Mehmet salió de la mansión con una enorme sonrisa de satisfacción en los labios, saboreando el caos que había desatado con su inesperada aparición. No podía creer su buena fortuna cuando sus hombres le informaron que habían encontrado a Zeynep y Kerem gracias a la publicación imprudente de una fotografía de la novia vestida de blanco.—La modista fue una tonta al compartir esa imagen —murmuró Mehmet mientras se dirigía a su automóvil, con sus ojos brillando con malicia— pero su descuido ha sido mi salvación. Gracias a ella, ahora sé dónde encontrar a mi hermano y a Zeynep.Al parecer, la modista no tan solo presumió su creación en las redes sociales, sino que debajo de la fotografía, estaba escrita toda la información sobre la ubicación donde se realizaría la ceremonia de Zeynep y Kerem.—Qué conveniente para mí —se regodeó Mehmet, dejando escapar una risa grave— debo admitir que me sorprendieron al esconderse tan bien durante todo este tiempo. Pero su felicidad y su descuido han sido
Mientras Mehmet se regocijaba con el caos desatado por su inesperada aparición en la boda de Zeynep y Kerem, un nuevo conflicto surgía en el territorio de los Ozturk, amenazando con desatar una guerra entre dos familias poderosas.—¡Una fuente de agua subterránea! —exclamó el líder de la familia Demir, golpeando la mesa con el puño—. ¡Y justo en la frontera con los Yildiz! Exclamó con desagrado.Sus hombres asintieron, con los rostros tensos y desconfiados. Los Yildiz habían sido rivales de los Demir durante generaciones, y cualquier disputa por los recursos naturales podría desatar un conflicto sangriento.—Debemos reclamar esa fuente como nuestra —insistió uno de los hombres más jóvenes —es territorio Demir, no dejaremos que esos buitres nos la arrebaten.Pero antes de que pudieran tomar medidas, llegaron noticias de que los Yildiz también habían descubierto la fuente y la reclamaban como suya por derecho ancestral.—¡Esto es un ultraje! —rugió el jefe Demir, con el rostro enrojecid
Una noche antes de que Kerem partiera hacia Diyat, la mansión estaba sumida en un ambiente triste, Ayse se llevó al pequeño Noah a dormir a su habitación, para que sus padres pudieran despedirse, Zeynep no pudo evitar las lágrimas por más que deseaba ser fuerte.—Zeynep... —la voz de Kerem era ronca, cargada de emoción mientras tomaba el rostro de su amada esposa entre sus manos— antes de partir, necesito sentirte cerca de mí una vez más. Necesito grabar en mi piel el sabor de tus besos, por si... por si no regreso.Ella lo volteó a ver en medio del llanto que amenazaba con hacerse incontenible, negándose a aceptar la posibilidad de perderlo.—No digas eso, Kerem —suplicó con voz temblorosa—. volverás a nosotros, lo sé, pero... Pero si esta es la última vez que nos amamos, quiero entregarte cada fibra de mi ser.Se dieron un beso apasionado, sus cuerpos se fundieron en un solo ser mientras se desnudaban mutuamente, Kerem recorrió la piel desnuda de Zeynep con besos ardientes, grabando
La voz de İzmir era débil, apenas un susurro mientras observaba a su hijo menor acercarse lentamente a su cama de hospital.—Kerem... hijo mío... Kerem avanzó con pasos cautelosos.—Estoy aquí, padre —respondió con suavidad, deteniéndose junto a la cama— he regresado para poner fin a esta locura.İzmir negó con la cabeza, a punto del llanto, mientras extendía una mano temblorosa hacia su hijo.—No puedo creerlo... Pensé que nunca más te vería, hijo, he cometido tantos errores...—No digas nada ahora, padre —lo interrumpió Kerem con gentileza, tomando su mano entre las suyas— habrá tiempo para hablar cuando te recuperes. por ahora, concéntrate en sanar.Las lágrimas corrían libremente por las mejillas de İzmir, quien ya no se preocupaba por ocultar sus emociones. En su cultura, se consideraba un signo de debilidad que un hombre llorara, pero en ese momento, nada le importaba más que tener a su hijo de vuelta.—Perdóname, Kerem... —sollozó, aferrándose a su mano con desesperación— perd
