Zeynep estaba decidida a hacer valer su posición como esposa del jefe y no permitiría que Neylan saliera impune de todo lo que había hecho.Después de regresar a la casa, Zeynep se dirigió directamente a la sala principal donde se encontraba su suegro, quería hablar con él y ponerlo al tanto de todo lo sucedido.Al entrar, lo encontró sentado en una silla, pensativo y con una expresión seria en su rostro.—Padre, necesito hablar contigo —dijo con determinación, el padre de Kerem se sorprendió gratamente, era la primera vez que le llamaba padre, tal y como lo marcaba la costumbre.Levantó la mirada y la observó detenidamente, notó la seriedad en su rostro y supo que algo importante estaba pasando.—¿Qué sucede, Zeynep? Pareces preocupada —respondió con calma.Zeynep relató todo lo sucedido, desde la visita de la madre de Kerem hasta el encuentro con Frank en el pueblo, le explicó cómo Neylan había estado involucrada en el plan de escape y cómo había intentado perjudicarla.También menc
Zeynep hacía lo posible por no soltarse a reír cada vez que recordaba la cara que había puesto su querida suegra cuando su marido ordenó que se dividieran los días de la semana para ordenar en la casa.Neylan era una mujer de baja estatura, de tez robusta, bastante pasada de peso, aparentaba tener un carácter tranquilo, pero era meticulosa, planeaba muy bien las cosas antes de hacerlas.Al otro día, a Kerem le pareció extraño que decidió por propia voluntad dejar la cocina en manos de Zeynep, tal vez su madre había decidido llevar la fiesta en paz para no tener más problemas.Kerem subió a la habitación para hablar con Zeynep en cuanto su madre le dijo la decisión que había tomado.—Mi madre ha decidido dejar en tus manos por hoy la cocina, debes encargarte de que todo esté preparado, recibiremos en casa para comer a mi primo y a mi tío, tengo que advertirte que todo tiene que quedar perfecto, como dicen en tu país, no soy el santo de su devoción, y tratarán de humillarme ante cualqui
El padre de Kerem se levantó de su silla, al igual que su tío, decididos a parar aquella tonta pelea entre sus hijos.—¡Basta! Dejen de actuar como chiquillos, este arrebato no voy a permitirlo —el padre de Kerem gritó furioso, esperando así amedrentarlos.—Por lo visto ustedes dos no tienen respeto por sus padres, en cuanto a ti, hijo, te advierto que no estoy dispuesto a pasar una más de tus tonterías, así que se sientan en silencio y comparten el postre con nosotros tranquilamente —el tío de Kerem estaba profundamente molesto por lo sucedido.Kerem apretó los puños, ya llegaría el momento de hacerle tragar sus palabras a su primo, Zeynep se sentía sumamente nerviosa, por un momento creyó que los dos hombres se agarrarían a golpes, ella odiaba la violencia.Más tarde los invitados se despidieron sin que hubiera otro incidente entre los primos, Zeynep se disculpó con su tío para volver a su habitación, ignorando por completo a su tía.—¿Has visto, hijo? Es una majadera, no me ha diri
Kerem suspiró profundamente, por lo visto alguien ya le había ido con el chisme a su madre sobre lo que había ocurrido en la escuela, él había intentado de que ella no se enterara de que Zeynep sería la maestra.—Mamá, no deseo discutir ahora, me siento cansado, y Zeynep, como puedes ver, no se encuentra del todo bien.—Hasta que alguien se atrevió a ponerla en su lugar, ya que tu no puedes hacerlo, te falta autoridad para lograr que tu mujer te obedezca.—¡Mujer! Por Alá, deja de meterte en el matrimonio de nuestro hijo, recuerda como te enfurecía que mi madre se metiera contigo.Naylan se quedó callada, pero era obvio que estaba disfrutando al saber que alguien había golpeado a Zeynep de esa manera.—Ayse, sube la comida a nuestra habitación, hoy comeré con Zeynep, más tarde prepara un baño relajante para ella, necesita descansar para recuperarse.—Sí, señor, enseguida.La chica se apresuró a la cocina, para preparar la comida.A Zeynep no le agradaba la compañía de Kerem, pero al v
