Sharif
Excelente clima, una hora de ejercicio y un delicioso café. Todo es perfecto para que sea un excelente día ¿y cómo no? si hoy por fin cerraría el negocio que tanto había estado esperando con mi mejor amigo de la infancia, Abiud, los dos venimos de familias muy tradicionales y adineradas en Marruecos y aunque cualquiera diría que tuvimos una excelente vida hasta ahora, no es así. Nuestras familias llevan años tratando de arreglar matrimonios para nosotros con personas de nuestro “estatus”, agotados de todas las molestas locuras de ellos y luego de un arduo trabajo en las empresas de éstas, pudimos recolectar contactos y nuestro propio dinero para iniciar un negocio juntos, por eso, una vez él me habló de todo el proyecto y tras analizarlo con detenimiento; no tuve dudas de ejecutar el que ha sido nuestro sueño desde niños.
Desde hace algún tiempo Abiud estuvo persiguiendo un pez gordo en España, en la última llamada que me hizo dijo que por fin había podido concretar una cita con él, el tema era que debíamos viajar a Tarifa, España, puesto que él viajaría después a Canarias para un evento al cual debía presentarse y ahí no tendría tiempo en su "muy ocupada agenda". Es así como optamos por programar todo, compré los tiquetes y viajé dos días antes, claro que era mucho tiempo considerando que apenas hoy me encontraría con Abiud y a su vez sería la entrevista, pero necesitaba escaparme con urgencia de Marruecos antes de que mi familia me terminara de enloquecer por enésima vez con el tema de la boda y los nietos, ya no sé cómo hacerles entender la realidad en mi vida sobre ese asunto.
—¡Sharif, acá! —escucho su muy emocionado grito a lo lejos.
Abiud a pesar de los años no cambia y eso me encanta de él, siempre tiene una sonrisa en el rostro que es imposible no contagiarte aún en los peores momentos.
—Hola Abiud, tiempo sin verte hermano —nos damos ese abrazo que necesitábamos con urgencia, pues hace un año que dejamos de vernos.
—Por un momento pensé que te arrepentirías de hacer todo esto.
—¿Bromeas? Claro que no, sabes que ha sido nuestro sueño desligarnos de nuestras familias y prácticamente llevamos toda nuestra vida planeando esto —reímos con tanta emoción que es como ser niños otra vez.
—Definitivamente a nuestras familias les dará un ataque cuando se enteren, ya los estoy escuchando —ambos volteamos los ojos solo de recordarlos.
—No lo dudes, pero en fin, ya una vez podamos obtener lo que queremos no será necesario seguir con toda esta farsa ante ellos y a ver si dejan también ese tema de casarnos.
—Ni me lo recuerdes, recién hace una semana tuve que escaparme de una cena de compromiso, pero vamos que nos están esperando y la verdad ya quiero escuchar las palabras mágicas.
Definitivamente este día será perfecto.
(…)
Lucero
—¡Luz despierta ya! ¡esa alarma lleva sonando desde hace horas!, no sé para qué la pones si al final terminas levantándote tarde.
—Ash, no molestes Alison solo serán cinco minutos y ni siquiera ha sonado la primera vez —respondí con total fastidio ante el inminente grito de Ali.
—¿En serio Luz? Me preocupa esa forma en la que ves el tiempo, dijiste que tenías que levantarte a las cinco y ya son las siete y media, ¿no se supone que debías estar a las ocho con el señor Valdini?
—¡¿Qué?! ¿Cómo que son las siete y media? —me levanto en el acto mirando el reloj. —Maldición Alison por algo te digo que seas mi otra alarma, debo apresurarme o no alcanzaré a llegar a la reunión.
—Llevo desde las cinco despierto y aburrido de apagar tu alarma, mejor sal de esa cama si no quieres que te castigue por culparme de tu falta de responsabilidad y puntualidad —una corriente helada pasa por mi cuerpo solo de recordar lo que me hizo la última vez.
