— ¿Emma? – Amaia se hizo la sorprendida por la aparición de la mujer, pero por dentro estaba feliz de la cara celosa, que era evidente en Emma.— Emma, ¿por qué viniste a la compañía? - Steve reaccionó alejándose un poco de Amaia, aunque sabía muy bien, lo que había parecido toda esta escena.— Hola, Señorita Amaia – la saludó entre dientes, intentando calmarse — Creo que te dije que hablaríamos de negocios, pero dado que estás muy ocupado, lo vemos otro día.Y le tiró una carpeta que llevaba en la mano encima de la mesita, para dar media vuelta e irse.— ¡Espera, Emma! – Steve se adelantó y la tomó del brazo para detenerla, por supuesto no la dejaría irse así.— Amaia solo se lastimó el pie y la estaba ayudando – el magnate le explicó en voz baja.— ¿Se lastimó el pie o la boca? – Emma lo miró con burla evidente.Sabía muy bien que se estaba comportando como una mujer celosa, quería ser más fría e indiferente, pero sentía un fuego de ira interior que la estaba devorando.— Steve ya
— ¡¿Cómo te atreves a golpearme maldit4?! – le gritó a Emma e incluso Steve se quedó asombrado por la fiereza de la pelinegra.— Escúchame muy bien lo que te voy a advertir Amaia Regio, todas me las vas a pagar y no te imaginas en lo que convertiré tu vida – Emma comenzó a caminar amenazante hacia la chica que se había quedado congelada ante tanta agresividad.— Ninguno de tus sucios trucos te van a servir esta vez, porque ya no soy esa inocente mujer que no sabía nada de la vida y tú manipulaste a tu antojo Amaia dio un paso atrás con un poco de temor al mirar los ojos llenos de odio de Emma, pero el escritorio detuvo su retirada.— Steve… — llamó al magnate que observaba todo de cerca, pero no intervenía.— ¡No lo llames, malnacida! ¡Si tuviste los ovarios para meterte entre nosotros, ahora te aguantas! – Emma la agarró con fuerza del cabello y la hizo mirarla a la cara— Corre a llamar a tu papito y pídele ayuda porque la van a necesitar. — Y no se te ocurra estar más cerca de mi
— Bebé hermoso de mamá— Emma enseguida cargó a Gabriel y le cayó a besos.Su hijo le sonrió con dulzura, en realidad siempre había sido un niño tranquilo y sociable.— Hijo, vámonos con mami, te voy a apapachar toda la noche – Emma lo besaba y lo mecía en sus brazos, a pesar de que Gabriel ya pesaba lo suyo.Steve los miraba desde la puerta del cuarto del bebé con el corazón pesado. Después de su reunión en la empresa, le propuso traerla a la mansión para que se llevara a Gabriel unos días.Él nunca quiso separarlos y si actuó como actuó fue por puro despecho, porque se sintió abandonado y se aferró a la única personita que podía hacer que Emma regresara a él.Sin embargo, en este año nunca volvió ni una vez y solo hacía algunas llamadas por teléfono a Gabriel.Se obstinó en no entregárselo y pensó incluso que ella ya ni siquiera quería a su hijo, pero al verla ahora, Steve tenía más dudas. ¿Por qué si se notaba que moría por estar con Gabriel, nunca hizo la fuerza de venir a enfren
¡PAF!Steve se llevó una cachetada en la cara, pero solo se pasó la mano por la mejilla y se quedó mirando impasible con sus profundos ojos negros, a la mujer que tenía rabiosa frente a él.— ¡Así que al final, si me vas a dejar por esa mujerzuela barata! – Amaia no se pudo aguantar más la rabia que llevaba por dentro.— ¡Cuida tus palabras Amaia Regio! ¡Te permito que me ofendas lo que quieras, pero deja a los demás fuera de esto! – Steve le habló con frialdad.Sabía muy bien que esto sería todo un drama, por eso la trajo precisamente al origen de todo. El restaurante donde ella y su padre le hicieron la encerrona hace más de un año atrás.— Más bien, dejo al amor de tu vida fuera de esto, ¡de verdad que estúpida me siento! – Amaia se rio con sarcasmo de ella misma— ¡Yo tratando de ayudarte, hablando incluso con mi padre para que apoyara esa porquería de compañía que tienes!— ¡No me menciones más a tu padre, o sus contribuciones a mi empresa, porque en este año lo único que me han
