estaba un poco pasada de copas cuando se arrojó al suelo de su departamento, trato de arrojarse al sillón pero un mal cálculo hizo que terminara en el suelo. Lentamente comenzó a cerrar los ojos pensando en la resaca que tendría al dia siguiente, cuando un ruido molesto apareció de la nada.
—Pu….ta —trato de levantarse, sin éxito —Dios sabe que lo intente —volvió a cerrar los ojos, pero el sonido era insistente —Maldición.
Se levantó de un salto para caminar hasta la cocina, pero se quedó parada en el lugar al darse cuenta de que su teléfono siempre se encontró en su bolsillo.
—Mierda —saco su teléfono para ver la pantalla —Vamos a ver…no reconozco este número.
Llamada desconocida:—Funeraria Dear, usted nos paga y nosotros se lo enterramos ¿En que puedo ayudarlo?—¿Cubozoa? —se paró erguida al escuchar la voz de Vicenzo del otro lado.—Si, si soy yo —se llevó la mano a la cabeza —Lo siento, pensé, pensé que era un….¿Que sucede Vicenzo? Tu nunca llamas.—Necesito tu ayuda —ella sonrió al escuchar eso —Quiero contratar tus servicios.—No hace falta —Hela se apoyó en la mesada —Solo dime a quien tengo que matar.—Necesito que encuentres a una persona —hizo una pausa —¡Necesito que la encuentres enseguida!—Tranquilo, dime de quien se trata.—Por favor, maldita —noto algo extraño en la voz de Vicenzo —Necesito que la encuentres.—Wow ¿Qué esta sucediendo?—Se...Se la llevaron, se la llevaron —grito desconcertando un poco mas a Hela —Se la llevaron a ella y se llevaron a mi hijo.—Necesito que me pongas a tanto de todo, Vicenzo.Hela, tuvo que escuchar atentamente cada detalle que Vicenzo proporcionaba, sabia que se encontraba un poco pasado de
Narra Hela:Una lucha cuerpo a cuerpo comenzó entre ambos, pero gracias a un descuido de mi parte, causado por ese hombre que se encontraba malherido, termine por recibir un golpe en el rostro con tal fuerza que me hizo volar hasta unos metros estrellandome contra la pared. El sabor a sangre en mi boca se hizo presente, trate de levantarme rápido, pero mis músculos sé encontrar un poco fatigados por haber corrido por mucho tiempo y ahora librar una pelea con un animal repleto de esteroides.—Auch... —me levanté limpiando un poco de sangre de labio —Al menos….Ya dejaste de golpear como una niña.—No eres rival para mi —puse los ojos en blanco, no entendía por qué los hombres siempre decían eso cuando se enfrentaban con una mujer —Eres una…—Si, si ya lo se….¡Carajo! —me acerque limpiando el polvo de mi ropa —Soy una mujer, y bla, bla, bla—era hora de volver a la pelea —Ahora deja tus comentarios machistas, porque tengo que matarte antes que se me enfrié el cuerpo.Ambos estamos a punto
Los besos fueron subiendo de intensidad hasta llegar al punto donde ninguno de los dos recordaba el dolor de nuestras heridas. Tengo que admitir que a lo largo de mi vida habia estado con muchos hombre, pero ninguno me hizo sentir lo que este italiano.Sus besos recorrieron mi piel sin detenerse a causa de mis cicatrices, como otros hombres lo habian hecho. Las caricias del italiano recorrieron toda piel, incluso llego a traspasar esas partes que nunca habia dado paso a alguien mas.Termine perdida gracias a sus besos y al rose de sus manos por todo mi cuerpo, me detuve un momento para verlo a los ojos. Las palabras de mi padre resonaron en mi cabeza a pesar de que llevaba mas de una década muerto.“Los sentimientos deben ser destruidos”—A la mierda —volví a besarlo.A la mañana siguiente, al abrir los ojos me encontré entre los brazos de Alessandro, solo pude sonreír al verlo aun dormido. Me acurruqué en su pecho dispuesta a dormir nuevamente, pero un sonido extraño acercándose hizo
Narrador:Todos los miembros observaron a Noah preguntándose que tipo de habilidades poseía, Hela noto de inmediato la mirada de Leonard sobre la mujer de su amigo, reconociendo al instante esa mirada llena de malas intensiones.Un aroma extraño en el aire hizo que Hela llevara su mirada al pasillo de las habitaciones encontrándose con la mirada de Caronte, ambos asintieron cómplices de lo que estaba a punto de suceder. Como Noah no podría tatuarse por su embarazo, tendría que ser un tatuaje temporal, pero esperaba que nadie lo notara, ya que aquello iba en contra la reglas del paraiso.—Llego Caronte —se acercó para susurrar cerca del oído de la joven—Debes seguirlo.—Bien.. —Noah camino hasta el pasillo con pasos tímidos.—No pongas esa cara D´angelo —ella se acerco a un lado del primer miembro —Me encargué de todo.—Sabes lo que sucederá si algo llega a sucederle a mi mujer —un poco cansada suspiro.—Si, no tienes que recordármelo siempre —se cruzó de brazos escondiendo una sonrisa
