Mark. Casa de verano de Clara y Mark Goodman en Capri, Costa Amalfitana, Italia, principios de Agosto 2024. -“Mark Goodman, demonio celebrito, ahora mismo me vas a contar que es lo que está tramando esa peligrosa cabeza que tienes, y por qué has usado mi correo para que me envíen esto.”- la voz de tía Morgan entrando por la puerta de mi habitación, con una copia de la factura que había enviado los laboratorios de genética más conocidos de Londres, donde había solicitado la prueba de paternidad de mi padre, me hizo darme cuenta que me había olvidado que toda notificación del laboratorio se enviaría a la cuenta de mi madrina, que era el correo que había intervenido para hacerme pasar por un adulto. - “Yo… esto… ¿me creerás si te digo que es un juego?”- le dije a mi madrina intentado parecer que no sabía de lo que hablaba. Lógicamente sabía que no se lo iba a creer, por desgracia no se mentir, mejor dicho, la verdad es que no puedo mentir, mi mente analítica está programa para saber
Morgan. Oficina de Morga, Estudio de arquitectura Garret and Wellington, Pasadena, California, Septiembre 2024. - “Ese maldito niño, es obsesivo.”- pensé mientras veía el quinto mensaje del día, que mi adorado Mark, me enviaba para saber si había habido alguna novedad sobre su padre. Había pasado un mes desde que habíamos contactado, mediante las habilidades del enano genio, con Osman, y comprendía su desesperación. La verdad es que no tenía que haberme metido en esto, pero por el contrario, si dejaba a esos tres renacuajos genios, llevar a cabo el plan que habían pensado al principio en su inocencia, muy probablemente, la Tercera Guerra Mundial sería una batallita entre vecinos con desavenencias, con la que se hubiera montado si Clara se enteraba en lo que estaba metido su adorado hijo, y que, gracias a él, el hombre que ella pagó esa noche, ya había sido identificado, para colmo no era un hombre cualquiera, era uno de los magnates turcos, más rico de su país, y de casi toda Asi
Azize. Oficina del Presidente Osman en la cede en Estados Unidos de grupo Osman Global, Manhattan, Nueva York, finales de Agosto 2024. -“Señor estas son las cinco mujeres que cumplen con los parámetros que se han establecido para identificar a la señora Osman.”- me dijo Burak entregándome una carpeta donde cada una de las candidatas a ser mi futura esposa, tenía un detallado perfil con su información personal, y la de su familia. -“Como ves, Hombre de hielo, todas son arquitectas, con hijos, que asistieron esa noche, a la entrega de premios de la Fundación Antonio Gaudí, en Barcelona, hemos descartado a todas las damas que no tengan en el baremo de las edades que buscamos aproximadamente, las que están casadas, ya que imaginamos que si la condición es que te cases con ella, suponemos que es soltera, también hemos descartado a las que tienen más de un hijo, aunque no sabemos si ha podido tener otro amante, en estos años y ser…”- un gruñido, junto a una mirada fría, por mi parte, sil
Azize. Oficina del Presidente Osman en la cede en Estados Unidos de grupo Osman Global, Manhattan, Nueva York, Septiembre 2024. - “Señor, ya tenemos preparada la tres entrevistas para las posibles señoras Osman.”- me dijo Burak, entregándome el contrato que haría que, yo conociera, pudiera entrar en su vida, y atrapar a mi esposa. Conseguir reducir a tres mujeres, las posibilidades de encontrar a mi Hada, no fue nada fácil, tuve que dedicar horas, y horas, de visionado de videos y sus audios, hasta detectar a tres posibles mujeres, que dentro de las dificultades que podía tener unos videos de tan poca calidad, más se asemejaban al color de ojos que yo recordaba, y al mismo tiempo cuadraban con los parámetros que habíamos establecido en un principio. De la tres, sólo una me llamó la atención de manera inmediata, sobre todo por un factor determinantes, y es que, entre las grabaciones que había de ella, en más de una ocasión, se la veía junto a tres niños, y uno de ellos, en espe
