Clara. Hospital Gaziosmanpasa del Parque Médico de la Universidad de Istinye, Estambul, Turquía, finales de Diciembre de 2024. -” Tranquila mi niña, tu padre se pondrá bien, ya ha despertado, aunque va a necesitar rehabilitación muchos años, y puede quedarle una cogerá, fue un auténtico milagro.”- dijo al fin tras unos segundos terroríficos, mi nana en mi oído. Al oir sus palabras, mi cuerpo, del alivio, y la tensión, perdió fuerza, haciendo que mis piernas fallasen, tuve que sentarme algo mareada. Tanto Morgan, como mi nana, se me acercaron preocupadas, pero yo sólo podía llorar, mientras la sensación de felicidad me embargaba. Era totalmente ridículo, mi padre desde lo seis años me había ignorado, justo con la edad de mi hijo, ese hombre desapareció de mi vida, sólo cumplió con las necesidades mínima de comida, vestidos, estudios, pero cuando llegó Ruby, muchas de esa cosa también desaparecieron, tengo todas las razones para odiar a Craig Goodman, todas las razones, y todas son
Clara. Villa de los abuelos Osman, Alanya, Turquía, Marzo de 2025. -” Bien, ya me puedes explicar donde demonios has estado esos cuatro días, maldita bruja oscura, eres la dama de honor peor de este mundo, me has abandonado y ... Espera, ... ¿Es eso que llevas en el dedo anular, un anillo de matrimonio, Morgana, maldita bruja, Wellington?”- estas últimas palabras, la dije casi a gritos, mientras le agarraba fuertemente la mano para ver, si lo que mis ojos veían era cierto. Un gemido de incomodidad, más el intento desesperado de soltar su mano, me confirmaron que lo que yo había visto era totalmente un anillo de boda. -” ¿Qué hiciste en estos días, Morgan Wellington? Suéltalo ya, o te torturo.”- le dije cruzando mis brazos sobre mi pecho, y mirándola con intensidad. -” Primero, ni yo sé exactamente lo que he hecho, aún estoy intentando entenderlo, y segundo para ti a partir de hoy, soy Morgan Sezer, aunque yo aún no me lo crea, es lo que pone en mi carnet, y en mi pasaporte nuevo.
Clara. Hospital Gaziosmanpasa del Parque Médico de la Universidad de Istinye, Estambul, Turquía, finales de Julio 2025. -” Felicidades, es un niño.”- oí decir al médico entre gemidos, un dolor insoportable, y las palabas de ánimo de mi marido, sobre la camilla de paritorio. La emoción me invadió, y los labios de mi marido cayeron sobre los míos, fue en ese momento, entre las emociones, mientras revisaban los pediatras, a nuestro segundo hijo, cuando me di cuenta de que Azize Osman estaba llorando. -” Amor, prométeme que este será el último, es insoportable verte sufrir así, no puedo pasar por esto otra vez. Si con Mark también fue así, nada de lo que te dé en esta vida será suficiente para pagártelo.”- oí como hablaba entre llantos, mientras me abrazaba y me besaba. Nunca lo habia visto así, y no puede evitar consolarlo abrazándolo, mientras aun el médico y las enfermeras trababan de sacarme la placenta. Fui yo la que pasé por doce horas de dolor agobiante, un parto algo difíci
Como prometí, esta novela acabó, sé que ha gustado, suelo leer vuestros comentarios, y me alegro, la verdad es que he comenzado a cambiar algo mi estilo, y esta es mi primera muestra. Como siempre os dejo mis dos próximas novelas, una de ella estoy deseando escribirla, por ser totalmente algo que nunca he escrito. Espero que os guste. El despertar de la guerrera Miller. (Saga Miller 5º libro) Amelia Paola Miller vivido toda su vida bajo el influjo y la protección de su familia, pero sobre todo por la pareja de sus padres, que es la más romántica, especial, amorosa, y estable, que hoy en día, no sólo ha marcado, sino que se impuesto como una necesidad, justamente como les ocurrió a sus hermanos mayores. La heredera, creció con la ilusión de ese gran amor, justo por eso, con apenas doce años, puso sus ojos en mejor amigo de su hermano Roy, y primogénito de los Blake, Angus Blake, hijo de sus padrinos, que tenía dos años más que ella, y alentada por la ilusión, de las dos familias, de
