45. Max

He estado en misiones de búsqueda y rescate miles de veces, pero la sensación de angustia es difícil de resistir en esta ocasión, donde mi nenita es la víctima y mi esposa parece al borde de un colapso nervioso.

— Espera, espera ¡Detén el auto! — me grita, la obedezco sin pensarlo, si alguien tenía buenos instintos para esto, era ella, todos la miramos, expectantes, sus ojos grises se han oscurecido, casi puedo ver los engranajes dentro de su cabeza, cierra los ojos y mueve la comisura de sus labios — Chico listo...es una trampa.

— ¿Qué quieres decir? — pregunto intentando mantener la urgencia de pisar el acele

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