Salgo de casa con una mezcla de nervios y entusiasmo. Es una mañana radiante de verano, el tipo de día perfecto para medirme mi vestido de novia. Mientras camino por las calles de adoquín, puedo sentir la energía vibrante de la ciudad. Todos parecen estar de buen humor. Llego a la tienda donde se ha estado confeccionando mi vestido y tomo una profunda respiración antes de entrar.La campanilla sobre la puerta anuncia mi llegada y la modista, una mujer menuda y sonriente, sale a recibirme de inmediato—. ¡Señorita Morris, qué gusto verla! El vestido está listo y no puede esperar para que lo vea —dice emocionada. Me conduce hacia la parte trasera de la tienda, donde se encuentra un amplio espacio lleno de espejos de piso a techo. Mi corazón late con fuerza mientras me acerco al maniquí que sostiene mi vestido.Es incluso más hermoso de lo que recordaba. Los delicados encajes y bordados parecen flotar sobre la suave seda marfil. Los hombros descubiertos y el corpiño ceñido crearán una sil
POV DE MICHAEL.Pasamos del estado de Texas a Nuevo México y nos quedamos en una cabaña que renté a nombre de cualquier persona. Detengo el coche dentro de parqueadero. La puerta eléctrica baja lentamente. Retiro las llaves y la miro.—Pasaremos la noche aquí.—¿Dónde me llevas? ¿Pasaremos huyendo?—Estarás en un lugar seguro hasta que esto termine.—¿Qué va a pasar Michael?—Tu padre caerá en estos días.—Mi padre no caerá fácilmente.—Ya lo tengo, solo es cuestión de días para aplastarlo.—Me casé, Michael —dice, y eso me irrita. Siento una colera recorrer mi cuerpo. Es que no esperaba que adelantaran la boda.—¿Por qué diablos adelantaste la boda? ¿No sé suponía que dentro de un mes te casabas?—Necesitaba escapar de esa jaula.—¿En serio creías que ibas a ser libre con ese imbécil?—Claro que sí. Nos íbamos a ir lejos, sería su esposa, me cuidaría —suelto una carcajada al escuchar lo ilusa que es.—No ibas a ser libre, Constanza. Nunca te liberarías de tu padre.—¿Por qué dices qu
¡Idiota! Como se le ocurría que estaba enamorada de otro cuando claramente acepté escapar con él. Si me hubiera enamorado de Patrick ni siquiera estaría aquí discutiendo con él. Me habría ido con mi esposo, estaría disfrutando nuestra luna de miel y, él estuviera vivo. Habría buscado la forma de salvarlo.Lloro de impotencia porque era bueno, Patrick era bueno. Él quería liberarme, era ajeno a todo esto por eso murió.No quiero subir al coche, pero Michael me agarra de las piernas y me lleva dentro, ahí me pide que me calme. Sus facciones se endurecen, me presiona el rostro y gruñe que me calme.—Dejaste que muriera una persona buena. Tú tampoco eres bueno, Michael.—No he dicho que lo sea, pero ya te dije, no podía salvarle la vida, tampoco me importaba. No fue mi culpa que se muriera, fue tuya, porque tú accediste a casarte y con eso lo sentenciaste —niego, pero es la verdad. Sé que dice la verdad. Es mi culpa, solo mi culpa, porque yo decidí casarme antes de lo previsto. Yo lo llev
POV DE CONSTANZA. Había dormido mucho tiempo. me levanté asustada, parecía que había escuchado golpes en la parte baja. Por la nota que había en el velador supe que Michael no estaba en casa, que había salido. Decidí bajar a ver que tal me iba con la madrina de él a sola. Me recibió muy bien delante de él. Muchas gentes suelen recibirte feliz cuando estás con la pareja, pero al quedarte a solas, suelen mostrar su verdadera cara. Esperaba que la señora fuera la excepción. Llegué a la sala, ahí se encontraba bordando. Al verme se quitó los lentes y me saludó con esa misma alegría de llegada. —Seguro el golpe te despertó. Son unos trabajadores que vinieron a arreglar las tuberías —dice invitándome a sentarme a su lado. Pero antes de hacerlo escucho disparos provenientes de la cocina. Escucho mi nombre y me congelo. Es mi padre. Mi padre me ha encontrado—. Dios, ¿quiénes son? ¿por qué? —se queda en trance cuando ve ingresar a mi padre—. Tú —la mayor parece conocerlo, y mi padre igual,
