La noche era larga y ese momento con Amir dio por finalizado al acercarse otro empresario dispuesto a caerle bien para invertir.
Mientras tanto me alejé de él, pero sin perderlo de vista, lo tenía a centímetros de distancia, pero cada vez que podía lo observaba como si fuera una adolescente que miraba a su amor de la secundaria.
Mi imagen captaba las miradas de muchos, pero no la del hombre que quiero que me mire, muchos alzaban la copa para brindar conmigo desde la distancia, pero Amir solo conversaba mientras su semblante era serio y a la vez amigable.
—Es triste ver a una mujer como usted sentada tan sola— se acerca un hombre a mí.
—¿Quién le dijo que ando sola?
—La estuve observando desde que se sentó cerca de la barra.
—Salud por usted, me descubrió— sonreí.
Lo miré sensualmente mientras este idiota babea por cómo crucé las piernas.
—Creo que iré a tomar un poco el aire, aquí dentro hace mucho calor.
Tenía que armar un plan B para llamar la atención de Amir.
Y es que se me ocurrió repentinamente al verlo salir a la terraza.
Fingí no verlo y miré a las preciosas vistas que nos regalaba la noche hasta que sentí unas manos posar por mi cintura.
El tipo de antes.
—Vamos nena, lo deseas tanto como yo.
—Suéltame, no me toques— le pedí, pero este insiste y eso me viene de perla. — Estás muy buena.
Entonces la figura de Amir lo empuja para alejarlo de mí y este me pregunta si estaba bien mientras unas lágrimas falsas salen de mis ojos.
—Señor Al Malik, no es lo que piensa— se justifica ese hombre.
—Lárgate y aprende a respetar a las mujeres.
Al quedarnos solos se gira para tenerme de frente y vuelve a cuestionar la misma pregunta de antes y esta vez negué.
—Lo siento, pero ese tipo quería...— me interrumpe.
—Está bien, cálmese.
Asentí mientras mis manos temblaban y esta vez sí que era de verdad, porque su olor me azotó con tanta intensidad que me dejó tiritando, tan masculino, tan caballeroso.
—Creo que debería pedirme un taxi e irme de aquí.
—¿Un taxi?
Volví a sentir.
— Te puedo llevar, de todas maneras iba a ir a regresar al hotel, por esta noche fue suficiente.
Y bingo, pico y esta era mi oportunidad y espero no equivocarme.
Los segundo vuelan al caminar a su lado, él mantenía distancia mientras me moría por reducir ese trayecto.
—Me di cuenta de que muchos hombres la han estado cortejando esta noche— su voz sonó nada más entrar a su carísimo coche.
Vaya y yo que pensaba que se había olvidado de mi presencia después de esa extraña conversación.
— ¿Usted estaba entre ellos?
Este mostró su perfecta e insuperable sonrisa.
—¿Está coqueteando conmigo, señorita Lauren?
Si se acuerda de mi nombre es porque interés tienen.
—Para nada, solo estoy preguntando, señor Amir.
—Pues déjeme decirle que no lo parece.
Le mostré esa sonrisa que dice Carlos que cautiva y este se detuvo para mirarme.
—¿Tal vez el que coquetea conmigo con esa mirada sea usted?
Este carraspeo y después encendió el motor del vehículo haciéndolo rugir con fuerzas.
—¿Supongo que es la primera vez que sube a una mujer en su auto y que no sea su hermana, madre o esposa si es que la tiene?
—Está en lo cierto.
—Siempre estoy en lo cierto.
Volvió a curva sus labios para dejar ver esos hermosos hoyuelos. ¿Cuántas han sido ya? Desde que entramos en su auto no ha hecho más que sonreír por mis sugerencias y si fuera otro hombre ya se habría lanzado a devorarme la boca.
—¿Estará mucho tiempo en Londres?
—Un par de semanas, de hecho le dije a mi asistente que me buscara alguna guía turística para que me lleve a conocer lugares maravillosos de Londres y por el momento me trajo a un señor de sesenta años.
Solté una gran carcajada por lo que había oído y no es para seducirlo ni nada, todo lo contrario odio el sonido que causa mi garganta al reírme, pero no podía controlarla por su comentario.
—Sí me deja podría ser su guía, y será a su manera sin tocarnos las manos accidentalmente ni nada por el estilo.
Tenía que intentarlo.
—Me parece buena idea.
Oh sí, resultó mi intento.
—Vale, pasaré por usted mañana a las 10:00 a.m.
—¡Perfecto!
No podía creer que su perfección iba más allá de no tocar la mano de otras mujeres que no sean de su familia, ahora no solo se trataba de terminar un trabajo pagado, sino que la curiosidad de saber que hombres como él y según sus amigos dicen y por lo que he visto existen de verdad o no.