Narra Hela:Estaba segura de que intervenir en un asunto de Vicenzo, me llevaría a obtener una nueva cicatriz para mi colección. Se que muchas veces lo había molestado al punto de sacarlo de quicio, en algunas ocasiones, pero siempre me aseguraba que fueran cosas sin importancia, me gustaría que este también fuera el caso, pero me temo que no será asi.—Dejalo hablar, Vicenzo —tuve que colocarme delante de Alessandro para protegerlo una vez mas de la muerte —Ningún hombre busca su muerte con tanta insistencia como lo hace el. De seguro lo que tiene que decir es muy importante.La mirada de Vicenzo fue una acusatoria, llevaba años brindándole mi amistad y una alianza perfecta, nunca había intervenido en alguna de sus decisiones o intervenido por la vida de alguno de sus enemigos, a pesar de que conocía a mas de uno, hombres que no dudaron en pedir mi ayuda, pero siempre me puse del lado de Vicenzo. En muchas ocasiones había escuchado sobre la cólera de el, y las consecuencias que traía
Narra Hela:Cuando el último hombre cayó muerto, al suelo del bosque, cerré los ojos sintiendo ese vació que te envolvía al quitarle la vida a otra persona. Mis manos se encontraban tan manchadas de sangre que había considerado en mas de una ocasión que al llegar mi partida, tenia un lugar especial al lado del gobernante del infierno.Muchas veces pensé en retirarme, solo desaparecer sin que nadie sepa de mi paradero, pero no había nada que me impulsara a hacerlo. Ya no podía tener una familia y el amor, el amor solo era una ilusión, algo químico que envenenaba muestras, mentes para luego con el pasar del tiempo desaparecer, eso era el amor.El amor era algo que no podría conservar por mucho tiempo, de que sirve hacerlo, si sabrás como sera el final del camino.Note como uno de los hombres que había traído conmigo para que me ayudaran con los cuerpo llevo su mirada detrás de mi. Al voltear me encontré con esa mirada, pero algo había cambiado en esa adorable mirada azul, ahora estaba l
Narrador:Mucho tiempo después...Cuando se cumplió los cinco meses del embarazo de Noah, el tercer miembro se encontraba mas que feliz habia soñado que llegaría una niña a este mundo, pero aquello también le preocupaba. Una niña igual de hermosa que su madre, pero con mismo corazón tan oscuro como él de su padre, aquello seria una mala combinación.—Encárgate de las camionetas —Hela contesto tratando de ignorar a Alessandro —Todo tiene que estar mas que listo.Luego de su último encuentro, la tensión entre ambos había aumentado, al grado que ninguno de los dos podía estar en la misma habitación a solas por mas de 5 minutos. Asi que Hela tuvo que permanecer en vela por mas de una noche, logrando que ella terminara ausentándose algunos dias para descansar, retirándose a su departamento para dormir todo el dia.—Si, no tienes que preocuparte —ella estuvo a punto de retirarse, pero Alessandro la sujeto del brazo.—Suéltame —levanto su mirada —Antes que te rompa el brazo.—Ya no quiero es
Narra Hela:Tuve que tratar de tranquilizar a Noah, tengo que admitir que esta sensación de importarle a alguien se sentía tan bien, o quizás eran los efectos de la pastillas que habia tomado. Con mi típica sonrisa, baje las escaleras acompañando a mi amiga, encontrándome nuevamente con la mirada de ese idiota. Pensar que ahora le debía un favor, provocaba que mi estómago se revolviera, o tal se trataba de todo ese alcohol que ingerir anoche y las drogas, por supuesto.—Estaba a punto de subir — caminé hasta la salida, hoy tendría mucho que hacer, por haberme ausentado el dia de ayer —Tomen asiento, el desayuno se enfría —me detuve al escuchar la voz áspera de Vicenzo —Dije que tomaran asiento.Me quedé un momento observando al primer miembro sin saber muy bien lo que estaba tratando de hacer, ya que su expresión no iban de la mano con sus palabras.—Pueden tomar asiento —con mucha desconfianza me acerqué hasta la mesa —Desayunarán con nosotros.—¿Te encuentras bien, Vicenzo? —dije un