Y ya habían pasado algunos meses desde aquello, donde Constanza se lanzó de aquel barranco donde no sabría si sobrevivió, la cuestión es que no se supo nada de ella. A pesar de que emprendieron una búsqueda porque era la hija de un narcotraficante y al igual que su hermano se habían ganado algunos cargos adicionales a los de su padre, no se encontró su cuerpo ni rastros de ella. Alfred Morris, tras sufrir ese disparo fue hospitalizado, se recuperó, pero no del todo. Quedo inmovilizado de la cintura para abajo. Aquel disparo dañó la columna vertebral y, no volverá a caminar en lo que le quede de vida. Se sentenció, a cadena perpetua. Ahora pasa sus días en la cárcel de máxima seguridad, en un cuarto oscuro, donde no le entra ni un rayo de luz, donde no recibe llamadas, ni visitas. Alfred Morris no solo morirá viejo y acabado, también loco, porque estar encerrado en ese sitio, es lo peor que le puede pasar a un delincuente. Uno a uno de los integrantes del clan fue cayendo. Al finaliz
POV DE MICHAEL.Regresamos al pasado. A años atrás, para ser exactos dos, cuando me llegó una invitación al cumpleaños número veintidós de Constanza Morris. Apenas llevaba un año de sociedad con su padre, creo que el tiempo necesario para haber realizado una exhaustiva investigación donde encontraron mis negocios tan ilegales como los suyos, o donde vieran que nuestra sociedad les dio el doble de ganancia. Es por eso por lo que estoy aquí, cruzando el umbral del grande portón de la mansión Morris, el lugar que está infectado de ratas. Camino por el camino de adoquine, iluminado cada maldito centímetro, adornado con árboles y flores bien podadas. Llego a la entrada, donde me reciben dos hombres corpulentos, los cuales dan miedo con ese porte, pero en una pelea, estoy seguro de que son los primeros en derribarse.Ingreso, con dos hombres detrás de mí, a los cuales dejaron ingresar luego de una exhaustiva revisión. Camino por el salón, con la mirada en frente, pero de reojo observand
Desde arriba la observo. Me atrevo a estirar la mano y me presento—. Ander Cooper —dos gorilas se acercan, uno intenta golpearme mientras el otro la ayuda a levantarse. —¡Paren! —dice logrando detenerlo, pero ya antes había esquivado los puños del tipo que quería golpearme— Es el señor Cooper —los guardaespaldas comprenden y, proceden a mirarme y disculparse. No los miro, menos acepto sus disculpas. Mantengo la mirada en ella— ¿Me conoce? —finjo no reconocerla. Ella sabe que finjo, lo sabe muy bien, por eso sonríe, pero aun así se presenta. —Constanza, Constanza Morris —enarco una ceja, como si estuviera recordando donde escuché ese nombre. Ella me sigue la corriente y, musita—. Hija de Alfred Morris. —Ya lo sé —digo fríamente—. No soy tan estúpido para no recordar donde escuché ese nombre.—Pues sus expresiones me demostraban que si lo parecía.—Parecía, ¿qué? —cuestiono al acercarme.—Un estúpido —dice sin titubeo. Sigo acercándome hasta quedar cerca de ella. Mirándola a los oj
Y sí que me la hizo levantar. Esta mujer, no tenía que esforzarse para ponérmela dura. Solo con verla, con sentirla, hacía que todos mis pensamientos se llenaran de perversidad. Estaba desnuda, su piel contra la mía, sus pezones rosaban sobre la tela de mi camiseta. Nos miramos a los ojos mientras a unos cuantos cubículos del nuestro, una pareja se follaba aburridamente. —Se escucha bueno —dice y me rio, porque se nota que no sabe lo que es bueno— ¿De qué se ríe? —Ella habla mucho, y si habla es porque el tipo es demasiado lento. —Ah, ¿sí? Supongo que usted es bien rápido. Seguramente termina en cuestión de minutos. La tengo bien arrimada, con las manos casi fundida en la pared, mi cuerpo afirmado al suyo, mis labios solo a centímetros de los suyos.—Pueda… solo hay una forma de que lo compruebe —digo mirando desde muy cerca mientras bajo una mano por su delineada silueta hasta llegar a su cadera, la ajusto una vez que la mano le ruedo hacia su trasero.Siento como su respiración