Saco mi teléfono del bolso y quedo sorprendida de ver dieciocho llamadas perdidas de Sasha, mientras voy bajando a recepción con Jacques Hawkins el cual se ha ofrecido a llevarme a casa ya que la perra de mi jefa se vengó por la llamada de atención de la que fue objeto el día anterior. Me siento furiosa con ella porque yo no tuve culpa de ello, ella tomo una mala decisión y ahora me ha declarado la guerra, no me considero un angelito, pero tampoco me agrada la vejación a mi persona solo porque a otra le causa placer ¡me la vas a pagar vieja bruja!
La alarma de mi teléfono suena y despierto sobresaltada con mi amiga asfixiándome con su bazo sobre mi estómago. Ronca, babea y habla dormida; me desveló hasta las doce cuarenta pensando que me hablaba a mí y era que balbucea dormida la muy loca. Salgo de manera cuidadosa para no despertarla de su hibernación y corro al baño para evitar hacerme pis en la ropa y poder llegar a la cocina para hacer mi café normal con mucha, mucha cafeína, mi amiga se encuentra en un coma inducido por el sueño y eso quiere decir que no puede hacerme el desayuno ¡lástima, cocina rico! Saco el jamón, queso blanco y amarillo porque lo que voy a preparar va a tener tres pisos y tengo que comerlo con rapidez porque pretendo llenarlo de todo tipo de salsas y miel. Me llama mucho la atención una cosa verde asquerosa en un envase, pero cuando la huelo me descompongo al saber que es una de esas cosas dietétic
Llego a la oficina y lo primero que veo son un par de ojos azules, hermosos, curiosos y diferentes a lo que vi ayer, pero estos si tienen ese no se qué interesante y que me activa las hormonas. ¡No entiendo una mierda!—¡Buenos días Isobel! Mis piernas tiemblan y el corazón se dispara en una carrera hacia no sé dónde, esa voz y sus gestos… me siento demasiad confundida. Bufo enojada conmigo misma por el poder que pueda tener un hombre sobre mis emociones ¡Y no es un hombre normal! Es mi jefe, es millonario y además con un pequeño problema de personalidad múltiple que si fuese una terapeuta me daría gusto analizándolo a mis anchas—¡Buenos días, jefe! – sonrío a medias y bajo la vista para no ser descubierta como un ratón de biblioteca.—¿Qué tal tu noche? – no se a lo que se refiere si él mismo me dejó al frente y sin dejar de ver su teléfono. Per como m boca tiene la capacidad de pensar y desobedecer no pudo evitar abrirse.
El jefe se desploma y aunque traro de ayudarlo no puedo ya que es demasiado grande y pesado. Grito por ayuda y dos caballeros llegan al instante para ayudarlo, quedo petrificada ante la acción porque en comparación con el día de ayer e incluso anche se veía perfectamente sano, pero cuando salí del cubículo que se encuentra en la oficina no te sus ojeras y el cansancio en su expresión bueno… tampoco es que el revolcarse con su hermana sea una gracia, alguien allá arriba debe estarle pasando factura. Veo cuando lo llevan al ascensor entre los dos sujetos y me percato en lo que bajo la vista su billetera, la recojo y se la entrego al señor gigante de los ojos verdes. Me quedo frente al aparato esperando que vuelva para reunirme con mi madre y su nueva cita, saco mi teléfono para corroborar y no encuentro ninguna llamada, eso es algo que me parece muy raro. Llamo tres veces y llega el cacharro. Subo y mar
¡Me lleva la mierda! La Pequeña Brujita está aquí y ya me ha visto por idiota. El desconcierto en su expresión es como para grabarlo y la manera de mirarme dice lo mucho que desea… ¿interrogarme? Eso veo aunque no sea el termino correcto, sin embargo sonríe y disimula perfecto. Si, definitivamente ella es lo que necesito: belleza, inteligencia y mucho carácter. Mi esposa debe ser así, para que se cuide de mi horrenda familia y me cuide a mi por supuesto. Sus bellos ojos escudriñan mi rostro, sabe que algo pasa, sabe que no somos la misma persona porque aunque le digo al tonto de mi hermanito que nos pongamos a la par en todo: él no lo hace.—¡Isobel, que agradable sorpresa! – Donna se torna incómoda, lo que acaba de pasar aquí, ha dejado evidencia en ella y la Srta. Makenzie lo ha notado.Cuerpo de infarto, cabello rebelde, muy
