El sol cae sobre mi espalda y ronroneo a causa del placer que me proporciona el caliente de la arena en mi pálida piel, subyugada ante la seductora sensación de calor y la atracción inminente de las olas, suspiro recordándome que ya las vacaciones de verano expiran éste domingo y el lunes inminentemente debo asistir a mi primer día de trabajo, estoy emocionada pero pienso disfrutar de éste oasis de calor, sol y arena hasta el último momento.
— ¡Isobel, Isobel, ven a la playa! - ésta es la tercera vez que mi amiga Sasha trata de llamar mi atención para convencerme de que entre al agua pero, en este momento vegetar es más atractivo para mi.
Su novio es un patán pero, tiene dinero y eso significa que debe hacer lo que él desee. Yo particularmente y a mis veintitrés aún soy dueña absoluta de mi vida y pretendo quedarme así por mucho tiempo. La madre de mi amiga se siente tan satisfecha con Brennan Frederick - ejecutivo, arrogante, patán y asquerosamente rico - que ya sueña con una boda en El Hotel Hilton de San Francisco, ruedo los ojos por la ostentación y la ridiculez de la "Señora Beller" porque solo cría sus hijas para casarlas con hombres ricos y de ese modo disfrutar de su dinero. Eso es a lo que yo llamo: Materialismo Aplicado, ni siquiera estoy segura de que esa frase exista pero la vieja cree que vales lo que pesa tu cuenta bancaria.
Yo en cambio no amo el dinero, me importa más mi profesionalismo y desempeño laboral que venga recompensado por mi esfuerzo y dedicación. Me encantan los números y quiero continuar aprendiendo para poder abrir mi propia agencia de Administración, es solo un proyecto pero; confío en que se haga realidad en algún momento. Se que mi madre preferiría que estudiara algo que tuviese que ver con la belleza ya que ella tiene una sala de Spa y todo aquello que se relacione con derrochar el dinero en la apariencia pero, la Administración es mi vida y sé que esta empresa me va a catapultar hacia mis sueños como Gerente o dueña de mi propia compañía.
— ¡Eres mala! - me reprocha Sasha con un puchero de niña.
— ¡Cariño quería descansar! - le digo con toda la inocencia de la que soy capaz.
—Pero quería que estuvieras conmigo y ni siquiera me miraste ¡mala! - su actitud infantil me hace rodar los ojos de fastidio.
— Bueno Nena... ahora nos vamos a bailar, a beber y a disfrutar de esta deliciosa noche - mi amiga aplaude dando saltitos en el sitio vestida con un precioso traje de noche híper elegante y con un gusto exquisito.
Embutida en un vestido de Carolina Herrera plateado, con brillantes y subida en unos tacones de quince centímetros de Prada se ve estupenda. Mi vestido es color rosa pálido, no soy muy de ver, ya que no poseo esa voluptuosidad que lleva encima mi amiga, soy más bien de las flacas con curvas sutiles y delicadas. No tengo idea de como caminar con los tacones de solo ocho centímetros si lo más alto que he subido es a mi motocicleta.
La casa a la que llegamos es gigantesca y muy al estilo Malibú: dos plantas, puertas corredizas en vidrio templado antibalas, a la orilla de la playa y sobre todo con un lujo exorbitante que te deja boquiabierto cada que miras un rincón ¡já, los ricos son unos presuntuosos todos! claro que Sasha Beller es la excepción de la regla y yo con una madre que "era rica" y que ahora debe trabajar para vivir, no tengo intención de estrechar vínculos con ninguno, solo estoy aquí por la invitación, la bebida y por complacer a mi mejor amiga. Soy lo que llaman en éste mundo: "la amiga pobre de la niña rica" ¿asqueroso, no?
