—¡¿Qué no tiene hijos?!— cuestionó Adele asombrada y casi en un gritito —¿Cómo va a ser posible que no tenga hijos?, si yo misma lo veía en sus reuniones y crecimos juntos, lastimosamente— suspiró. Pero ahora le interesaba aún más el conocer lo que sucedía con Naomi —¿La fuente es confiable?— indagó sentándose al lado del mayor, su posición parecía ser el de una señora con ganas de chisme.
—¿Te cuento un secreto?— susurró con una pequeña sonrisa, la menor se acercó instintivamente para escuchar lo que él tenía que decir, a pesar de ser los únicos despiertos en casa —Broun es estéril— expuso de manera rápida.
Un chillid
Adele tenía unos vagos recuerdos acerca de cosas que su padre decía de los Weber, sin embargo, lo poco que recordaba le daba una perspectiva más clara de lo que estaba escrito en los informes de su padre. Henry tenía una letra bastante desaliñada, se justificaba en que la razón de su desorden al escribir era para confundir a aquellos que intentaran robar información. Su pequeña hija, Adele, le creyó todo lo que él le hablaba hasta que comenzó a ayudarle con sus informes, eso, sin contar con las numerosas veces que Jade lo regañaba por dejar un desastre por dónde fuera que él pasara.Una pequeña sonrisa se posaba en los labios de Adele, mientras observaba con tristeza la foto de sus padres, aquella que ella había decidido dejar en el lugar que su padre siempre apreció: El sótano, est
Joel ya había despertado, luego de dormir tanto tiempo tenía demasiada hambre, sería capaz de devorar todo lo que se le parara al frente, los jóvenes padres estaban en la cocina intentando esconder la verdura para que su pequeño la comiera con mayor facilidad. Había que admitir que era muy sencillo hacer que Joel se comiera sus verduras, salvo una: El brócoli, este pequeño arbolito que para Joel debería estar plantado en el jardín y no en su plato, era la peor pesadilla de Thoma a la hora de alimentar a su hijo. Una vez, terminó con uno en la nariz y desde entonces había evitado a toda costa incluirlo en las comidas.Ahora que compartía casa con Adele, se había enterado del gusto que la menor le tenía a estos diminutos árboles y no había mejor ocasión que ahora cuando el apetito vor
En medio de la noche Adele tenía problemas para conciliar el sueño, así que decidió regresar al sótano. Los descubrimientos hechos recientemente requerían mucha de su energía, además de que aún no había logrado asegurarse de que la madre de Azuquitar fuera la misma Mía Meyer. En caso de que las sospechas de Adele fueran ciertas, lo cual era muy probable, la siguiente acusación que había en el informe de Henry era que aquel hombre había abusado sexualmente de muchas de sus empleadas. Sin embargo, a causa de la posición en la que el señor estaba, ninguna de las mujeres se decidió a denunciarlo públicamente, a excepción de la misma Mía.Había rumores de que Broun empleaba la fuerza para acallar los rumores si el dinero no funcionaba, esa era una de las cosas que su
—Habla rápido, no tengo tiempo que perder— sentenció la menor tomando asiento, luego de dejar un poco de limonada frente a Naomi. —Espero que lo que me vayas a decir realmente valga la pena y el tener que ver tu rostro por aquí— se quejó la menor bebiendo un sorbo del suyo.—¿Qué es lo que quieres saber de la muerta?— cuestionó Naomi observando la casa —está muy diferente a cómo la recordaba.—Lo está, han pasado demasiados años— suspiró ella —¿Qué es lo que quieres hablar sobre Evi?— indagó sin dejar a un lado su frialdad.—Ya que conoces su nombre, debo concluir que sabes que es la esposa de Thoma ¿No es así?— Adel
—Está bien, Joel, él es un amigo— susurró ella al acariciar el cabello del pequeño, sin embargo, no obtuvo ninguna respuesta positiva por parte de Joel. —¿Un amigo?— Indagó Thoma un poco confundido, hasta ese momento había pensado que Adele no tenía amigos, salvo su hermana. —Sí, nos conocimos hace poco cuando su esposa…— intentó explicar Johann, a pesar de esto fue interrumpido por Adele, ella no quería dar detalles. —Fui un rato a la biblioteca y nos conocimos ahí— sonrió —luego insistió en acompañarme por mi hijo— se ve que es una persona bastante amable— añadió. —¡No digas eso!— respondió Johann bastante apenado —eso es algo que cualquier persona hubiera hecho— sonrió desviando la mirada. —No, no lo es— recalcó Adele
Thoma se giró con lentitud para encontrarse con el rostro inexpresivo de Adele —¿De qué hablas?— intentó comprender, dio algunos pasos para estar más cerca de ella.—Solo quiero que me respondas con un sí o un no ¿Nos vimos antes de la muerte de mis padres?— preguntó una vez más mientras sus manos temblaban.—¿Por-por qué preguntas algo así?— susurró Thoma con un poco de duda, sin embargo, Adele no dejaba de esperar por aquella respuesta. —Sí, nos conocimos cuando fui ayudante del señor Henry— inclinó la cabeza —no vayas a pensar que lo supe todo este tiempo— aclaró. —Me refiero a que, sí nos conocimos, sí eras tú, pero no estaba seguro porque por un momento
—¿Por qué?— Indagó Adele con una media sonrisa en el rostro —ella es una chica muy dulce, amable y no le haría daño a nadie— expuso con ironía.—Ese es el problema, mi tipo de chica es la que siempre responde y si te descuidas te puede dar con un bate en la cabeza— se cruzó de brazos —así como tú— la señaló.—En ese caso, ya que tú no quieres ir por la hija, tendré que ir por el tonto hermano— suspiró —o será mejor ¿El jefe?— sonrió de lado —ha de ser buena idea— se alejó.—No, es una pésima idea, si la anterior era mala, esta es peor— se quejó el mayor. —¡No!— exclamó Mónica de un chillido —es la persona más molesta, maleducada y manipulable del mundo— se quejó —verlo ahora será una completa pérdida de tiempo.—Ahora y en cualquier momento de nuestras vidas— sonrió la menor —ahora que lo recuerdo, alguien— resaltó la última palabra —lo golpeó la última vez que lo vio— soltó una risita.—¿Quién? ¿A quién debo agradecerle?— preguntó Mónica con una sonrisa —hizo lo que yo quise hacerle por años— suspiró.—¿Qué «gracias»? Un cheque o efectivo es más que suficiente— anunció Thoma observa39. ¿Mi intención?