Marisol y Amapola se vieron las caras. Marisol ya le tenía respeto a su ahijada por el carácter que tiene, realmente es muy fuerte, pero sabía que en el fondo tenía un corazón de pura miel, todo era producto de ese gran corazón, que ella tenía y que nadie podía entender. Nuevamente Reishel l les habló con mucha seriedad…. —¡Les voy a agradecer a las dos!, que no mencionen el nombre de Mauricio en esta casa madrina, ¡por favor!, no quiero escuchar más de Mauricio, ¡ya estuvo bueno!, solo me faltaba que viera con mis propios ojos, que fue capaz de llevar a Úrsula para la competencia, ¡y lo hizo!, y él quizás creyó que yo no estaba y que no me iba a enterar, ella estaba muy contenta celebrando—señala comillas con los dedos—¡que su amor estaba en la competencia!—¡Pero hija!, de eso precisamente queremos hablarte, la vieja no se refería a Mauricio, ¡era otro!, ¡el competidor vietnamita!, cada vez que salía al ring, ¡se volvía como loca! y cuando Mauricio le tocaba pasar, ¡ella
Mauricio entra muy disgustado, la nariz recrecida, le palpitaba, tenía unas ganas de tomar a Úrsula por el cuello y estrangularla, ahorcarla con sus propias manos, pero tenía que ahogar esa rabia, era la primera vez que sentía un deseo asesino, ya odiaba a esa mujer, que ahora tenía al frente. Está vez, logró sacarlo de sus casillas.—¡Buenos días!—Lo recibe Úrsula con un tono irónico y melodioso.Mauricio pone los puños apretados sobre el escritorio…—¡Me tienes harto sabes!—¡Pero siéntate, te interesa estar calmado, recomiendan que para discutir y tomar decisiones, no es aconsejable dejarse dominar por las emociones!Mauricio la mira con los ojos echando chispas y le grita…—¡Todavía creyendo no se que cosa de ti, acepté la invitación del otro día, y me sales con esa cochinada, no eres más sucia porque no puedes!Ella responde en el mismo tono irónico y de burla…—¡Pero eso es culpa tuya!, me di cuenta , que ya no me queda nada tuyo, cada vez estás más alejado, ¡me has botado a la
Mauricio necesita despejar su mente; todavía iba en el ascensor y le temblaban las manos, tenía ganas de gritar, y de ahogar de una vez esas deseos de acabar con Úrsula, aterrado de lo que había en su mente, sobre todo cuando la tuvo entre sus manos hasta quería llorar. cómo pudo pensar así salió con paso apurado y cuando iba manejando recibe una llamada —¡Aló!.. Si, Hola Kathlyn,¿Cómo está todo? —¡Hola! ¿Cómo estás? Me gustaría tratar algunos asuntos contigo, se trata de las licitaciones sobre las obras que generan la instalación de la televisora. Mauricio la oía, intentaba concentrarse en el manejo y de entender al mismo tiempo lo que Kathlyn le estaba diciendo. Ella apremia: —¡Dime si puedes o no!, o queda sobreentendido que tendré que asumir tu lugar. El responde entrecortado: —¡No, no!, eh espérame…eh…¡te invito a comer! Kathlyn estaba que pegaba la cabeza del techo de la emoción, pero disimulaba y se fue rápido al baño a retocarse el maquillaje. Román la fue
Kathlyn no podía contener la emoción. En ese momento estaba saboreando las mieles del triunfo; almorzando con el hombre de sus sueños, el que hasta hace poco, era imposible e inaccesible de alcanzar. Hoy está comenzando a hablar con ella, compartiendo sus cuitas y cosas de su vida. Ella de manera natural se inmiscuye en su vida:—¡Pero Mauricio tú estás muy enamorado de Reishel tengo entendido!, ¿cómo te sientes ahora? —¡No sé, pero…si,sí la amo!, ¡y daría lo que no tengo para tenerla de nuevo a mi lado!, solo se que ella ¡no quiere saber nada de mi!, ¿sabes?, por aquello que ocurrió en el despacho que dejó Úrsula,—Kathlyn traga grueso y bajó la mirada—la fui a buscar y la he estado buscando desde hace tiempo, y entendí que lo de ella es determinante, hasta cambió su apariencia física para que yo no la reconociera, me inscribí en su escuela que sé que es su pasión y no pude conseguir lo que quería. Kathlyn máquina en su mente, mientras lo oye con atención; hablar y hablar y pr
