Emma tomó una de las máscaras que ofrecían en la entrada y se la puso en el rostro. Mucho mejor que fuera una fiesta de máscaras porque así se protegía más.Una vez adentro, tuvo que aguantar la perolata del tonto a su lado, hablándole babosadas que creía muy románticas y viendo cómo esquivaba sus manos resbalosas, que casi le tocaron el trasero varias veces. — Iré un momento al baño – le dijo y sin esperar respuesta, se escapó de su lado.No conocía a nadie aquí. La fiesta se desarrollaba en un lujoso salón del hotel, con las luces bajas y el ambiente ambiguo.En realidad, Emma había investigado por las pistas que le había dado Aylin y sospechaba que esto no era más que una tapadera para la verdadera fiesta, que se debería de estar llevando a cabo quizás en un piso subterráneo.Todo esto era muy arriesgado, ella lo sabía.Incluso no le dijo a Vladímir o se negaría a dejarla venir sola, pero ella solo exploraría, vería si podía descubrir algo, sin riesgos, o al menos, esos eran sus
Escuchó a la chica mencionar algo de unas escaleras, sin embargo, esto parecía un baño muy normal. Emma miró en todas las áreas, incluso en las letrinas, pero nada.De repente, la puerta de lo que debería ser un cuartito de materiales de aseo le llamó la atención. Estaba discreta en una esquina y Emma fue abrirla.En todo este tiempo no dejaba de mirar nerviosa a la puerta de entrada.Tomó el picaporte y abrió sin pensarlo mucho, ¡ahí estaban las escaleras!Bajaban al piso inferior y Emma, tomando un largo respiro, decidió seguir haciendo locuras si ya había llegado hasta aquí.Cerró la puerta detrás de ella y comenzó a bajar fijándose en no tropezarse con los estrechos escalones solo alumbrados por unas luces de neón en rojo.Se sentía medio claustrofóbica estas escaleras encerradas en dos paredes, pero Emma descendió a un rellano y luego, siguió bajando, otro rellano de descanso más y la escalera se volvía a torcer para bajar.Era como la escalera de emergencia de los edificios. ¿
Emma le contó sobre su investigación entre susurros al oído.Los Regio estaban en algo gordo y solo necesitaban bien saber qué era, recopilar algunas pruebas y hundirlos en el lodo.Dicho así, parecía sencillo, pero Steve sabía que no lo era.— ¿Y pensabas hacer todo eso tú sola? – Steve la miró alzando una ceja en desafío.— No, pero la oportunidad se dio y yo… ¡mierd4! – Emma se escondió un poco en el fuerte pecho del magnate mientras miraba con disimulo, hacia la puerta de entrada. — Creo que no están buscando, Steve.Llegó a esa conclusión, al observar que el guardia de seguridad, había entrado buscando con los ojos por los alrededores, con dos hombres y dos mujeres bien molestas detrás.— Vamos – Steve la tomó de la mano y comenzaron a internarse entre las personas bebiendo y bailando.Las luces de neones, el ambiente lleno de humo y casi a oscuras, los hacían camuflarse, sin embargo, no lo suficiente.— Steve, creo que nos han visto – Emma había mirado hacia atrás en su huida y
— Creo, que ya terminaron allá al lado – refrescó también su mente, sabiendo que estaba cometiendo una locura y le dijo a Steve, para calmar la situación.Steve respiró profundo y se acomodó un poco el pico doloroso en sus pantalones, para mirar al otro lado del espejo y ver que la función había terminado.— Bien, ¿en la salida de la carretera B1? Ok, ¡pero no llegues tarde que la otra vez me dejaste esperando! ¡6 am, ni un segundo más! – el hombre se había puesto el pantalón y estaba respondiendo una llamada telefónica.Emma y Steve aguzaron el oído porque al final no habían podido encontrar nada relevante en este sitio, ya estaban siendo buscados y este hombre era su única pista.Pero la mujer tocó algo en la pared que canceló la transmisión de cualquier sonido al lado de ellos, sin dejarlos escuchar el resto de sus palabras.El hombre se despidió de la rubia que ya se había tapado con un vestido sexy de encajes en negro y salió por la puerta.Al pasar frente a la pared de vista uni