—No gracias, no me he recuperado del anterior castigo.
Salgo disparada de la cama a ducharme y cambiarme rápidamente, lo bueno es que siempre he tenido el hábito de dejar todo listo en las noches, al menos algo bueno debía sacar de tantas exigencias de mis padres.
Alison y yo llegamos hace un par de meses a la ciudad de Tarifa, España. Él por fin tomó la decisión de contarle a su familia que es gay y aunque ambos sabíamos en el fondo el resultado, nunca nos separamos, sino que armamos todo un plan para hacer este viaje en caso de que pasara lo peor y henos aquí. Realmente él y yo la hemos pasado un poco mal con nuestras familias, ellos son católicos y de los peores, desde la vestimenta, la forma de actuar e incluso con las comidas fue un horror.
Mis padres y los de Alison son amigos desde hace muchos años y aunque no son malas personas, cuando se meten con el tema religioso es como si algo se apoderara de ellos. Recibimos muchos castigos desde la niñez por parte de nuestros padres y los padres del otro, los cuatro tenían derecho a regañarnos y castigarnos si así lo consideraban, lo cual nos trajo consecuencias muy fuertes a ambos por cualquier cosa que hiciéramos, sin embargo, eso hizo que nos volviéramos más unidos y ahora por fin estamos acá persiguiendo nuestros sueños, Alison como fotógrafo (aunque su mayor sueño es ser modelo) y yo como escritora de una columna independiente, la combinación perfecta en todos los sentidos.
Ya por fin lista con un vestido blanco, zapatillas y una coleta alta, salgo corriendo para alcanzar al señor Valdini en el Restaurante Mandala, es bueno que encontráramos un apartamento cerca de ahí, aunque mejor no decirle eso a Alison si no quiero subirle más el ego. Estuvo muy insistente en que escogiéramos un lugar cerca de donde trabajaríamos así nos costase un poco más, sobre todo por mis retrasos a la hora de levantarme, pero también tiene que entender que dormir siempre ha sido lo más exquisito del mundo para mí.
Luego de diez minutos de una increíble carrera puedo ver el restaurante a media cuadra, ya estoy a punto de llegar, sin embargo, cuando doblo para ingresar al establecimiento tropiezo con una saliente en el suelo que no alcancé a divisar y para mi desgracia dos hombres van saliendo del lugar, caigo sobre uno de ellos, su café se derrama sobre mi ropa y siento el ardor en mi piel, por suerte no está hirviendo, pero sí puedo sentir la quemadura. A los dos segundos el señor Valdini va saliendo del restaurante logrando ver toda la escena y se queda observándome muy sorprendido al comienzo para luego verme con asco y decepción.
—Sabía que usted no era más que una niñata que le falta madurez y profesionalismo, espero que no sea tan atrevida de volver a llamar para una entrevista —él se aleja del lugar tomando un taxi perdiéndose en la distancia.
Sabía que esta mañana no sería tan buena teniendo en cuenta que tuve que correr, no pude arreglarme bien, me levante tarde y salí sin desayunar, pero lo que me esperaba en ese restaurante no estaba previsto ni en mis peores pesadillas.
Si hubiese bajado la velocidad de la corrida o sin tan solo me hubiese levantado más temprano, no habría perdido la entrevista, pero especialmente, no habría terminado en sus brazos llena de café y con mis ganas de golpearlo por ser un idiota.
