Lo que sucediendo en este instante es totalmente inusitado, Mauricio acaba de tomar a Reishel por una mano, y ella siente que tiembla, está tambaleando, su expresión está dócil, y Mauricio al captar ese mínimo de vulnerabilidad, apenas se dió cuenta que ella no pudo apartar la mano, la jaló sin miedo y la atrajo hacia el y la abrazó—Sparkie los veía moviendo las puntiagudas orejas—Y Reishel también lo abraza; Mauricio refuerza el encuentro, apretándola hasta sentir el latir de su corazón.En susurros empezó a rogar...—¡Por favor mi amor vamos a conversar, hablemos, dame la oportunidad, por favor, no te pido nada más!Reishel al sentir su olor, su voz y los brazos de Mauricio asirla por completo, se asombra de la sensación de agrado que la invade, el soplo de amor que Mauricio le está regalando hace que ella sienta como su cuerpo y su alma agradece ese instante, que no pudo eludir, Reishel sintió que el alma se la habían regresado y Mauricio no se detenía...—¿Porque mi amor nos t
Rubén santillano ya sabe dónde vive Amapola y su hija. El muy ladino aprovechó sus influencias con su amigo Barry Sugma para no perderla de vista. Le urgía conocer su rutina, como era su vida realmente, en que se ocupaban, si salían algún sitio, quienes iban a visitarlas; Barry Sugma subió sus honorarios, porque tenía que dejar otras ofertas solo para dedicarse nada más de las necesidades de Rubén e ir tras la pista de Amapola y de Reishel sin que ellas pudiera sospechar algo. — ¡Le di un adelanto Sugma, revise su pago móvil! —¡Si, ahora lo reviso con calma, empezaré por viajar mañana, y todos los días le informaré. Tengo algunos planes que me pueden servir de apoyo. —¡Hasta los momentos Sugma me has dado muy buenos resultados, espero que sigamos trabajando por mucho, mucho tiempo! —¡Así espero también, nos vemos entonces la otra semana, y le escribo por el celular! Barry Sugma se retiró del apartamento de Rubén y lo dejó como siempre, solo con sus recuerdos, pensando en todo l
El piso donde queda el despacho presidencial y el área administrativa de la torre Torre TDK-A, se agita en medio del cambio que se avecina. En la torre A, se siente la alegría. Lorenzo Almeida que es un trabajador incansable, tan incansable como ambicioso, ha notado la vulnerabilidad en el aspecto del liderazgo y control dentro de la organización; solo Kathlyn y su hermano Román son los que en los últimos días lo han recibido, y le han explicado, y respondido todas sus inquietudes y preguntas. Cuando Lorenzo está con su gente de confianza les dice que si las cosas son así y siguen como van, y los dueños mayoritarios no hacen acto de presencia, tarde o temprano TDK televisora pasará totalmente a sus manos con las torres incluidas. Pero tiene una debilidad, le agrada mucho Kathlyn, le parece muy hermosa, y es una mujer preparada en todo sentido, pero él no se siente correspondido, de todas maneras tiene que tratar con el por el tema profesional.No falta mucho para que la televisora
Mauricio quedó muy sorprendido con los adelantos llevados a cabo en relación a la televisora pero no dejaba de pensar y de imaginar cómo sería Reishel junto a él, participando en todo.Se incorporó al trabajo del equipo con mucho entusiasmo, colaborando junto con Lorenzo y Kathlyn sin ningún complejo; si había que instalar alguna lámpara o chequear el funcionamiento de algún sistema lo hacían juntos, se entendían muy bien trabajando en equipo. Había mucho movimiento y pequeñas tareas que completar, detalles que eran necesarios para que el resultado no fuera menos que prolijo.Llegó la hora de la tarde, estaban tan entretenidos con el trabajo que no se dieron cuenta, se les pasó la hora del almuerzo y eran casi las tres. Román hace un alto para preguntarle a su hermana...—¡¿Kathlyn qué te parece si encargamos unas hamburguesas y unos refrescos, sería lo más práctico, y podríamos trabajar un poco más?!—¡Excelente, me parece genial!Lorenzo seguía pensando en lo mismo que lo preocupa
