SEBASTIÁN–¡Puta madre!–Maldigo al caerse mí camisa en el suelo del vestidor. Me inclino a tomarla y un dolor agudo atraviesa mis costillas–¡Sofía! ¡Sofía!–La llamo a los gritos repetidamente y al escuchar el sonido de los zapatos en el suelo, cada vez más cerca, espero impaciente. Cuando la veo ingresar toda arreglada y perfumada le reclamo.–¡¿Donde mierda estabas?!–Amorcito ¿por qué me hablas así?–se acerca a mí lado. Vislumbra el motivo de mí mal humor, levanta la camisa del suelo y me ayuda a colocarla correctamente mientras abotona cada botón en su ojal e exclama–¡Me estaba poniendo hermosa para vos!–Trata de darme un beso que rechazo y le recuerdo irritado.–Sabes muy bien, que es tu deber de esposa, ayudarme cuando te necesito.–¡Ah claro ahora soy tu esposa! ¿no? Pero cuando te revolcaste con esa zorra y casi pierdes la vida por su causa, no pensaste en mí ni por un instante.Quitó sus manos decoradas con uñas perfectas de manicuría y me encamino hacia la puerta del dormitor
OMNISCIENTEEl excéntrico descapotable se detiene en la puerta de una boutique vip que viste a damas de la alta sociedad. Sebastián baja del asiento del conductor y se prende el único botón de su esmoquin negro que está confeccionado a la medida, resaltando su perfecta musculatura. Rodea el vehículo de lujo, para abrir la puerta del copiloto e extiende su mano para que la tome, Catalina al bajar. La joven mira las vidrieras frente a ella y observa los llamativos escaparates con maniquíes luciendo ropas de diseños exclusivos. Alza su mirada a su amado sin soltar su mano e inquiere con duda.–Seba ¿Que hacemos acá?El atractivo hombre hala la mano de la joven y pega su cuerpo así pecho, luego se inclina hasta su estatura y besa su frente, baja sus labios hasta tocar los de ella y entre besos le confiesa.–Vamos a prepararte, para darte el lugar que mereces a mí lado, cómo mí mujer, mí amada y la dueña de mí corazón. Esta noche te proclamare cómo la única dueña de mí vida.Los jóvenes se
Buenos Aires ( fuerte apache ) "Catalina Gutiérrez" Otro sábado más, en mi aburrida vida. Tomo la pizza en caja de mi congelador y la saco de su envoltura, para llevarla al hornito eléctrico, que se encuentra en mi diminuta cocina. Pongo el temporizador, mientras observó, afuera, la ventana que da a la destartalada escalera, en el viejo edificio donde hábito. Este se cae a pedazos, debido a todas las reformas que necesita. Pero no puedo quejarme, es lo único que puedo pagar, con mi salario mínimo de empleada de limpieza. No tengo familia, solo una amiga que también es mi compañera de trabajo, aunque ella está en la parte de recepción, por qué es una chica de estudios y al contrario mío, lleva una vida social activa. El sonido del reloj me alerta que la pizza ya está en su punto. La saco del horno y la coloco en un plato, tomo la latita de coca cola "soy fan de la coca cola y las papas fritas" de echo ¡amo la comida chatarra! Cuando me lo estoy por dirigir con mi alimento, al sillón
CATS Llegamos a la entrada, donde 2 hombres gigantes de traje con antifaces negros, nos miran de arriba abajo y uno interroga- ¿los pases vip? señoritas. -Mi amiga les sonríe a ambos y saca de entre sus pechos, las mismas tarjetas que me mostró en mi departamento. Al ingresar veo a mi derecha, un mini bar con luces que rodean toda la barra, un bartender prepara tragos con una chica rubia a su lado. La mujer prácticamente está con los pechos al aire, solo un triángulo cubre sus pezones y lleva una pedazo de tela que simula ser shorts, pero sus glúteos sobresalen, descubro cuando voltea a buscar unos vasos. A mí costado izquierdo, hay unos sillones de pieles de leopardo, súper extrafalarios y más allá, dónde está un poco más oscuro. Hay sillones individuales, divididos por delgados paneles, con puertas de cristales. Mi amiga señala, lo que estoy observando con curiosidad y explica- esos son los privados, dónde los ricachones.... pagan, para que las chicas como nosotras, le hagamos un