— ¿Viste la casa? - asentí sonriendo por su emoción — Así va a ser la mía cuando me case con Brennan ¿sabes? - alzo las cejas al cielo — Pero tú tendrás una habitación en mi casa siempre porque eres mi hermana - está borracha, sus ojos se humedecen y espera que la abrace, no soy muy emotiva pero esta chica carece por completo de afecto desde que su padre murió y su novio "soy lo que necesitas" de la mierda, no es capaz de consolarla.
Fueron momentos duros para ella y su plástica madre. Sasha es una sobreviviente y dice que me admira ya que nada parece afectarme, claro que cuando no conoces al desecho moral que es tu padre te ahorras mucho sufrimiento porque si no lo ves, no lo quieres y tu corazón no se rompe pero, al tenerlo y amarlo, cuando lo pierdes y es tu único apoyo pues... no puedes hacer más que llorar por los rincones buscando un soporte para poder superar esa hecatombe que te arrastra al mismísimo infierno. La abrazo fuerte y rompe en llanto, trato de llevarla fuera de la casa pero Brennan se percata y acercándose con una expresión de disgusto me aborda.
— ¿Qué le diste? - ¿en serio?
— ¿Y que te hace pensar que le di algo? - es un idiota.
— ¡Está borracha! - ruedo los ojos.
— ¡Wow, que perceptivo amigo! ya veo de donde sacaste todo ese dinero que ostentas Rockefeller - escupí bastante irónica en su cara de idiota.
— Tu siempre me has parecido mala influencia para ella, deberías alejarte - creo que le romperé la nariz de dios griego que tiene.
— ¡Perdón por que no me canonizarán como a ti, imbécil de mierda! ¿no ves que su padre lleva solo dos meses de muerto? y tu ni siquiera eres capaz de abrazarla. Los vestidos y zapatos caros no curan heridas del alma ¡genio! - apretó la mandíbula con tanta fuerza que creo la escuché crujir.
— ¡Eres una mocosa insolente! - puse los ojos en blanco.
— ¡Lo sé subnormal! ahora... ¿si me disculpas? debo llevar a "mí amiga para que se siente - tomó mi brazo izquierdo apretando con fuerza y me sacudió, gemí de dolor pero no le di el gusto de verme llorar.
Solté a mi amiga que se tambaleaba y aproveché la mano derecha para lanzarle un guantazo el la puta cara, mi puño impactó contra su pómulo y no solo me soltó sino que intentó golpearme.
— ¿Frederick? ¡qué gusto verte hermano! - unos ojos azules y endemoniadamente hermosos se toparon con los míos, cayendo su vista directo al escote de mi vestido, casi dos metros de puro músculo atrapados en un traje de tres piezas de Armani o cualquier otro diseñador famoso de esos que con solo mirarlos, te das cuenta que cuestan más que el alquiler mensual de tu apartamento en Los Ángeles.
Hago un mohín por el escaneo del que he sido objeto aunque agradezco su inoportuna llegada no obstante, me parece que no fue casualidad porque éste es un lugar más o menos apartado de la muchedumbre y dudo que este hombre, el cual parece una de esas esculturas de Eros, el dios del amor y la belleza se encuentre solo y "desocupado". Pero como me importa un pito la presencia del adonis y quiero alejarme del retrasado huyo cual comadreja después de haber robado los huevos de una serpiente. Llego a un lugar precioso lleno de árboles, unas bancas ¡vaya, el paisajista se lució! el sitio es impresionante y mientras mi amiga balbucea tonterías, ebria con dos copas del espumoso y horrible vino que sirvieron yo me deleito en observar éste lugar tan... verde.
— Fue un placer haberte ayudado ¿sabes? - esa voz me pone en alerta y giro bruscamente, lo que hace que me enrede con el césped y casi caiga al piso, y digo casi porque me encuentro entre los potentes brazos de este... gigante apolíneo que huele a madera, picante y tabaco.