¿Se fue? ¡Él solo se fue y ya! Nunca había visto a nadie con un ego de ese tamaño, ni que llevara las cosas a los extremos de ese modo ¿y cómo es eso que necesita que me quede aquí? ¡Está loco! Porque yo me voy de esta empresa, es un peligro que me encuentre aquí con este sequito de desquiciados. Observo a Miller y se ve tan confundido como yo, hago un movimiento y tira de la mano de la cual no tenía idea que sostenía. —¡No quiero quedarme aquí! – expreso con molestia. —Define “aquí” ¿te refieres a: conmigo o en la empresa? – cuestiona con duda. —¡Ok, ya estoy comprendiendo que el jefe no es el único idiota aquí! – no deja de
¡Ok, esa mujer esta buenísima! y no solo eso, sabe delicioso y golpea como camionero. No me siento maltratado en realidad, lo tomo como una reacción a todo lo que estaba sintiendo en ese momento, desconocido para ella por supuesto. Es virgen, lo pude sentir en su desesperación por probar más y no tiene nada que ver con que soy un tipo irresistible, es que ese anhelo es diferente a lo usual, sale completamente del patrón, no se frotó, ni restregó los pechos en mi torso, ella solo quería ¡no! Necesitaba ese beso y yo se lo proporcioné y ahora solo es cuestión de tiempo para que regrese por más. Ella sentirá la necesidad de probarme de nuevo, su condición de novel la coaccionará de tal manera que me sentirá y entonces volverá por más. ¡Es la mujer perfecta para lo que necesito, mis planes saldrán a pedir de boca con ella ya que su temperamento y pasión la harán inmune a los desplantes y majaderías propias de m
El jadeo general que se produjo fue música para mis oídos, todos boquiabiertos y con una expresión de agraviados lo cual me parece una ridiculez considerando el hecho de que son una sarta de bestias salvajes esperando el desenlace de la preciosa y significante vida de mi abuela. Todos son unos hipócritas desalmados que no tienen la más mínima vergüenza en presentarse aquí solo para asegurarse de que ella pronto morirá ¡aunque la veo muy sana! Eso debo acotar. — ¡Jacques, sobrino! Gracias por esa calurosa bienvenida – dice mi tío Brando y la odiosa l observa con cara arrugada y la mano derecha en el pecho — No habría esperado menos de ti – mi sonrisa se ensancha, esto lo voy a disfrutar en grande. Observo la expresión de Belinda y sus ojos brillan cuando me observa otorgándome el permiso necesario para continuar. —¡¡Tio,en realidad me extraña verte ya que ni siquiera me alegro por ello! – expreso de manera genuina — Lo que llama mi atenci
—¡Hola! – escucho la voz de mi amiga al hablar con alguien en la puerta.—¡Tu no eres Isobel! Aunque no estas nada mal ¿eh? – esa voz, es-es — ¡Permíteme cielo, necesito hablar con mi futura novia! - ¿Qué? Ingresa al apartamento, gloriosamente vestido con su habitual traje de tres piezas en un gris tan oscuro que parece negro, no lleva corbata, pero la camisa color cereza hace que el azul de sus ojos se vea más intenso y su hercúleo tamaño junto a todo ese musculo forjado a fuego por los dioses del olimpo me arrebatan el entendimiento ¡este hombre es un peligro para mí! —¡Oh por Dios Isobel! ¿Qué es ese atuendo tan horrendo? – miro mi pijama de nubes y un unicornios me siento ofendida —Eso es un insulto a la libido de cualquiera – dice asombrado y la traidora de mi amiga se parte de risa.—¿Qué coño haces aquí? – escupo enfadada por irrumpir a las diez de la noche en mi casa y por ofender mi vestuario que es el má