Mientras tanto, en la casa de los Ozturk, Mehmet llegó agitado y furioso después de su encuentro con el pueblo rebelde. Neylan lo recibió, preocupada al ver su estado.—¿Qué ha sucedido, hijo mío? ¿Por qué estás tan alterado?Mehmet la fulminó con la mirada, su orgullo estaba herido. No podía admitir que había sido derrotado.—¡Ese maldito traidor de Kerem me tendió una trampa! —escupió con ira— incitó a los hombres del pueblo a atacarme mientras llevaba a ese cobarde a la prisión. Neylan frunció el ceño, mientras su rostro reflejando preocupación.—Por lo visto mi hijo ha vuelto después de todo, espero poder convencerlo de que se arrepienta de sus errores, debemos ir al hospital de inmediato, si los hombres del pueblo están de su lado, será mejor que tratemos de llegar a un acuerdo.Elif, quien se encontraba allí, intervino rápidamente.—¡Permíteme acompañarte, Neylan! Deseo ver a Kerem... Necesito hablar con él.Asya, que había permanecido en silencio, soltó un resoplido despectivo
Mientras Mehmet se regodeaba en su aparente victoria al tener a Zeynep y Ayse bajo su control, Kerem se encontraba al otro lado de Diyat, reuniéndose con los sabios ancianos de la tribu y los líderes de las principales familias en una reunión importante.A pesar de las heridas y golpes que cubrían su cuerpo por la brutal golpiza propinada por los guardias de Mehmet, sabía que había llegado el momento decisivo de tomar medidas drásticas para poner fin, de una vez por todas, al reinado de terror, los abusos y la locura destructiva de su propio hermano menor.La reunión se llevó a cabo en el interior de una enorme tienda de campaña en las afueras de Diyat, donde los ancianos y los jefes de familia se sentaron formando un círculo solemne. Kerem, aunque visiblemente lastimado con el rostro amoratado y algunas costillas posiblemente rotas por los brutales golpes, se irguió con gallardía y orgullo frente a ellos, imponiendo respeto y admiración con su sola presencia. —Hoy los he convocado
En las afueras de Diyat, Kerem se preparaba para la inminente batalla que se avecinaba. Había reunido a un ejército de hombres leales, decididos a derrocar a Mehmet y restaurar el orden. —¡En marcha! —ordenó Kerem con voz potente— ¡Esta noche pondremos fin al reinado de terror de mi hermano!Un clamor ensordecedor de vítores y gritos de guerra resonó entre los hombres que conformaban su recién formado ejército rebelde, listos para la inminente batalla.— ¡Por la libertad de nuestro pueblo! —exclamaron algunos, alzando sus puños.— ¡Por la justicia y el honor de nuestras familias! —corearon otros, con los ojos brillantes, decididos.Kerem asintió con seriedad, su rostro reflejaba la tormenta de emociones que lo embargaba, miedo, ira, determinación, todo se mezclaba en un torbellino dentro de su pecho. Pero por sobre todas las cosas, estaba la necesidad desesperada de rescatar a su amada Zeynep de las garras de aquel monstruo que una vez llamó hermano.— ¡Por Zeynep! —rugió, mientras m
Después de la pelea con Mehmet, Kerem se negaba a recibir atención médica, deseoso de seguir luchando contra los partidarios de su hermano que aún quedaban en Diyat.— ¡No pienso quedarme aquí mientras esos fanáticos siembran más caos! —dijo con terquedad mientras Zeynep insistía en que lo revisara un médico.— Pero Kerem, necesitas que te revise un médico—ella señaló su rostro amoratado y las manchas de sangre seca que lo cubrían— ¡Podrías tener heridas graves que empeoren si no las atiendes!— Son un par de rasguños sin importancia —contestó él tratando de que Zeynep no insistiera en que se quedará.Sin embargo, Zeynep estaba decidida a no ceder en esto, sí había recuperado a su esposo con vida, no iba a arriesgarse a perderlo de nuevo por su obstinación.Tomando una decisión, salió y llamó al médico principal que atendía a la familia Ozturk.— Sea lo que sea que Kerem diga, atiéndalo de inmediato —le pidió con los ojos llorosos— perdón por recurrir a ello contra su voluntad, pero e