— ¡Sí bueno... gracias! - pero me detengo justo en el momento que él sonríe de medio lado y mi cerebro sufre un infarto al ver aparecer el hoyuelo más sexy en la mejilla al lado de una boca de labios carnosos, gruesos y rosados que incita al pecado, no solo me quedé sin aire sinó que la boca se resecó a tal punto que sentí mis labios agrietarse y pasé la lengua tratando de mojarlos un poco ¡Dios mío está buenísimo!
— ¿No puedes hacer eso delante de mí y pretender escapar, cierto? - pude haberme soltado, pude haber protestado inclusive. Si éste no me hubiese estampado el beso más delicioso, erótico y sexy de mi vida ¡maldito seas, quien quiera que seas!
La luz del sol se cuela por las ventanas del pequeño apartamento rentado en la Ciudad de los Ángeles, que pago porque mi madre así lo desea porque podría vivir en un cuarto de cualquier pensión pero ¡no por favor mi pequeña! Esa exótica pero exasperante mujer, es el ser más sobreprotector del mundo y por lo tanto no desea que me mude de su lado hasta cumplir ¡no sé! ¿treinta?¡Es ridículo!Le llevo la contabilidad de las dos salas de Spa y aún así necesita más de mi que cualquiera ¡por favor ella es la madre! Me incorporo en la cama y disfruto del estiramiento propio de un felino, son las cinco de la mañana y se que debo salir a correr y hacer un poco de ejercicio para desechar toda la porquería que ingerí y degusté este fin de semana. Pero es tan difícil para mí salir de este c&o
Vogue Style Industries, toda una pomposa industria textil, la más prestigiosa de Manhattan, considerada la más ventajosa y sólida entre las empresas de textiles y confección de indumentaria para damas, caballeros y niños. Con una franquicia millonaria en el comercio de ropa, calzado y accesorios varios. De la mano de los mejores modistas y textileros del país, esta es la empresa que me contrató para que labore en ella luego de tres meses de prácticas profesionales. Parada frente al edificio de treinta y tantos pisos me siento emocionada y aterrada por partes iguales, debido a que durante mi período estudiantil solo trabajé como mesera y valet de un estacionamiento. Por supuesto mi madre moría de la vergüenza pero como no deseaba tener contacto con su dinero por la última experiencia vivida: me desligué de la casa desde que tenía casi diecinueve y cuando sucedi&oacu
¿O sería el beso lo que me dejó sin aliento? Bueno, lo que si les diré es que casi caigo de la silla al darme cuenta que el millonario "salvavidas" trabaja aquí y debe - por lo refinado de su traje - tener un alto cargo en las empresas porque todo el mundo se encuentra nervioso, menos yo por supuesto ¡Ah y la jefa de Recursos Humanos! que al parecer son bastante cercanos, tomando en consideración la mano que tiene puesta en la cintura de la morena.Percibe mi sorpresa y sonríe con lo que yo llamo entusiasmo excesivo, lo hago de vuelta cortésmente para no llamar la atención del público y evitar la percepción de que nos conocemos o al menos nuestras bocas, pero Donna Jackson quien parece conocerlo bien, me observa sonriente como sabiendo algo que ignoro. Hago caso omiso de cualquier insinuación para evitar levantar algún mínimo de sospechas incluso, aunque la mi
Salgo destruida de la oficina luego que Lara Clayton me hubo aclarado que el hecho de que el Jefe no le permitió echarme como un perro, no estoy salvada de nada. Eso solo me indica que es cuestión de tiempo para que esa mujer haga que me destituyan, pero que no se crea por ningún motivo que no pienso darle pelea porque si ella es la jefa, yo soy una empleada que conoce sus derechos y los va a hacer cumplir, así eso me lleve a un puto juicio.Salgo del ascensor para salir del edificio y me encuentro con el jefe, arrugo el ceño ante lo perfecto que se ve con su traje oscuro y su cabello peinado, si hace menos de diez minutos lo vi salir de la oficina de la Hidra como si lo hubiese atropellado un camión de mercancías ¡ay estos millonarios son unos locos todos!— ¡Buenas tardes Isobel! feliz viaje a casa - me paralizo al escuchar su voz suave y el tono cortés que utiliza p