La mente de Kerem era un torbellino de confusión, estaba siendo demasiado blando con Zeynep, ella tenía que aprender a respetar las tradiciones, aunque él no estuviera del todo de acuerdo, eran la identidad de su pueblo.Quería cambiar algunas cosas, pero sin perder el respeto por las ancestrales tradiciones, además, tampoco le agradaba que se había dado cuenta de que ya veía a Zeynep con otros ojos y enamorarse de nuevo no lo permitiría, eso lo haría débil.Kerem apretó la mandíbula al escuchar la manera en la que le había hablado la chica —Cuidado con tu tono, mujer. Puede que seas mi esposa, pero yo sigo siendo tu dueño.—¡Yo no soy propiedad de nadie! —estalló Zeynep. —No soy una cosa que puedas poseer. Soy un ser humano, con mis propios deseos y voluntad.—¡Mientras vivas bajo mi techo, harás lo que yo ordene! —Kerem alzó la voz, sus ojos oscuros llameaban de ira —soy tu esposo y me debes obediencia.—¿Obediencia? ¿A un hombre que me forzó a casarme con él? ¿Qué me trata como a u
Él la observó en silencio, tratando de descifrar las emociones que se arremolinaban en sus ojos. ¿Preocupación? ¿Alivio? ¿Algo más?—No pasa nada, lo de hoy fue un evento sucede recurrentemente en nuestra tribu.Zeynep asintió, evitando su mirada. Su corazón latía desbocado, confundido por los sentimientos que la embargaban. ¿Era posible que, a pesar de todo, estuviera empezando a sentir algo por el hombre que consideraba su carcelero?No, se dijo, apartando esos pensamientos peligrosos. No podía permitirse esa debilidad, no en un mundo donde el más mínimo error podría costarte la vida.En silencio, ambos se prepararon para dormir, cada uno perdido en sus propios pensamientos. La tensión entre ellos era palpable, cargada de emociones no expresadas y deseos reprimidos.Mientras Zeynep se hundía en un sueño inquieto, Kerem la observaba a la tenue luz de la luna. Había algo en esa mujer, algo que lo atraía y lo aterraba a partes iguales.Y por segunda vez en su vida, el poderoso jefe del
Zeynep se quedó en la cama, confundida y herida por la repentina partida de Kerem después de su apasionado encuentro. Lágrimas de frustración y dolor rodaron por sus mejillas mientras se cubría con las sábanas, sintiéndose usada y desechada.Se llamaba tonta una y otra vez ¿Acaso no aprendía de sus errores? Kerem debía de sentirse satisfecho.Se levantó con piernas temblorosas y se vistió, tratando de recomponer su dignidad hecha jirones. No dejaría que Kerem viera cuánto la había afectado. Tenía que ser fuerte, por su propio bien.Los días siguientes fueron un tormento para Zeynep. Kerem la evitaba a toda costa, saliendo temprano y regresando tarde, siempre con la excusa de atender asuntos urgentes del clan. Cuando por fuerza tenían que coincidir, él mantenía una fría distancia, sus ojos evitando los de ella.Y como si eso no fuera suficiente castigo, Neylan parecía haber redoblado sus esfuerzos por hacerle la vida imposible a su nuera. Encontraba faltas en todo lo que Zeynep hacía,
Zeynep se dirigía a la escuela para niñas, como cada mañana desde que decidió ser maestra. La enseñanza era su pasión, y sentía que al educar a estas jóvenes, les daba una oportunidad de un futuro mejor.Pero su labor no era vista con buenos ojos por todos, especialmente por su suegra Neylan. Ella consideraba que el lugar de una mujer estaba en el hogar, sirviendo a su marido y criando a los hijos. La idea de que Zeynep llenará las cabezas de las niñas con "ideas extrañas" la enfurecía.Esa mañana, Neylan decidió hacer algo al respecto. Junto a un grupo de sus amigas, se dirigió a la escuela, irrumpiendo en el aula justo cuando Zeynep estaba en medio de una lección.—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? —se burló Neylan, mirando alrededor con desdén—. ¿Así que aquí es donde pierdes el tiempo, en lugar de atender tus deberes como esposa?Zeynep se puso rígida, pero mantuvo la calma por el bien de sus alumnas.—Neylan Hanım, por favor. Estamos en medio de una lección.—¿Una lección? —Neylan s