A pesar de todo, no le tenía malos sentimientos a Amalia, solo pensaba que era una chiquilla caprichosa que se había empecinado con él, porque nadie nunca le había dicho que no.Incluso sentía que la había utilizado este tiempo y herido sus sentimientos juveniles, pero la poca buena fe que pudiese tenerle, se borró de un plumazo.— ¿Emma, por qué no seguiste insistiendo, por qué no viniste en otra ocasión?— ¡No pude!, ese día tuve que regresarme en otro vuelo, con todo y mi rabia. Víktor se había puesto mal de la noche a la mañana, no solo de su enfermedad, sino también de la cabeza.— El psiquiatra dijo que había desarrollado un Síndrome de Dependencia Afectiva, tenía terror a morirse solo de un momento a otro y a pesar de contar con sirvientes y enfermeros acompañantes, se obsesionó conmigo.— Tenía que verme a su lado en cada momento. Para estudiar, para aprender todo lo que me enseñó, tenía que ser a su lado, él mirándome todo el tiempo.— Fue una etapa difícil y el psiquiatra me
La salida de la carretera B1, era un sitio un poco desolado y apartado de la autopista, rodeado por bosques y caminos de tierras, alejado de la ciudad.El lugar perfecto para hacer ilegalidades e incluso, para jugar a ser espías.Steve y Emma llevaban tiempo estacionados cerca del punto de encuentro que el hombre acordó en la llamada del móvil.Se habían salido de la carretera y escondieron el auto entre los arbustos y malezas de un bosquecito que daba a las vistas que le interesaban.La niebla nocturna de frío y las pocas luces del reciente amanecer también eran sus aliadas.— ¿Héctor pudo conseguirlo todo? – Emma le preguntó al magnate, porque a esta distancia no se veía mucho y eran necesarios algunos accesorios como binoculares.— Sí, todo está listo, Sra. Spencer – fue Héctor quien le respondió desde el asiento de chofer.Era un soldado retirado y tenía todo tipo de equipos útiles para que sus jefes jugaran a los detectives.— ¿La cámara?— Todo está listo, Emma, me lo has pregun
Hoy era el día de la lectura del testamento de Augusto Brown.Había pasado un año desde que el antiguo patriarca habló con Steve y le dio sus condiciones para heredar.En el despacho del abogado, también estaba la viuda Brown y el otro hijo menor y supuesto heredero, Andrew Brown.Desde la muerte de su padre, Steve prácticamente ni los había vuelto a ver. La última ocasión fue en el entierro de Augusto, donde Eloísa hizo todo un show, como la mujer de bajo mundo que en fondo era.Seguían viviendo en la mansión y aparentando darse la vida de señorones. Steve no los había podido sacar sin saber lo estipulado en el testamento a ciencia cierta, pero a quien sí echó enseguida de forma humillante de la compañía, fue a su querido hermanito.Ya bastaba con tener a los Regio, para también mantener a otra víbora a su lado, listo para estarlo espiando y fastidiarle sus buenos negocios, como hizo con el de Víktor.Steve llegó, ni los miró y se sentó tranquilo en uno de los sillones frente al ab
— Mmm… qué rico papi… dame más… así me gusta… me encanta tu polla— ¿Te gusta putica, te gusta más que la de tu marido, el gran Andrew Brown?— ¡Aahhh! Me gusta… Andrew tiene una mini polla de como 5 cm si acaso… no como la tuya papi, dame más duro… más…De repente, en el tercer piso del resort lleno de cafeterías, tiendas, Spas y todo tipo de servicios, comenzó a escucharse este excitante diálogo, con gemidos y todo incluidos.Por suerte, este edificio tenía prohibida la entrada a menores de edad por las instalaciones de ocio que no eran aptas para ellos.La pared acristalada del Spa Mix quedó al descubierto cuando las ventanas interiores eléctricas comenzaron a separarse y abrirse.Todas las personas que iban pasando por los pasillos e incluso los que habían salido curiosos por los gemidos que se transmitían a través de las bocinas del piso, se quedaron en shock.Bueno, todos menos la dueña del Spa del frente, que tomaba té en una mesita de la cafetería vecina, muy tranquila y con c
Cuando Eloísa vio quién era la que estaba armando el escándalo, palideció.La Sra. Lourdes era una millonaria excéntrica, pero millonaria al fin. Le encantaba lo mejor de lo mejor y no escatimaba en pagar, pero como algo estuviese mal, era famosa por hundir negocios.— Sra. Lourdes, podemos hablar de cualquier percance adentro, le rembolsaré cualquier gasto…— intentó hacerla entrar con discreción.— ¿Rembolso? No, lo que quiero primero es una explicación razonable para este producto que me aplicaron en su Spa – le enseñó el bote de crema y Eloísa sudaba frío.Era una de las marcas más caras que tenía y, por lo tanto, a la primera que pensó en hacerle algunas pequeñas variaciones, pero que no deberían notarse y menos dar problemas.— Esa es una de las mejores cremas reafirmantes y anticelulíticas del mercado, puede comprobar en internet…— ¡No me trate como una vulgar ignorante, que cuando usted andaba bailando en los cabarets, yo había nacido usando los mejores productos del mercado!
