67. Mi Amor.

Ella prácticamente lloró mi nombre y mi cuerpo simplemente sucumbió a ella, a su voz, a su aroma. Mis rodillas no me sostenían y mi piel ardía en llamas mientras los temblores me desesperaban. Sus ojos llenos de lágrimas y el dolor reflejado en ellos me consumía por completo. Tuve que apoyar las manos en la cama para no caer al piso, ella se encogió de no sé ¿miedo, duda, desasosiego? Eso me taladraba el pecho sin piedad, la dañé, la rompí y no me la va a poner fácil. Sin embargo no se apartó y al ver sus lágrimas rodar supe que tenía esperanza.

— ¿Qué haces aquí? – toma la sábana entre sus manos para taparse — ¡No deberías! ¿Dónde está Josep? – una punzada de celos inevitable atravesó mi estómago ¡me la merezco por estúpido

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP