Cuando Eloísa vio quién era la que estaba armando el escándalo, palideció.La Sra. Lourdes era una millonaria excéntrica, pero millonaria al fin. Le encantaba lo mejor de lo mejor y no escatimaba en pagar, pero como algo estuviese mal, era famosa por hundir negocios.— Sra. Lourdes, podemos hablar de cualquier percance adentro, le rembolsaré cualquier gasto…— intentó hacerla entrar con discreción.— ¿Rembolso? No, lo que quiero primero es una explicación razonable para este producto que me aplicaron en su Spa – le enseñó el bote de crema y Eloísa sudaba frío.Era una de las marcas más caras que tenía y, por lo tanto, a la primera que pensó en hacerle algunas pequeñas variaciones, pero que no deberían notarse y menos dar problemas.— Esa es una de las mejores cremas reafirmantes y anticelulíticas del mercado, puede comprobar en internet…— ¡No me trate como una vulgar ignorante, que cuando usted andaba bailando en los cabarets, yo había nacido usando los mejores productos del mercado!
Cuando llegó a la casa, una hermosa sorpresa la esperaba.Gabriel estaba vestido con un sombrero sobre su cabeza lleno de ballenitas adorables a juego con su trusa de bebé.Metido en varios flotadores y jugando en la piscina con un sexy papá pelinegro, sin nada para arriba y solo un corto short de bañador.Emma se quedó como tonta parada en la puerta que daba al jardín interior, donde se encontraba la piscina climatizada.Steve bromeaba con Gabriel, que no paraba de reír y aventar sus manitas sobre el agua, esparciéndola por todos lados.El magnate agarraba el salvavidas inflable, que parecía un mini carrito y llevaba a su hijo en un viaje por toda la piscina.— Ma-ma, ma-ma – Gabriel comenzó a señalar a Emma con su dedito, dedicándole una dulce sonrisa que derritió su corazón.Steve se echó el pelo mojado hacia atrás y giró la cabeza, para ver a la hermosa mujer, que venía seguramente de hacer alguna maldad, porque esa faceta de Emma ya él la estaba conociendo.— ¿Y eso que tengo el
— Ese hombre está bajo la protección de un grupo de reos dentro de la prisión, por eso vive su vida tan bien en un sitio tan peligroso. — Al parecer el Sr. Regio le paga la protección y a cambio, se asegura la lealtad de su hermano, el jefe de este grupo de mafia.— Emma, ¿de dónde obtuviste toda esta información? Este asunto es demasiado peligroso – Steve le dijo con seriedad, poniendo el archivo sobre la mesita del centro.— Digamos que los negocios de Viktor, no eran tan blancos como parecía, él se movía en un submundo bastante turbio – le explicó a Steve con ojos complicados.Parte de la fortuna de Viktor, tuvo que entregarse a cambio de la libertad que tenía ahora, como la heredera del magnate fallecido.— Vladímir, mi mano derecha, era un hombre leal a Viktor, pero también tiene un pasado oscuro y creo que además del trabajo de asistente de Viktor y ahora mío, lo más decente que hizo fue de mercenario contratado para saldar cuentas de honor. Le dijo de manera medio confusa, pa
Steve sentía cómo la mano fría y temblorosa de Emma le apretaba la suya sobre sus piernas. Estaba nerviosa y no era para menos.— Todo va a salir bien, tranquila. Hablé con Vladímir y debo aceptar que parece un hombre confiado en lo que hace – Steve la abrazó a su lado y la hizo recostarse a su pecho.Estaban esperando en la parte de atrás de un auto negro, discreto y estacionado en un callejón desierto y oscuro de esta parte marginal de la ciudad, muy cerca de donde antes Emma vivía.Sus ojos vigilaban hacia cierta calle, esperando la aparición de Vladímir con sus “subordinados”, mercenarios que trabajaron con él y lo respaldaban para meterse en el nido de “usureros mafiosos”. El objetivo era amenazar al jefe con su hermano prisionero y obtener pruebas contundentes para hundir a los Regios. Emma y Steve entendían que eso no sería tan sencillo, porque delatar a su socio también conllevaba que ellos perderían su negocio e incluso se verían involucrados si las cosas salían mal.A sab
