31. No me engañas

—¡¿Qué no tiene hijos?!— cuestionó Adele asombrada y casi en un gritito —¿Cómo va a ser posible que no tenga hijos?, si yo misma lo veía en sus reuniones y crecimos juntos, lastimosamente— suspiró. Pero ahora le interesaba aún más el conocer lo que sucedía con Naomi —¿La fuente es confiable?— indagó sentándose al lado del mayor, su posición parecía ser el de una señora con ganas de chisme.

 —¿Te cuento un secreto?— susurró con una pequeña sonrisa, la menor se acercó instintivamente para escuchar lo que él tenía que decir, a pesar de ser los únicos despiertos en casa —Broun es estéril— expuso de manera rápida.

Un chillid

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