No estaba segura a ciencia cierta de que era como sus amigos me contaron de él o realmente era una estrategia para hacerse el santo, tenía que averiguarlo como dé lugar y la única manera era haciendo mi trabajo.—Entonces nada de nada— repite Carlos.—Nada, ese hombre es diferente a lo que conocí hasta ahora. Te puedes creer que ni me dio la mano para presentarse.Carlos me había llamado por la mañana temprano para cotillear y es que no había mucho cotilleo porque no pasó nada, después de dejarme en casa este se despidió cordialmente y luego me salí de su auto.—Te encuentras que en su cultura las únicas mujeres que puede
Las horas pasaron y él parecía estar divirtiéndose, pero lo que más me gustó de la mañana fue cuando empezó a alimentar a los cisnes del lago y él en medio de ellos.—Antes hemos estado hablando de lo inapropiado, pero poca respuesta recibí de usted, señorita Lauren— volvió al tema de antes. — Y que me dice de lo apropiado, ¿qué sería para usted lo adecuado?Tome una calada de aire y respondí con firmeza.—Lo que no dañe a otras personas, lo apropiado sería hacer cosas las cuales nos sintamos cómodos sin esperar expectativas altas de nadie. En resumen dejarse llevar y ser feliz.Este cur
Cometer errores no nos hacen personas imperfectas, al contrario es parte de la naturaleza del ser humano fallar en ocasiones y es un proceso de lo más común, pero mucho no lo ven de esa manera.—Tome la iniciativa de llevarlo a conocer la torre de Londres, ya que es exquisita visitarla a esta hora de la mañana.Parece no haber pasado una buena noche, sus ojos dejaron ver lo cansado que estaba y aun así acudió a la cita prevista.—Me parece buena idea, señorita Lauren.—Por favor, solo llámame Lauren, es que me siento rara al oírlo tantas veces.Este asintió y después el chofer inició el trayecto.—¿Está usted bien?— pregunté.—Cansado, una noche agotadora.Vaya, podría pensar muchas cosas que lo hubieran dejado exhausto, pero mi mente sucia le quitó sentido al pensar l
Era alucinante sentirse besar por tal hombre, su forma de dejarse llevar por mis labios me dejó más claro que su madurez no solo la carece en aspecto físico y mental, sino en saber cómo dominar sin hacer nada.—Ya no juegues más, Lauren— se separó de mí.Su mirada se volvió fría y arrogante.—El cazador no siempre caza a la presa— anuncie llevando la vista a sus ojos.— Y no todo cazador se deja cazar tan fácilmente y que la presa no suele actuar con inteligencia ante la adversidad del cazadorMi boca formó una perfecta "o" mientras esté tomaba distancia.
Que tan malo lo había hecho para que él no quisiera verme más, ¿debería considerar sus palabras tan llenas de respeto y alejarme de esta seducción la cual me va a llevar a la locura?—Se acabó, no voy a seguir con el contrato.—¿Tan malo fue?—Todo lo contrario, aunque le haya robado el beso, su forma de hablarme, el tacto que tuve fue tan extraño que no quiero terminar huyendo porque la Lauren de años atrás vuelva nuevamente y no... ya sabes lo que pienso de tener sentimientos.Carlos presiona los labios y asiente. —Entiendo que este cliente no es como los demás.—Joder,
Amir.Muchos dicen que mi semblante no es más que una fachada donde escondo mi verdadero yo.La realidad de mi vida es otra, he sido el mayor cretino que ha existido sobre la Tierra, jugué que muchos corazones y cuando me di cuenta de que nada me llenaba decidí parar, dar un cambio a mi vida y dejar atrás todo lo que hasta ahora quedó en el pasado y me hice un hombre de bien, con principios y valores donde doy importancia a mis creencias y cultura y admiro como mucho respeto a las mujeres.No deseo pasar una noche con una y mañana buscar a otra, no quiero diversión que dure solo unos minutos, mi prioridad era encontrar algo o mejor dicho a alguien que llene mis días de locuras, de magia y sobre todo de esas emocio
LaurenTodo lo que tenía que hacer era seducirlo y acostarme con él, sin más, pero las cosas se retorcieron a tal punto que no sé si terminar con ese maldito contrato o desafiar al árabe que se cree que no soy capaz de demostrarle lo que me pidió, sé que ante los ojos de otros hombres no soy valorada por lo que me dedico, pero tengo orgullo y es más poderoso que cualquier otra cosa.—Ya les dije, señores que su amigo no es tan santo como les hace creer, al parecer tuvo un pasado bastante involucrado con mujeres y ahora no sé si está fingiendo o realmente cambió— les explicó a los que me contrataron.—Es imposible, duquesa, somos amigos desde hace años y n
AmirUna de las emociones que más detesto son los celos, un sentimiento que me hace ser diferente al Amir que soy para convertirme en un Amir que nadie quisiera conocer, el autocontrol es uno de los factores que más control tengo, pero descubrí que con esta mujer no soy quien quiero ser.—Cada quien lo lleva a cabo a su manera y para llamar su atención tenía que presentarme con otro hombre, pues bien aquí estoy.—¿Y dónde quedó tu valor?—El valor no lo es todo, señor Amir. Hay cosas que son más fuertes que mantener la dignidad— aclaró ella.Sus palabras estaba