Emma tomó una de las máscaras que ofrecían en la entrada y se la puso en el rostro. Mucho mejor que fuera una fiesta de máscaras porque así se protegía más.Una vez adentro, tuvo que aguantar la perolata del tonto a su lado, hablándole babosadas que creía muy románticas y viendo cómo esquivaba sus manos resbalosas, que casi le tocaron el trasero varias veces. — Iré un momento al baño – le dijo y sin esperar respuesta, se escapó de su lado.No conocía a nadie aquí. La fiesta se desarrollaba en un lujoso salón del hotel, con las luces bajas y el ambiente ambiguo.En realidad, Emma había investigado por las pistas que le había dado Aylin y sospechaba que esto no era más que una tapadera para la verdadera fiesta, que se debería de estar llevando a cabo quizás en un piso subterráneo.Todo esto era muy arriesgado, ella lo sabía.Incluso no le dijo a Vladímir o se negaría a dejarla venir sola, pero ella solo exploraría, vería si podía descubrir algo, sin riesgos, o al menos, esos eran sus
Escuchó a la chica mencionar algo de unas escaleras, sin embargo, esto parecía un baño muy normal. Emma miró en todas las áreas, incluso en las letrinas, pero nada.De repente, la puerta de lo que debería ser un cuartito de materiales de aseo le llamó la atención. Estaba discreta en una esquina y Emma fue abrirla.En todo este tiempo no dejaba de mirar nerviosa a la puerta de entrada.Tomó el picaporte y abrió sin pensarlo mucho, ¡ahí estaban las escaleras!Bajaban al piso inferior y Emma, tomando un largo respiro, decidió seguir haciendo locuras si ya había llegado hasta aquí.Cerró la puerta detrás de ella y comenzó a bajar fijándose en no tropezarse con los estrechos escalones solo alumbrados por unas luces de neón en rojo.Se sentía medio claustrofóbica estas escaleras encerradas en dos paredes, pero Emma descendió a un rellano y luego, siguió bajando, otro rellano de descanso más y la escalera se volvía a torcer para bajar.Era como la escalera de emergencia de los edificios. ¿
Emma le contó sobre su investigación entre susurros al oído.Los Regio estaban en algo gordo y solo necesitaban bien saber qué era, recopilar algunas pruebas y hundirlos en el lodo.Dicho así, parecía sencillo, pero Steve sabía que no lo era.— ¿Y pensabas hacer todo eso tú sola? – Steve la miró alzando una ceja en desafío.— No, pero la oportunidad se dio y yo… ¡mierd4! – Emma se escondió un poco en el fuerte pecho del magnate mientras miraba con disimulo, hacia la puerta de entrada. — Creo que no están buscando, Steve.Llegó a esa conclusión, al observar que el guardia de seguridad, había entrado buscando con los ojos por los alrededores, con dos hombres y dos mujeres bien molestas detrás.— Vamos – Steve la tomó de la mano y comenzaron a internarse entre las personas bebiendo y bailando.Las luces de neones, el ambiente lleno de humo y casi a oscuras, los hacían camuflarse, sin embargo, no lo suficiente.— Steve, creo que nos han visto – Emma había mirado hacia atrás en su huida y
— Creo, que ya terminaron allá al lado – refrescó también su mente, sabiendo que estaba cometiendo una locura y le dijo a Steve, para calmar la situación.Steve respiró profundo y se acomodó un poco el pico doloroso en sus pantalones, para mirar al otro lado del espejo y ver que la función había terminado.— Bien, ¿en la salida de la carretera B1? Ok, ¡pero no llegues tarde que la otra vez me dejaste esperando! ¡6 am, ni un segundo más! – el hombre se había puesto el pantalón y estaba respondiendo una llamada telefónica.Emma y Steve aguzaron el oído porque al final no habían podido encontrar nada relevante en este sitio, ya estaban siendo buscados y este hombre era su única pista.Pero la mujer tocó algo en la pared que canceló la transmisión de cualquier sonido al lado de ellos, sin dejarlos escuchar el resto de sus palabras.El hombre se despidió de la rubia que ya se había tapado con un vestido sexy de encajes en negro y salió por la puerta.Al pasar frente a la pared de vista uni