Clara. Bar de la terraza del The Watergate Hotel, Washington, febrero 2016. -” Por mí, esa zorra, puede ... morirse, ella... y .... y su maldita hija.”- dijo Morgan, mi mejor amiga y compañera de piso, entre la nube de alcohol que nos mareaba. Yo sabía que estaba hablando de Ruby, mi madrastra, nunca me había dejado llamarla mamá, ni yo pensaba hacerlo, nunca se había comportado como tal, y también, por otro lado, estaba el caso de la mimosa Karen, con la cual, por lo menos, compartimos la mitad de los genes, aunque eso no quería decir que eso fuera suficiente para que ella me quisiera como su hermana mayor, más bien esa niñata de diecisiete años me odiaba. -” Déjalo ya, Morgui no tengo ganas de hablar de ella, menos en estos momentos.”- le dije dándole otro trago a mi copa de champan caro. Con mis veinte años recién cumplidos, y en mi segundo año de universidad en el Whitman College, en Washington, Estados Unidos, a más de trece mil kilómetros de Auckland, Nueva Zelanda, me sen
Azize. Pasillos de la cuarta planta en dirección a la habitación 456 del The Watergate Hotel, Washington, febrero 2016. No lo entiendo, no he bebido tanto para que me sienta, así de descolocado, esta sensación de irrealidad, y mareo, pero, sobre todo, esta sensación de aturdimiento, y de calor intenso. Seguro que ese estúpido de Haul ha tenido algo que ver, ¡maldita sea! Aun no entiendo por qué somos amigos, quizás sea causado porque con esta personalidad introvertida, peligrosa y demoledora que tengo, sólo una ser como Haul, que no entiende un no por respuesta, es el único que se atrevido a acercarse a mí, y a no huir ante mi primera mirada fría. Que yo recuerde siempre he sido así, callado, con mirada aguda, y helada, serio, impaciente con la incompetencia, frio y duro como el acero, con poca paciencia, y totalmente exigente, justo por eso no deseo a ninguna mujer a mi lado que intente cambiarme, quien me quiera debe aceptarme como soy, pero por ahora sólo ese indeseable y pesa
Clara. Habitación 456 del The Watergate Hotel, Washington, febrero 2016. Esperé que la brusquedad de liberarme de la camisa se transmitiera en mis adoloridos y pesados senos, pero al contrario de los que yo esperaba, fue todo lo contrario, todo fue muy lento, muy delicado, saltándose deliberadamente esos puntos que pedían, no ¡maldita sea!, exigían ser atendido, mostrado su dureza, rendición. Todo esto ocurría mientras su boca salvaje saborea los puntos más sensibles de mi cuello, dejando varias marcas de fuego en ellos. Casi no podía controlar la parte baja de mi cuerpo, que serpenteaba y se alzaba buscando una unió que era desconocida para ella, pero eso no evitaba que salieran esos gruñidos animales que salían de su boca, amortiguados con mi piel, ante mi roce, en esa parte inflamada y tan sensible de su cuerpo lo hiciera casi parecer más a un animal, que, a un hombre, era totalmente cautivador sentir que mi cuerpo conseguía hacer que ese hombre se transformara en un ser de inst
Clara. Habitación 456 del The Watergate Hotel, Washington, febrero 2016. Poco a poco, mi cuerpo y mi mente se fueron despertando, y de la misma forma, las ganas de arrancarme la cabeza también aparecieron en mi mente. Mucho antes de abrir los ojos, mientras sentía como mi cuerpo volvía a la vida, en mi cerebro, tenía la sensación de que, un concierto de tambores y trompetas, el pleno crescendo, hacían que mi cabeza se estremeciera de dolor. Despacio abrí los ojos, y me vi encandilada por la luz que entraba a través de las ventanas, aumentando la sensación de malestar y dolor. Una vez superado el primer intento de abrir los ojos, y tras mucho esfuerzo, mi primera reacción fue de sorpresa, por cuestiones que ni yo contaba, ni tenía nociones, en ese momento, de como habían ocurrido. Lo primero era que no reconocía el entorno donde estaba, imaginé que era una habitación de hotel, una muy lujosa y cara, la segunda era la sensación de sentir que alguien me abrazaba por detrás, por mi