Barcelona, España Lucero Mi corazón se quebró en mil pedazos cuando los vi a todos frente a mí en la entrada de la mansión, mi vida parecía tan insignificante aun sintiendo el frío cañón del arma en mi sien y el brazo de Ramiro rodear mi cintura con fuerza, y todo, porque eran los rostros de las personas que yacían frente a mí angustiados y con la impotencia más grande abarcando a cada uno al saber que no podían hacer nada para evitar lo que estaba a punto de ocurrir. No obstante, era el maltrecho rostro de mi hermano el que me hizo saber que hacía lo correcto, porque no solo era su vida la que había salvado, sino también la de mis padres, puesto que esa misma mañana vi que Ramiro había enviado un mensaje con una fotografía de ellos donde dos puntos rojos iluminaban la parte de atrás de sus cabezas, alguien estaba listo para asesinarlos si no me entregaba a él ese mismo día… y a pesar de todo, lo hice, pude dejarlos morir y salvar solo a Ali, pero siguen siendo mi familia y mis padr
Kenitra, Marruecos Sharif Llevaba unas horas encerrado en el despacho, mismas que vivía desde su partida. Amal y mi abuelo intentaron darme ánimos, pero nada podía hacerlo en este momento, no tenía las fuerzas hoy para hacer nada porque la forma en que ella se fue me destrozó por completo. La mujer que me dio la vida me odiaba desde siempre, el hombre que se suponía era mi padre en realidad no lo era, no tenía nada en los bolsillos con qué empezar y me encontraba como muerto en vida desde que sus ojos azules dejaron de brillar, desde que su luz desapareció con su partida como el sol en el ocaso dejándome en tinieblas y con un enorme vacío donde se ubicaba mi corazón que latía ferviente de amor por ella. Lucero De Almeida es la mujer que no esperaba ni deseaba en mi vida, es la persona que me generó múltiples confusiones diariamente y la que soportó semanas a mi lado de un peligro inminente, ella, aquella altanera y arrogante de ojos azules, sonrisa grande y una mirada que muestra u
Sharif Excelente clima, una hora de ejercicio y un delicioso café. Todo es perfecto para que sea un excelente día ¿y cómo no? si hoy por fin cerraría el negocio que tanto había estado esperando con mi mejor amigo de la infancia, Abiud, los dos venimos de familias muy tradicionales y adineradas en Marruecos y aunque cualquiera diría que tuvimos una excelente vida hasta ahora, no es así. Nuestras familias llevan años tratando de arreglar matrimonios para nosotros con personas de nuestro “estatus”, agotados de todas las molestas locuras de ellos y luego de un arduo trabajo en las empresas de éstas, pudimos recolectar contactos y nuestro propio dinero para iniciar un negocio juntos, por eso, una vez él me habló de todo el proyecto y tras analizarlo con detenimiento; no tuve dudas de ejecutar el que ha sido nuestro sueño desde niños. Desde hace algún tiempo Abiud estuvo persiguiendo un pez gordo en España, en la última llamada que me hizo dijo que por fin había podido concretar una cita
Lucero En lo que veo al señor Valdini marcharse, escucho la voz que nunca olvidaría el resto de mi vida y el motivo de perder la oportunidad que tenía para escalar. —¿Qué rayos te pasa? ¿Acaso no te fijas por dónde vas? Eres una tonta, mira que venir corriendo hacia un restaurante con tanta gente... —el muy cretino no termina su frase enfocándose más en levantarse en lo que me deja tirada en el suelo. Mi cuerpo temblaba, no por frío o miedo, sino de la misma rabia que tenía por todo lo ocurrido y ahora el tener que escuchar esas palabras... fue la gota que derramó el vaso. Pasé por muchas cosas en la última semana, pero esto fue todo, llegué a mi límite. —¡Eres un idiota! ¿¡Qué diablos te pasa a ti!? —grité con furia. Si mis padres me vieran ahora lo más seguro es que me hicieran tomar cloro por mi vocabulario y eso que no le dije todo lo que pienso porque no hay penitencia suficiente que me absuelva de eso. —Aquí la única idiota eres tú, ¿quién te crees? tras de que tiras mi ca