Acabando de entrar por la puerta de la habitación, Steve ni siquiera dejó hablar a Emma.Si se ponían a analizar todos los malentendidos y reclamos que se tenían, todo el momento de pasión se perdería.La pegó contra la pared al lado de la puerta que cerró de golpe y comenzó a comerse su boca, enredando su lengua y chupando sus labios.Emma se dejó hacer, mientras se desnudaban con manos apresuradas y anhelantes.Steve la dejó en una tanga de encaje negro a juego con el sujetador, él, con la camisa abierta y el fuerte pecho expuesto, los pantalones abiertos donde una furiosa erección se marcaba por encima del bóxer.Las manos de Steve toquetearon sus sensibles pechos por encima de la tela y pellizcaron el duro pezón que ya sobresalía, mientras besuqueaba su cuello y bajaba sus besos.— Emma, juro que hoy no tengo paciencia para muchos preliminares, no te imaginas cuanto te deseo – gimió contra cuello y al percibir que ella se estaba entregando a él sin resistir, Steve no se contuvo má
Emma se sentía poderosa y especial, solo porque él se había aguantado todo este tiempo esperando por ella.Ya después se sacarían los trapos sucios y reclamos, pero ahora, tocaba placer.Se giró, apoyando las manos en el respaldar del sofá, mirando hacia la noche nocturna de la ciudad.Sus piernas abiertas y su coñ0 más que disponible para ser penetrado hasta el fondo y Steve no lo iba a desaprovechar cuando estaba que se venía sin siquiera moverse.¡Paf, paf, paf! Varias bofetadas cayeron sobre su sensible trasero, haciendo a Emma sobresaltarse por la excitante sorpresa.— Veamos de verdad cuánto me quieres dentro de ti, ábrete más para mí – Steve le susurró al oído, oscuro, dominante, y Emma dudó un segundo en entender lo que le pedía, pero luego llevó sus manos hacia atrás de su cuerpo y ella mismo se abrió las nalgas de par en par, dejando toda su vulva vulnerable.— ¡Más! – Steve la estaba torturando, pero ella no diría que no le estaba poniendo caliente a más no poder, esta veta
— Espera, Emma, explícame muy bien esa historia de que tú viniste personalmente a ver a Gabriel, porque te juro por mi hijo, que es lo más sagrado que tengo, que jamás te hubiese negado el verlo si hubiese venido en persona.— Es más, confieso que todo lo que hice, de negárselo a tus abogados, fue solo para verte de frente, para que regresaras a nosotros— Steve sacó todas las cosas de su pecho.Era el momento de la confesión.Emma se quedó mirándolo un poco confundida. Se bajó de encima de su cuerpo y se envolvió en las sábanas, acomodándose luego a su lado y organizando las ideas.— Steve, después de que mis abogados no pudieron hacerte ceder para llevarme los seis meses que me correspondían a Gabriel, yo dejé a mi jefe medio moribundo y vine solo a buscar a mi hijo – Emma comenzó a explicarle sin dejar de mirarlo.Como viera solo un ápice de mentira y falsedad en los ojos del magnate, hasta aquí habían llegado en serio.— Llegué a la reja de tu mansión y el guardia de seguridad ni
A pesar de todo, no le tenía malos sentimientos a Amalia, solo pensaba que era una chiquilla caprichosa que se había empecinado con él, porque nadie nunca le había dicho que no.Incluso sentía que la había utilizado este tiempo y herido sus sentimientos juveniles, pero la poca buena fe que pudiese tenerle, se borró de un plumazo.— ¿Emma, por qué no seguiste insistiendo, por qué no viniste en otra ocasión?— ¡No pude!, ese día tuve que regresarme en otro vuelo, con todo y mi rabia. Víktor se había puesto mal de la noche a la mañana, no solo de su enfermedad, sino también de la cabeza.— El psiquiatra dijo que había desarrollado un Síndrome de Dependencia Afectiva, tenía terror a morirse solo de un momento a otro y a pesar de contar con sirvientes y enfermeros acompañantes, se obsesionó conmigo.— Tenía que verme a su lado en cada momento. Para estudiar, para aprender todo lo que me enseñó, tenía que ser a su lado, él mirándome todo el tiempo.— Fue una etapa difícil y el psiquiatra me