No quiero renunciar Al escuchar esa melodía, Mauricio siente ganas de llorar, pero contiene ese deseo y siente una presión en su pecho y un sabor amargo en su boca que no desea pasar por su garganta, le da una señal, en medio de tanta inquietud y desasosiego, que no resultó lo que esperaba; sacude sus piernas y su rostro de ángel lo sube y mira hacia arriba, nota cómo se va oscureciendo todo; y se encienden los faroles de la calle le indican que la noche llegó, y llegan más y más vehículos; comenzó a lamentarse y se levanta de repente, mira el banco que siempre los ha recibido e inútilmente marca el número de Reishel que nunca más atendió, solo la voz de la operadora suena para decirle que está fuera de servicio; ya la nostalgia dejó de ser y ahora siente tristeza, tristeza porque él se ha dado cuenta que Reishel no llegará y que no tiene forma de justificar su ausencia y quisiera hacerlo,quisiera pensar, que fue que no pudo llegar a tiempo, porque tuvo un percance, qui
Kathlyn abre los ojos de par en par y siente un extraño temor...—¿Qué dijiste?Román, alterado, alza la voz...—¡Que Rubén, tu papá, se fue para un crucero! ¡Sin decirnos nada!—¿Pero qué es eso, Román? ¿Qué le pasa a papá con nosotros? ¿Y no nos dijo nada? ¿Por qué? ¿Y qué hizo?Román temblaba de disgusto.—¡Se fue para un crucero! Le pidió a Aurora que no nos dijera nada porque no quería perder permiso.—¡¿Y su tratamiento?! ¡Qué irresponsable es Aurora! ¡Ahora la voy a descargar yo!—¡No! —la interceptó Román—. ¡No la podemos tener de enemiga! ¡Yo ya hablé con ella!—¡Pero no te puedes quedar así, tan tranquilo! Él tiene que tomarse su tratamiento con seriedad. ¡Qué irresponsable es Aurora! ¿Para qué le estamos pagando?—¡Déjala, hermana! ¡Espera a que mi papá nos llame! Si tú la llegas a ofender, no nos va a atender más, ¡piensa!Y en la paz del hogar de Mauricio, están muy felices esperando a dos novios reconciliados.Marcela y Regina tenían un gran plan para recibir a Mauricio,
Juan José mira a Reishel y no lo puede negar. Esa chica lo hace suspirar. La señora Eloisa su mamá, no solo se ha dado cuenta de eso, sino que a los tres les interesa. Están como locos y hasta discuten por ella. Paul, fue el que se atrevió durante la merienda a preguntar lo que todos querían saber. —¿Reishel y tú no estás casada? Reishel se sonroja y sonrie. —No...— respondió de forma seca, y no dio lugar a que la siguieran interrogando. Eloisa se dio cuenta de la incomodidad de ella e intervino para ayudarla a salir de la situación.—Chicos, Reishel tiene que irse. No la atosiguen. Además, ella está muy ocupada con su profesión. Reishel sonríe agradecida…—¡Gracias, señora Eloisa,!...estuvieron deliciosos sus pastelillos y sus galletas. Y sí, ya es hora de partir. Ya saben, Juan, te envié todo por mensajería para que sigan mis recomendaciones. —Que bien, así lo haremos Reishel, y ya te envié tu pago móvil. —¡Excelente Juan, gracias! ¡Son buenas noticias!... Entonces, chicos, no
Han pasado los días y el detective Barry Sugma ya tiene confirmada la rutina de las comadres. Sabe que por costumbre se van a caminar los martes y los jueves, antes del mediodía, para ir al mercado popular. A la vez, realizan relaciones sociales, saludan a los vecinos y amigos del pueblo que conocen a Marisol, se quedan en la plaza, se comen su helado, se sientan a conversar y, aunque no son muy religiosas, los domingos están asistiendo a la parroquia para hacer oraciones y, además, sociabilizar un poco más. El señor Santillano está conversando con el detective y le pregunta: —¿Cómo estás? El detective responde: —Bien, señor Santillano. Lo llamo para decirle que ya tengo una lista de las actividades de sus amigas aquí en el pueblo. Se las voy a pasar por correo y creo que por los momentos ya he cumplido con mi parte. Santillano responde: —Excelente, señor Sugma. Voy a leer su correo y voy a tomar mis decisiones. Después que lo lea, le paso el pago móvil. El detective dice