Al llegar a casa, los niños nos reciben con gritos de sorpresa y corren directo a los brazos de Alena, hay una pancarta hecha a mano y huele espectacular, miro a Anthony con nuestros bebés en brazos y no puedo evitar sentir que mi corazón se derrite con cariño.
— ¿Como estuvo? — pregunta acercándose, tomo a Otto se sus brazos y acaricio la cabeza del pequeño Anthony antes de besarlo.
— Perfecto — aseguro, besando a mis pequeñines
— Preparamos tu plato favorito, mamá — dice Scott sonriendo, el niño era dulce pero hosco, verlo sonreír a su madre era agradable<
Nunca en mi vida creí que haría este tipo de cosas, de verdad, estoy tan duro que duele, y no puedo apartar la mirada de las chicas, realmente estaban jugando entre ellas, Adeline se retorcía de placer mientras Alena chupaba sus pezones con gusto, con el culo elevado hacia nosotros, Max se pone de pie y me indica que lo siga, tomo un condón de la bandeja.— Alya, ofrécete a Anthony — dice, y Alena da un último mordico a Adeline antes de levantarse y dedicarme una mirada sensual, miro a Adeline sin poder evitarlo, Max se sienta en la cama y enseña su erección a Adeline, asiento y ella abre la boca, dispuesta.Alena se recuesta y abre las piernas, invitándome,
He estado en misiones de búsqueda y rescate miles de veces, pero la sensación de angustia es difícil de resistir en esta ocasión, donde mi nenita es la víctima y mi esposa parece al borde de un colapso nervioso.— Espera, espera ¡Detén el auto! — me grita, la obedezco sin pensarlo, si alguien tenía buenos instintos para esto, era ella, todos la miramos, expectantes, sus ojos grises se han oscurecido, casi puedo ver los engranajes dentro de su cabeza, cierra los ojos y mueve la comisura de sus labios — Chico listo...es una trampa.— ¿Qué quieres decir? — pregunto intentando mantener la urgencia de pisar el acele
El disparo, hecho silenciador, solo emite un zumbido, pero el grito de Scotty es suficiente para provocar al resto de los niños, maldiciendo en voz baja, corro escaleras arriba, un rápido vistazo al suelo, Max está en el suelo y un charco de sangre lo rodea, un hombre grita en japonés, los niños lloran y todo es un caos, en cuanto Scotty me ve, hace lo que yo mismo habría hecho, solo que...en lugar de desarmar al hombre con una llave sencilla, el niño da un puño en la ingle del hombre y cuando este reacciona, Scotty le da un cabezazo, uno de los hombres que sostiene a los niños, lo lanza al suelo y me apunta con su arma, pero soy más rápido y disparo, otro de los hombres empieza a correr pero antes de que pueda reaccionar, cae de espaldas, con un enorme cuchillo sobresaliendo del pecho, aparto a Scotty y me hago cargo del hombre, quien maldice en japonés, le doy un golpe en la cabeza y aparto el arma de su m
En el hospital, todo es un caos, pero con los pequeños, Anthony se asegura de tenerme segura en un hotel en el centro, uno de sus hermanos, Kyle, ha venido a ayudar, junto a él vino su esposa Angie y su hijo Trevor, también uno de sus sobrinos decidió venir, Jacobel chico que gritó ¡Vagina! El día de mi parto —¿Se sabe algo de Max? — pregunta Kyle una vez que termino de cambiar a los gemelos y darles pecho, el hermano de Anthony es su viva imagen, pero un par de centímetros más alto, y en lugar de los pantalones militares y playeras, este usa vaqueros y una camisa a cuadros — sigue en cuidados int
Llegar a NY es todo un acontecimiento, en especial cuando al despertar, los gritos de alegría de mis sobrinos despiertan a los gemelos, en cuanto aterrizamos, había varios coches esperando por nosotros. Adeline parecía encantada y eso me hacía sentir tranquilo, a pesar de la preocupación latente en su mirada, la veía disfrutar de las vistas de la ciudad, y al llegar a casa, la bienvenida de los Connors no se hace esperar, mi madre por supuesto, corre directamente hacia mi — Madre, por favor — me quejo cuando la mujer me engancha en un enorme abrazo y me besuquea de la misma forma que cuando era niño, aunque en esta ocasión, Adeline se ríe al ver mi apuro <
Despertar en un sitio extraño siempre es incómodo, despierto antes que Anthony, por lo que me dirijo a ver a mis pequeñines, les doy pecho y cambio sus pañales, los llevo a la cama y me dedico a jugar con ellos hasta que tengo que despertar a Anthony cuando empieza a darse la vuelta. — ¿Qué? — pregunta, levantando la voz asustado, está de espaldas y totalmente tenso, no puedo evitar reír cuando suspira al sentir las manitas del pequeño Anthony en su espalda — Dios, mujer...casi me matas de un infarto — se mofa dándose la vuelta con cuidado — ¿Qué hacen ustedes dos tan temprano? — Juegan con mami ¿cierto, mis amores? — Otto se ríe encantado y sostiene mi dedo mientras da pequeñas patadas, Anthony sonríe encantado, toma al pequeño Anthony y lo pone sobre su pecho — Es increíble cómo están de grandes — murmura besando su frente — son preciosos — Y tienen tus ojos — añado, sentándome en una posición más erguida, pongo a Otto en su pecho también, ambos peq
Detesta el apartamento, lo sé. No soy un completo idiota, mi propia hija, hermana y madre se han encargado de decirme lo horrible que es mi vivienda, parece la casa de un paranoico al parecer, pero luego de pasar por lo que yo...creo que no lo dicen en voz alta, pero no es necesario, yo mismo me he dado cuenta, pero nunca me avergoncé de ello hasta ver a Adeline apretar los labios y forzar sonrisas. Aunque no puedo evitar sonreír cuando la veo mirar mi mesa de noche como si quisiera incinerarla, en especial porque sin pensarlo dos veces, sacó su neceser de la maleta y se apoderó del baño, la cama era otra historia, había comprado un colchón duro con la esperanza de evitar la urgencia de dormir en el piso, pero no ayudó, ahora ella estará incomoda y con dolor de cuello, pero no dice nada. Sus cosas habían llegado el día anterior y estaban apiladas en cajas que no cabían en mi sótano, la mujer incluso había hecho empacar los adornos de navidad. Son cerca de las
Detesta el apartamento, lo sé. No soy un completo idiota, mi propia hija, hermana y madre se han encargado de decirme lo horrible que es mi vivienda, parece la casa de un paranoico al parecer, pero luego de pasar por lo que yo...creo que no lo dicen en voz alta, pero no es necesario, yo mismo me he dado cuenta, pero nunca me avergoncé de ello hasta ver a Adeline apretar los labios y forzar sonrisas. Aunque no puedo evitar sonreír cuando la veo mirar mi mesa de noche como si quisiera incinerarla, en especial porque sin pensarlo dos veces, sacó su neceser de la maleta y se apoderó del baño, la cama era otra historia, había comprado un colchón duro con la esperanza de evitar la urgencia de dormir en el piso, pero no ayudó, ahora ella estará incomoda y con dolor de cuello, pero no dice nada. Sus cosas habían llegado el día anterior y estaban apiladas en cajas que no cabían en mi sótano, la mujer incluso había hecho empacar los adornos de navidad. Son cerca de las