Sharif ¿Se puede ser más desgraciado en la vida? Estoy seguro que sí aunque quisiera pensar lo contrario, el hecho de que tuviera que encontrarme con esa mujer entre tantas personas justo a esa hora y en ese lugar, parecía un pésimo chiste de la vida, pero cuando al fin logramos separarnos, salí inmediatamente del centro comercial sin pensar en nada más que no fuera ese encuentro y no precisamente porque era agradable. No obstante, algo que sí me dejó pensando demasiado fue el aroma a azahar, es algo que sentí bastante en ella, era extraño y aunque no lo hice notar, realmente me dejaba pensando a profundidad. Aun en medio de mi rabia y frustración, ese aroma de vez en cuando hacía que me calmara, pero al mismo tiempo me enojaba porque precisamente era ella la causante de tantas emociones. Al llegar al hotel me di un baño con agua tibia para relajarme un poco y me puse cómodo, no tenía apetito para comer nada, así que solo me acosté mirando el techo y de nuevo el recuerdo del aroma
SharifMi día no podía ir peor, esta semana fue un infierno, pero hoy era la hecatombe de mi existencia y más porque todo se me acumuló en menos de lo esperado, para empezar, mi abuelo llamó desde muy temprano para informarme que una periodista vendría a hacerme una entrevista, quería que hablara de las empresas, nuestro desempeño, historia y demás, me negué rotundamente a esto pues tenía mucho por hacer, pero él me amenazó diciendo que enviaría a mi padre por mí y eso significaba más problemas.Sin más opciones accedí a su petición, programó la cita para las cuatro de la tarde en el hotel y luego me dijo que Sanem había viajado a Tarifa buscándome. Estaba a punto de responderle cuando me calla diciendo que en vez de perder tiempo con él mejor buscara una manera de evitarla. A pesar de que mi familia siempre ha querido casarme durante años con alguien, es mi abuelo quien me ha apoyado en mi decisión, él se alejó de las discusiones que tenía con mis padres por el tema y cree firmemente
Sharif Nos dirigimos al restaurante para hablar con más calma, ahora que Sanem no estaba en el lugar no tenía motivo alguno para que fuese a la habitación. Nos sentamos en una mesa apartada para mayor privacidad y pedimos algunas bebidas, ella se veía más tranquila, pero sin dejar el aire rebelde y altanero, por poco termino sonriendo de tanto que la veía; así que desvié mi vista a una fuente que estaba cerca para no delatarme. —Ahora que he hecho mi parte seré clara —comienza cual CEO de una compañía multimillonaria. —Quiero la entrevista contigo y con tu abuelo, fotografías exclusivas que serán tomadas por mi compañero, el viaje a Marruecos ida y vuelta para dos personas donde conoceremos las empresas y tú costearás los viáticos en su totalidad. —Está bien, pero yo escogeré el lugar donde se hospedarán, tengo un contacto que trabaja en hotelería y sé que estarán bien en ese lugar, contarán con todo lo necesario y el transporte para que se desplacen correrá por mi cuenta. —¿No se
Sharif —Espera, espera, a ver si te entendí, ¿me estás diciendo que invitaste a la mujer de la cual te estuviste quejando todos estos días para que conociera a tu abuelo? ¿Eso sin mencionar que la besaste en frente de Sanem quien vino a buscarte desde Marruecos y le hiciste creer no solo que estabas saliendo con esa mujer, sino que estaban comprometidos? —Sí, así tal cual —contesté como si nada. —¿Cuál es tu problema? ¿Acaso te freíste el cerebro en esta costa o qué? Sharif no puedes hacer eso, en vez de solucionar tus problemas acabas de ganarte más al haber hecho esa estupidez. —Claro que no, ella solo me ayudó por esta vez, ya quedé libre de Sanem y con suerte también de ese matrimonio tan absurdo. —¿Libre dices? Claro. ¿Te pusiste a pensar que ahora que tienes los tiquetes comprados, el hotel reservado y una cita con tu abuelo, esa mujer va a conocer a tu familia quienes muy seguramente estarán enterados de lo que pasó? —¿Eso qué importa? El único que la va a conocer es mi a