—¡Isobel, saldré un momento. Espérame por favor! – observo la hora en el reloj de la compu y son apenas las tres de la tarde, puede tardarse un poco y descansar del regaño que le asestó el jefe por bruja.Y de ese modo seré la mujer más feliz en el universo porque esa Hidra venenosa no querrá aplastarme ni matarme con alguna de sus cabezas. Me dispongo a trabajar cuando mi compañera sale del baño y agarra su barrigota haciendo un ruido parecido a un animalito apaleado, su cuerpo se estremece y detiene su andar balanceado aprehendiendo con una fuerza casi descomunal el espaldar de la pobre silla que se encuentra al frente de mi escritorio, el color abandona mi rostro y un frio recorre mi espina dorsal. No sé qué le ocurre, pero se ve lastimada y dolorida, además sus piernas están mojadas lo que me hace saltar del asiento y correr hacia ella.—
Saco mi teléfono del bolso y quedo sorprendida de ver dieciocho llamadas perdidas de Sasha, mientras voy bajando a recepción con Jacques Hawkins el cual se ha ofrecido a llevarme a casa ya que la perra de mi jefa se vengó por la llamada de atención de la que fue objeto el día anterior. Me siento furiosa con ella porque yo no tuve culpa de ello, ella tomo una mala decisión y ahora me ha declarado la guerra, no me considero un angelito, pero tampoco me agrada la vejación a mi persona solo porque a otra le causa placer ¡me la vas a pagar vieja bruja!¿Isobel, estas ahí? – observo unos ojos azules que me miran divertidos ante mi viaje al más allá. Puesto que es allí donde pienso mandar a mi jefa.¡Sí! – sonrío — Aquí estoy y me parece que no debería tomarse la molestia de llevarme a la c
La alarma de mi teléfono suena y despierto sobresaltada con mi amiga asfixiándome con su bazo sobre mi estómago. Ronca, babea y habla dormida; me desveló hasta las doce cuarenta pensando que me hablaba a mí y era que balbucea dormida la muy loca. Salgo de manera cuidadosa para no despertarla de su hibernación y corro al baño para evitar hacerme pis en la ropa y poder llegar a la cocina para hacer mi café normal con mucha, mucha cafeína, mi amiga se encuentra en un coma inducido por el sueño y eso quiere decir que no puede hacerme el desayuno ¡lástima, cocina rico! Saco el jamón, queso blanco y amarillo porque lo que voy a preparar va a tener tres pisos y tengo que comerlo con rapidez porque pretendo llenarlo de todo tipo de salsas y miel. Me llama mucho la atención una cosa verde asquerosa en un envase, pero cuando la huelo me descompongo al saber que es una de esas cosas dietétic
Llego a la oficina y lo primero que veo son un par de ojos azules, hermosos, curiosos y diferentes a lo que vi ayer, pero estos si tienen ese no se qué interesante y que me activa las hormonas. ¡No entiendo una mierda!—¡Buenos días Isobel! Mis piernas tiemblan y el corazón se dispara en una carrera hacia no sé dónde, esa voz y sus gestos… me siento demasiad confundida. Bufo enojada conmigo misma por el poder que pueda tener un hombre sobre mis emociones ¡Y no es un hombre normal! Es mi jefe, es millonario y además con un pequeño problema de personalidad múltiple que si fuese una terapeuta me daría gusto analizándolo a mis anchas—¡Buenos días, jefe! – sonrío a medias y bajo la vista para no ser descubierta como un ratón de biblioteca.—¿Qué tal tu noche? – no se a lo que se refiere si él mismo me dejó al frente y sin dejar de ver su teléfono. Per como m boca tiene la capacidad de pensar y desobedecer no pudo evitar abrirse.