— Dime mi vida, qué haces despierta tan tarde – se alejó un momento para hablar con Winona.— Tío, ya no me quieres, si no le dijo a mamá que te llame, ¡no me llamas nunca! Además, ya no tenemos colegio y mamá me dejó acostarme un poco más tarde – la voz infantil hizo a Steve sonreír.A pesar de todo lo que sucedió con Jennifer y de la distancia, él seguía queriendo a la niña que vio nacer y crio gran parte de su vida.— Bueno, el tío lo siente, he tendido demasiado trabajo y no he podido llamarte. Pero te enviaré un regalo enorme para tu cumpleaños que viene pronto, ¿está bien así?— No, no, tío, yo, quiero pedirte otro regalo – comenzó a hablarle medio cortada y con timidez — Quiero pasar unos días de estas vacaciones contigo, hace mucho que no te veo y te extraño. ¡Mamá me dijo que iremos de vacaciones allá, con mi nuevo papá!, ¿puedo pasar a visitarte y ver a mi primito? Me dijiste que cuando creciera podía jugar con él.— Winona … — Steve vaciló un poco indeciso y miró hacia el
— También soy accionista de esta compañía Steve y hasta hace muy poco tu prometida – Amaia le respondió con voz quebrada y los ojos rojos.— Srta. Regio, ¿a qué está jugando exactamente?, ¿qué haces aquí a estas horas? Steve intentó aparentar tranquilidad, pero en realidad miraba hacia la puerta de la sala de fotocopiadoras, por si veía que lo habían encerrado o algo así.Sabiendo el trasfondo de la familia Regio, en estos momentos era mucho más precavido y pensaba en que incluso esta loca mujer pudiese sacarle un arma y dispararle por despecho.— Steve, primero, venía a disculparme por toda la discusión que tuvimos, yo… estaba muy alterada y herida porque me estuvieses dejando Amaia bajó la cabeza hablando entrecortado, pero Steve no se tragaba nada, estaba alerta y metió la mano en el bolsillo para agarrar el móvil.— Eso ya pasó, creo que ambos nos dijimos lo que teníamos que decirnos, no entiendo que tienes que hacer aquí a estas horas, así que si te preocupa ese asunto puedes i
— ¡Suéltame, suéltame, maldit0, no me toques con tus asquerosas manos, mi padre los va a despellejar vivos, maldit4 puta mafiosa!… — gritaba todo tipo de ofensas, perdiendo el glamour totalmente, pero Vladímir la envolvió en su propio abrigo, puesto como quiera por encima, y la cargó sobre su hombro como un saco de patatas.— Emma, ¿qué vas a hacer? – Steve la detuvo por el brazo cuando comenzaron a caminar hacia el elevador, siempre acompañados por los gritos de Amaia.— Steve, si hoy no le doy una lección a esta mujer, me quito el nombre. Sé lo que te preocupa, pero al final, hagamos lo que hagamos, ese hombre va a por nosotros, no nos va a tener compasión, aunque la dejemos ir ahora.Emma lo miró de frente con la ira invadiendo sus sentidos.El llegar y ver a esa mujer seduciendo de esa manera a Steve, rebasó sus límites de tolerancia, ¡llamándola vieja mafiosa y todo!— Haz lo que quieras, pero no te pases, Emma. No quiero que luego usen nada como excusa para dañarte – Steve le so
— Entonces, ¿esto era lo que buscaban al querer comprar tan desesperadamente mi humilde negocio? Emma miraba los planos en su mano, junto con toda la información que el jefe de los usureros le había dado a Vladímir.— Parecen unos viejos refugios … Steve miraba la red de túneles y cámaras subterráneas que pasaban supuestamente por parte del barrio marginal donde antes vivía Emma, hacia la zona boscosa de la autopista. — Mira, casualmente por aquí fue que vimos el encuentro de los hombres en las camionetas que luego transportaron el dinero falso.— ¿Cómo no pensé en eso antes? Emma tuvo una realización mental, aunque claro, igual toda la verdad ya había sido revelada por su espía.— Debajo, en el sótano subterráneo de nuestra panadería, había un túnel de los tantos que se conectaban para dar refugio durante la guerra y aquí había una fábrica de comida enlatada que funcionaba a escondidas durante esa época— señaló un punto en el mapa.— Mi padre me habló de eso e incluso cuando era