Narrador. Residencia familiar de los Goodman, Auckland, Nueva Zelanda, Septiembre de 2024. La señora Ruby Goodman, miró a su marido, por tercera vez, aun no se creía lo que acaba de escuchar, que le repitiera la pregunta que le había hecho dos veces más, ante su falta de respuesta, no contribuyó mucho, a que ella se calmara. Esto era algo que ella no había previsto, menos durante estos años, en los que al fin había podido alejar a la maldita Clara, y al bastardo de su hijo, de sus vidas, pensaba que lo tenía todo controlado. No podía objetar nada a los que su marido le acaba de comunicar, o su fachada de mujer abnegada, madre de sus hijas, entregada a su matrimonio, dócil, e incluso estúpidamente tranquila, que había criado con mucho amor y atención, y sufrimiento, a una hija, que no era su hija biológica, algo que había cultivado todos estos años, desaparecería, y eso, ella no se lo podía permitir. Se habían pasado, muchos años, intentado recuperar lo que se le había robado, y
Clara. Entrada del hotel The Langham Huntington, Pasadena, California, Principios de Octubre de 2024. Sólo en una ocasión había asistido al Hotel The Langham Huntington, y fue en la recepción de un congresista de California, que como agradecimiento a la reforma que le hice de su casa de Aspen, me invito a la recepción, donde recaudaba fondos para su campaña, recuerdo que conseguí muchos clientes, gracias a esa recepción en uno de los hoteles más caros de Pasadena. Que el señor Osman hubiera decido que nuestra reunión, fuera en una de las salas de negocios de este hotel, hablaba de forma definitiva y muy clara del poder económico y financiero que debe tener el gran magnate turco. Por otro lado, no quiero decir que Morgana y yo no nos pudiéramos permitir quedarnos una o dos noches en cualquiera de la Suite, desde que habíamos creado nuestro estudio de arquitectura, después de años de estudio, viajar por el mundo con mi hijo Mark bajo el brazo, y gastar casi todo mi fideicomiso, ad
Clara. Sala de reuniones del hotel The Langham Huntington, Pasadena, California, Principios de Octubre de 2024. Respiré hondo cuando llegamos al piso número veintidós, y cuadrando mis hombros, seguí al asistente, y a una extrañada Morgan, que me miraba con resignación, y advertencia. - “¿Quieres calmarte de una vez? Me estas poniendo nerviosa, Mamá Clara.”. - me dijo en un murmullo al oído, mientras avanzábamos por los pasillos en dirección a la sala de reuniones. Yo sólo asentí, algo avergonzada, por mi actitud, tan poco profesional. Cuando llegamos la sala, esta estaba vacía. Sobre una gran mesa, estaba colocado los diferentes puestos donde debíamos sentarnos, unos vasos junto a diferentes bebidas, desde donde había zumo hasta café, junto a bolígrafos, y unas carpetas muy bien ordenadas, nos esperaban a cada uno en su lugar. Todo estaban colocado en un lateral de la enorme mesa de reuniones, haciendo una forma de semi elipse, lógicamente, pensé que en la cabecera se estaría el
Azize. Despacho provisional de Presidente Osman del hotel The Langham Huntington, Pasadena, California, Principios de Octubre de 2024. Ver a mi Hada entrar en la recepción del hotel, momentos antes de la hora en la que habíamos quedado, a través de la pantalla de mi ordenado, tras hackear el sistema de cámaras de seguridad del hotel, fue excitante. Había enviado a Burak a recoger a las invitadas, para evitar que ellas se retractaran o se arrepintieran, en el último momento, y no asintiera a la entrevista. En cierta forma sabía que eso era algo imposible, había programado el proyecto arquitectónico que deseaba todo arquitecto al menos una vez en la vida, encontrar la propiedad lo suficientemente atractiva para que mi Hada quisiera rehabilitarla, no fue difícil, tenía la propiedad ideal, la villa de verano de mis difuntos abuelos en Alanya, un sueño de villa para reformar, con más de ciento cincuenta años de antigüedad, en el entorno más maravillo de mi país. El entusiasmo que creab