—Habla rápido, no tengo tiempo que perder— sentenció la menor tomando asiento, luego de dejar un poco de limonada frente a Naomi. —Espero que lo que me vayas a decir realmente valga la pena y el tener que ver tu rostro por aquí— se quejó la menor bebiendo un sorbo del suyo.
—¿Qué es lo que quieres saber de la muerta?— cuestionó Naomi observando la casa —está muy diferente a cómo la recordaba.
—Lo está, han pasado demasiados años— suspiró ella —¿Qué es lo que quieres hablar sobre Evi?— indagó sin dejar a un lado su frialdad.
—Ya que conoces su nombre, debo concluir que sabes que es la esposa de Thoma ¿No es así?— Adel
—Está bien, Joel, él es un amigo— susurró ella al acariciar el cabello del pequeño, sin embargo, no obtuvo ninguna respuesta positiva por parte de Joel. —¿Un amigo?— Indagó Thoma un poco confundido, hasta ese momento había pensado que Adele no tenía amigos, salvo su hermana. —Sí, nos conocimos hace poco cuando su esposa…— intentó explicar Johann, a pesar de esto fue interrumpido por Adele, ella no quería dar detalles. —Fui un rato a la biblioteca y nos conocimos ahí— sonrió —luego insistió en acompañarme por mi hijo— se ve que es una persona bastante amable— añadió. —¡No digas eso!— respondió Johann bastante apenado —eso es algo que cualquier persona hubiera hecho— sonrió desviando la mirada. —No, no lo es— recalcó Adele
Thoma se giró con lentitud para encontrarse con el rostro inexpresivo de Adele —¿De qué hablas?— intentó comprender, dio algunos pasos para estar más cerca de ella.—Solo quiero que me respondas con un sí o un no ¿Nos vimos antes de la muerte de mis padres?— preguntó una vez más mientras sus manos temblaban.—¿Por-por qué preguntas algo así?— susurró Thoma con un poco de duda, sin embargo, Adele no dejaba de esperar por aquella respuesta. —Sí, nos conocimos cuando fui ayudante del señor Henry— inclinó la cabeza —no vayas a pensar que lo supe todo este tiempo— aclaró. —Me refiero a que, sí nos conocimos, sí eras tú, pero no estaba seguro porque por un momento
—¿Por qué?— Indagó Adele con una media sonrisa en el rostro —ella es una chica muy dulce, amable y no le haría daño a nadie— expuso con ironía.—Ese es el problema, mi tipo de chica es la que siempre responde y si te descuidas te puede dar con un bate en la cabeza— se cruzó de brazos —así como tú— la señaló.—En ese caso, ya que tú no quieres ir por la hija, tendré que ir por el tonto hermano— suspiró —o será mejor ¿El jefe?— sonrió de lado —ha de ser buena idea— se alejó.—No, es una pésima idea, si la anterior era mala, esta es peor— se quejó el mayor. —¡No!— exclamó Mónica de un chillido —es la persona más molesta, maleducada y manipulable del mundo— se quejó —verlo ahora será una completa pérdida de tiempo.—Ahora y en cualquier momento de nuestras vidas— sonrió la menor —ahora que lo recuerdo, alguien— resaltó la última palabra —lo golpeó la última vez que lo vio— soltó una risita.—¿Quién? ¿A quién debo agradecerle?— preguntó Mónica con una sonrisa —hizo lo que yo quise hacerle por años— suspiró.—¿Qué «gracias»? Un cheque o efectivo es más que suficiente— anunció Thoma observa39. ¿Mi intención?
—¿Quieres beber algo?— preguntó Thoma con una sonrisa, entre tanto se paraba frente a la menor, la cual estaba completamente centrada en sus escritos. Sí, había dejado en pausa aquella historia que era inspirada por Joel, deseaba revisarla, sin embargo, esperaría un poco más para refrescar sus ideas y de esa manera poder observar cada detalle con facilidad.Por más que Thoma intentaba hablarle a la menor, ella seguía en su mundo, en esa lluvia de ideas en las que parecían diluviar. Gracias a algunas de las charlas que tuvo ella con Angie, su menor, Adele, había tenido una nueva idea —son muchas ideas y tan poco tiempo— murmuró ella sin deparar en la presencia de Thoma.—¿Poco tiempo?— Indagó el mayor —pero, pareces como si fueras
—¿Estás segura?— preguntó Mónica un poco confusa, sin embargo, decidió no añadir más a la conversación. Lo que Adele no había notado era la extraña similitud que aquel anciano y Jade tenían.—Lo estoy— respondió sin dudar —ahora ¿Podrían decirme cómo se conocieron? Por favor, tengo demasiada curiosidad— suplicó la menor intentando desviar el tema de conversación. Ellos se dispusieron a responder hasta que Adele se percató de la hora.—¡Joel!— exclamó para salir corriendo del lugar. —Él podría estar triste porque no le avisé— se regañó ella misma tomando el primer taxi que encontró. —Mami— llamó Joel frente a la habitación de Adele —mami ¿Estás?— preguntó una vez más. Al otro lado de la puerta, se escuchó la voz de Adele pidiendo aquella contraseña —vengo solo, y la contraseña es: Mami es mi favorita— susurró intentando no ser escuchado por los mayores. Lentamente, la puerta se abrió revelando a una sonriente Adele que invitaba a su pequeño a entrar.—¿Qué traes en tus manos Joel?— Indagó la chica al notar que su pequeño traía algo en su espalda.—Una sorpresa— anunció dejando la torta de Adele a un lado. —Papi dijo que estabas extraña y la tía Mónica que si tú estabas molesta lanzara la torta y corriera por mi vida— 42. ¿Quién fue el responsable?
Los pequeños ojitos de Joel se abrieron con lentitud, buscó con su mirada a Adele «pensé que se quedaría conmigo» pensó el pequeño mientras observaba alrededor, su mirada se posó en los mayores que parecían muy cariñosos el uno con el otro. Pese a su corta edad, Joel decidió cerrar sus ojitos una vez más y aparentar estar dormido, de esa manera no entorpecería el paso que había dado su padre.La noche se había adentrado y Adele no podía conciliar el sueño, caminaba de un lado a otro en su habitación sin mostrar intención de detenerse, su corazón se encontraba inquieto por lo sucedido con Thoma y esa inalterable sonrisa relucía con intensidad. —¿De verdad sucedió?— se preguntaba lanzando un suspiró —voy a enloquecer&mda