Lucero En lo que veo al señor Valdini marcharse, escucho la voz que nunca olvidaría el resto de mi vida y el motivo de perder la oportunidad que tenía para escalar. —¿Qué rayos te pasa? ¿Acaso no te fijas por dónde vas? Eres una tonta, mira que venir corriendo hacia un restaurante con tanta gente... —el muy cretino no termina su frase enfocándose más en levantarse en lo que me deja tirada en el suelo. Mi cuerpo temblaba, no por frío o miedo, sino de la misma rabia que tenía por todo lo ocurrido y ahora el tener que escuchar esas palabras... fue la gota que derramó el vaso. Pasé por muchas cosas en la última semana, pero esto fue todo, llegué a mi límite. —¡Eres un idiota! ¿¡Qué diablos te pasa a ti!? —grité con furia. Si mis padres me vieran ahora lo más seguro es que me hicieran tomar cloro por mi vocabulario y eso que no le dije todo lo que pienso porque no hay penitencia suficiente que me absuelva de eso. —Aquí la única idiota eres tú, ¿quién te crees? tras de que tiras mi ca
Sharif ¿Se puede ser más desgraciado en la vida? Estoy seguro que sí aunque quisiera pensar lo contrario, el hecho de que tuviera que encontrarme con esa mujer entre tantas personas justo a esa hora y en ese lugar, parecía un pésimo chiste de la vida, pero cuando al fin logramos separarnos, salí inmediatamente del centro comercial sin pensar en nada más que no fuera ese encuentro y no precisamente porque era agradable. No obstante, algo que sí me dejó pensando demasiado fue el aroma a azahar, es algo que sentí bastante en ella, era extraño y aunque no lo hice notar, realmente me dejaba pensando a profundidad. Aun en medio de mi rabia y frustración, ese aroma de vez en cuando hacía que me calmara, pero al mismo tiempo me enojaba porque precisamente era ella la causante de tantas emociones. Al llegar al hotel me di un baño con agua tibia para relajarme un poco y me puse cómodo, no tenía apetito para comer nada, así que solo me acosté mirando el techo y de nuevo el recuerdo del aroma
SharifMi día no podía ir peor, esta semana fue un infierno, pero hoy era la hecatombe de mi existencia y más porque todo se me acumuló en menos de lo esperado, para empezar, mi abuelo llamó desde muy temprano para informarme que una periodista vendría a hacerme una entrevista, quería que hablara de las empresas, nuestro desempeño, historia y demás, me negué rotundamente a esto pues tenía mucho por hacer, pero él me amenazó diciendo que enviaría a mi padre por mí y eso significaba más problemas.Sin más opciones accedí a su petición, programó la cita para las cuatro de la tarde en el hotel y luego me dijo que Sanem había viajado a Tarifa buscándome. Estaba a punto de responderle cuando me calla diciendo que en vez de perder tiempo con él mejor buscara una manera de evitarla. A pesar de que mi familia siempre ha querido casarme durante años con alguien, es mi abuelo quien me ha apoyado en mi decisión, él se alejó de las discusiones que tenía con mis padres por el tema y cree firmemente
Sharif Nos dirigimos al restaurante para hablar con más calma, ahora que Sanem no estaba en el lugar no tenía motivo alguno para que fuese a la habitación. Nos sentamos en una mesa apartada para mayor privacidad y pedimos algunas bebidas, ella se veía más tranquila, pero sin dejar el aire rebelde y altanero, por poco termino sonriendo de tanto que la veía; así que desvié mi vista a una fuente que estaba cerca para no delatarme. —Ahora que he hecho mi parte seré clara —comienza cual CEO de una compañía multimillonaria. —Quiero la entrevista contigo y con tu abuelo, fotografías exclusivas que serán tomadas por mi compañero, el viaje a Marruecos ida y vuelta para dos personas donde conoceremos las empresas y tú costearás los viáticos en su totalidad. —Está bien, pero yo escogeré el lugar donde se hospedarán, tengo un contacto que trabaja en hotelería y sé que estarán bien en ese lugar, contarán con todo lo necesario y el transporte para que se desplacen correrá por mi cuenta. —¿No se