Cuando llegó a la casa, una hermosa sorpresa la esperaba.Gabriel estaba vestido con un sombrero sobre su cabeza lleno de ballenitas adorables a juego con su trusa de bebé.Metido en varios flotadores y jugando en la piscina con un sexy papá pelinegro, sin nada para arriba y solo un corto short de bañador.Emma se quedó como tonta parada en la puerta que daba al jardín interior, donde se encontraba la piscina climatizada.Steve bromeaba con Gabriel, que no paraba de reír y aventar sus manitas sobre el agua, esparciéndola por todos lados.El magnate agarraba el salvavidas inflable, que parecía un mini carrito y llevaba a su hijo en un viaje por toda la piscina.— Ma-ma, ma-ma – Gabriel comenzó a señalar a Emma con su dedito, dedicándole una dulce sonrisa que derritió su corazón.Steve se echó el pelo mojado hacia atrás y giró la cabeza, para ver a la hermosa mujer, que venía seguramente de hacer alguna maldad, porque esa faceta de Emma ya él la estaba conociendo.— ¿Y eso que tengo el
— Ese hombre está bajo la protección de un grupo de reos dentro de la prisión, por eso vive su vida tan bien en un sitio tan peligroso. — Al parecer el Sr. Regio le paga la protección y a cambio, se asegura la lealtad de su hermano, el jefe de este grupo de mafia.— Emma, ¿de dónde obtuviste toda esta información? Este asunto es demasiado peligroso – Steve le dijo con seriedad, poniendo el archivo sobre la mesita del centro.— Digamos que los negocios de Viktor, no eran tan blancos como parecía, él se movía en un submundo bastante turbio – le explicó a Steve con ojos complicados.Parte de la fortuna de Viktor, tuvo que entregarse a cambio de la libertad que tenía ahora, como la heredera del magnate fallecido.— Vladímir, mi mano derecha, era un hombre leal a Viktor, pero también tiene un pasado oscuro y creo que además del trabajo de asistente de Viktor y ahora mío, lo más decente que hizo fue de mercenario contratado para saldar cuentas de honor. Le dijo de manera medio confusa, pa
Steve sentía cómo la mano fría y temblorosa de Emma le apretaba la suya sobre sus piernas. Estaba nerviosa y no era para menos.— Todo va a salir bien, tranquila. Hablé con Vladímir y debo aceptar que parece un hombre confiado en lo que hace – Steve la abrazó a su lado y la hizo recostarse a su pecho.Estaban esperando en la parte de atrás de un auto negro, discreto y estacionado en un callejón desierto y oscuro de esta parte marginal de la ciudad, muy cerca de donde antes Emma vivía.Sus ojos vigilaban hacia cierta calle, esperando la aparición de Vladímir con sus “subordinados”, mercenarios que trabajaron con él y lo respaldaban para meterse en el nido de “usureros mafiosos”. El objetivo era amenazar al jefe con su hermano prisionero y obtener pruebas contundentes para hundir a los Regios. Emma y Steve entendían que eso no sería tan sencillo, porque delatar a su socio también conllevaba que ellos perderían su negocio e incluso se verían involucrados si las cosas salían mal.A sab