El momento que parecía perfecto para Kathlyn, tuvo una desmejora. No se esperaba la aparición del billonario Lorenzo Almeida, que se veía muy entusiasmado con el encuentro.— ¡No me interesa Lorenzo!, nosotros tenemos una relación estrictamente profesional. Kathlyn se enrojece y frunce el ceño, algo disgustada. Esto a Mauricio le comienza a dar cierta gracia y por fin esbozó una sonrisa. — Pero no me vas a decir Kathlyn que el tipo no es un buen partido?, y tus cuñadas son bien rubias! — Mauricio! ¡No hables de esa manera!, me vas a avergonzar!Lorenzo veía hacia ellos y sonríe espléndido, levanta su vaso en señal de brindis. — Yo lo veo muy animado! Seguro que no hay nada entre ustedes? — ¡Claro que no, ya te lo dije! De forma repentina Lorenzo ya avanzaba con sus hermanas hacia la mesa de Kathlyn y Mauricio. — Disculpen pero nos pareció mejor idea sentarnos con ustedes! — Claro, ¡ adelante no hay problema!—acepta Mauricio.— ¡Les presento a mis hermanas Nora y Sofía, están re
Creo que ya es hora de irnos, ¡señores!... Lorenzo pone la cara de embarque y le contesta con fastidio… — ¡Está bien, Román, dame unos segundos más! — ¡Sí, pero acuérdese de sus hermanas, mírelas! Nora y Sofía estaban sentadas, pero no tenían malas caras. Entonces Lorenzo reflexionó. — ¡Está bien! ¿Trajiste carro Kathlyn, me supongo? — ¡Sí, Lorenzo, yo tengo mi carro! Román empezó a cerrar puertas, apagar luces y se despidió. Kathlyn logró por fin safarse de Lorenzo, aunque él estaba persistente, él decidió dejar, todo para otra ocasión. Kathlyn iba de salida al estacionamiento, pero mientras caminaba, su empecinamiento era increíble, porque llamó a Mauricio. — ¡Aló! ¿Cómo estás? ¿Mira...Ya terminó la reunión? — ¡Kathlyn! Yo estoy descansando!, mañana hablamos. ¿Y Lorenzo? — ¡Lorenzo! Bueno él... ¡Se fue con sus hermanas! — ¡Mauricio, yo pensé que íbamos a compartir un poco más! ¿Por qué no salimos? Mauricio mira el reloj, y realmente él se sentía muy aburrido. — ¡Sí, es
—¡Señor Santillano, señor Santillano!—Aurora se esfuerza en hablar porque Rubén está conversando por teléfono. Rubén interrumpió para atender a Aurora: —¡Disculpa!...¡Dime Aurora! —¡Quería saber si le traigo algo más! —¡Ah no querida, estoy bien por los momentos! Aurora se retira y Rubén continúa conversando con su abogado por teléfono. —¡Cómo te decía Martinez, quiero hacer mi testamento por eso me interesa ir a Venezuela lo más pronto posible, y también necesito que me ubiques un apartamento pequeño; ¿cuento contigo para eso? —¡Por supuesto Santillano, tu me dices, para cuando más o menos te acercaras por acá! —¡La semana que viene, el martes más tardar, debo llegar, y si te agradezco Martinez que seas discreto! —¡Por supuesto, así será, nadie lo va a saber! Rubén ya tiene trazado un plan, llegar a Venezuela y después que arregle algunos asuntos legales, está pensando llenarse de valor y buscar a Amapola. **** Pasaron las horas, son las seis de la mañana y en media hora
Mucho ruido había en el barrio La Cementera. El detective Sugma también tenía una moto y se atrevió a subir las lomas del barrio donde creció Reishel. Ya tenía información de lo peligroso que era y que clase de maleantes se podría encontrar en cualquier esquina del lugar, que por cierto nunca faltan en sus reuniones acostumbradas en las calles. Enseguida lo divisaron. Los mismos de siempre; los que estaban, de inmediato se alarmaron al recibir una visita inesperada de un individuo perfectamente extraño. Pero Sugma no se amilana, el prosigue, y les pasa por el lado como si no existieron. Según algunos datos recaudados por sus ayudantes, Reishel tiene mucha gente que la quiere y que la aprecia en ese barrio, por su dedicación a defender y atender a sus vecinos, logró ayudarlos y protegerlos de los azotes de ese barrio. Pero también sabía que ellas ya no vivían allí.Había una cancha de basketball y se propara para preguntarle a unos muchachos que están practicando.—¡Oye, amiguit