Cats En el centro de la habitación, se encuentra una mujer de rodillas ¡complemente desnuda! Entre las piernas de un hombre, haciéndole un oral. El sujeto tiene los ojos cerrados, y su cabeza está echada hacia atrás.. supongo que disfrutando de la felación, aunque está vestido, solo tiene la bragueta abierta. Detalló como esos labios grandes, entran y salen de un miembro grande y grueso, mientras, el hombre hace sonidos raros que emerjen de su garganta y de un momento a otro, toma el cabello de la mujer, para acelerar el ritmo y demandar con voz entrecortada- ¡Más rápido! puta... Hazme acabar.-La mujer hace lo que le pide, atragantandose en el proceso y derramando lágrimas debido a la falta de oxígeno. ¡Dios mío! Un escalofrío me estremece ¡este hombre es una bestia! Nunca había visto un miembro en vivo y en directo, y me toca descubrirlo así. Retrocedo lento, para irme de este asqueroso lugar, cuando siento que mi espalda impacta contra un cuerpo duro.. me quedo de piedra... Siento
Cats Este ser, escalofriante y perverso me toma del brazo para sacarme del lugar a las rastras, por una puerta trasera que da a la calle, donde hay una especie de estacionamiento techado. Tiemblo incontrolable, por la incertidumbre de que sucedera conmigo, los dos gorilas altos de la entrada, se acercan a nosotros y hacen una especie de reverencia. - vamos en el auidi convertible- avisa el demonio con voz de trueno. -Estamos parados frente al auto más lujoso, que vi, en mi vida, brilla con luz propia. El sujeto abre la puerta trasera del vehículo y me empuja dentro, sin delicadeza. Este se sienta a mi lado y sus empleados, adelante, uno conduce y el otro en el asiento de copiloto. Comienzo a frotarme el brazo que la bestia, magullo. Míro de reojo en su dirección, para notar que el me está examinando de la cabeza a los pies, así varías veces, con una intensidad que pesa en todo el aire. Su escrutinio produce que mi estado nervioso aumente, casi hasta el colapso. Retuerzo mis manos e
Catalina Ingresamos a mi departamento y siento que voy a desfallecer ¡¿Cómo le digo a este diablo que no tengo nada?¡ El sujeto observa todo alrededor, con cara de poker y me presiona. –¡Apurate no tengo toda la noche! Traeme todo lo que recolectaste espiandome. Con mis nervios a flor de piel me acerco a una distancia prudente del diablo. –Bueno, como te explicó.. y-yo en realidad, no tengo nada que sea suyo. El silencio que sigue es sepulcral. Veo como el rostro del diablo se contrae por la furia y se aproxima a mi amenazante. –¡¿A qué m****a estás jugando?! ¡Maldita puta!. En un movimiento ágil saca de adentro de su camisa un arma de calibre pequeño y me apunta a la cabeza. Sin demora me arrodilló a sus pies llorando, convulsivamente. –¡No por favor, no me mates! ... Le juro que no lo conozco ¡no se quien es usted ni su prometida! Hoy es la primera vez que lo veo en mi vida. Revise toda mi casa, solo encontrará objetos viejos y en deshuso. El demonio me toma de los pelos
CATALINA Hoy fue un día agotador, se realizó un gran evento en la empresa y el trabajo aumento el doble para mí. Por suerte, es finde semana y no vuelvo al establecimiento hasta el lunes. Atraviezo las puertas dobles espejadas, junto a yesi, que como siempre, viste a la última moda. Yes no deja de taladrarme el cerebro con los detalles de su gran fiesta de cumpleaños, que se celebrará mañana en un lugar de incógnita. En la calle mi amiga deja de hablar y detiene su andar al ver un auto negro de lujo, estacionado a unos metros. Sonríe de oreja a oreja, cuando la ventanilla del auto desciende y descubre a su "sugar papi" cómo ella lo llama. Sin perder el tiempo, mi amiga besa mi mejilla anunciando en mi oido. –Mañana nos vemos, para desayunar juntas. Como es nuestra costumbre. «Así es todos los años por nuestros cumpleaños, una tradición» Veo como corre al encuentro de ese sujeto, que bajo del vehículo para recibirla entre sus brazos. Mientras la sostiene abrazada me mira por arriba