Sharif —Espera, espera, a ver si te entendí, ¿me estás diciendo que invitaste a la mujer de la cual te estuviste quejando todos estos días para que conociera a tu abuelo? ¿Eso sin mencionar que la besaste en frente de Sanem quien vino a buscarte desde Marruecos y le hiciste creer no solo que estabas saliendo con esa mujer, sino que estaban comprometidos? —Sí, así tal cual —contesté como si nada. —¿Cuál es tu problema? ¿Acaso te freíste el cerebro en esta costa o qué? Sharif no puedes hacer eso, en vez de solucionar tus problemas acabas de ganarte más al haber hecho esa estupidez. —Claro que no, ella solo me ayudó por esta vez, ya quedé libre de Sanem y con suerte también de ese matrimonio tan absurdo. —¿Libre dices? Claro. ¿Te pusiste a pensar que ahora que tienes los tiquetes comprados, el hotel reservado y una cita con tu abuelo, esa mujer va a conocer a tu familia quienes muy seguramente estarán enterados de lo que pasó? —¿Eso qué importa? El único que la va a conocer es mi a
LuceroEstuvimos dos horas realizando la entrevista, entre las mil preguntas que hice, las anécdotas que me contaba el señor Ahmed y el recorrido, que él muy amablemente me dio por la fábrica y oficinas, regresamos a la suya para continuar con algunas preguntas más. Él había mencionado que tenía una sorpresa para mí y al estar en la entrada, abrió la puerta señalando al lado derecho donde el sol comenzaba a descender en el horizonte, desde esta altura me sentía volar al ver esos colores en el hermoso cielo, ni siquiera podía borrar la sonrisa de mi rostro.—Me alegra que te guste, a mi esposa le encantaba venir a esta hora para disfrutar del atardecer conmigo, nos sentábamos bebiendo y comiendo algunos bocadillos hasta que el sol desaparecía por completo, entonces tomaba su mano y regresábamos juntos a casa —cuenta con mucha nostalgia logrando remover muchas cosas en mí.—Fue muy afortunada de tenerlo como esposo, no imagino cuántos atardeceres habrán visto en todos estos años.—Los s
Sharif —Lamento muchísimo todo esto, no esperaba que Sanem apareciera en ese lugar y menos que mi abuelo se enteraría de esa forma. —No importa, ya lo hecho, hecho está. Sabía que todo esto la tenía muy mal, pero es como si en su rostro tuviese una preocupación adicional. —¿Qué ocurre? Por favor, dime si pasó algo durante la entrevista o en algún otro momento, sé que no somos cercanos, pero... —Estoy bien, solo quiero ir a mi habitación y descansar un poco, dile a tu abuelo que estaré en su oficina a la hora acordada. Ella intenta alejarse, pero algo me dice que no está bien y no es solo por lo ocurrido en la oficina, así que me adelanto unos pasos y tomo su brazo con suavidad. —Por favor dime lo que ocurre Lucero, es claro que algo más te pasa —al seguir sosteniendo su brazo me percaté que estaba temblando. Llámenme loco, porque incluso yo lo estoy pensando, pero sentí un fuerte impulso por abrazarla como queriendo refugiarla de algún peligro, así que me acerco más a ella y l
Sharif Al regresar al hotel luego de una extensa caminata en la mañana, terminé directo en el bar pensando en todo lo ocurrido y no fue sino hasta el tercer vaso cuando Abiud me encuentra. Llevamos tantos años de conocernos que no hace falta decirnos nada, él sabe que algo malo ocurrió con Lucero y yo sé que él me dirá: "te lo advertí". —¿Te lo digo ahora o después? —pregunta en lo que pide un vaso de whisky al cantinero. —¿Hay alguna diferencia? —Tú dime —responde neutro y bebe un trago. —Jamás debí pedirle eso, ahora no sé lo que pasa por su cabeza, pero en cuanto tenga la oportunidad de hablar con ella le diré que regrese a España y me encargaré de todos los tramites. —¿Y tu familia? —Ambos sabemos que dentro de poco me llamarán para que vaya a casa, me obligarán a seguir con la boda, me negaré, luego amenazarán con algo que me pondrá entre la espada y la pared y volveré a lo de antes. —Sharif —suelta un pesado suspiro. —estuve pensándolo un poco y quizás podamos tomar un r