Manuel

_ abuela, ¿por qué invitaste a tantas personas?

_ ¿de qué hablas? Son solamente nuestras amistades, y también las de tu esposa.

¡Mierda!

_ ¿me permite bailar con el novio? _ murmuro una de las tantas invitadas que me tuvo entre sus piernas

_ ¡por supuesto! _ respondió mi abuela, alejándose y yo quede acorralado.

_ ¡felicitaciones! _ se acercó demasiado y alejé su cuerpo unos centímetros. Me miró de forma coqueta. Nunca hizo esto ¿por qué ahora?

_ gracias _ dije sin mostrar emociones, no es que sintiera nada por ella. Por ninguna en realidad.

_ Jamás me casaré, no quiero nada serio.. Acaso esas palabras eran mentiras

_ creí dejar clara nuestra relación.. Tú estabas de acuerdo

_ lo hiciste; sin embargo, tu forma de hacerme el amor.. _ su mano baja por mi pecho. La tomé con sutileza colocándole en mi hombro. El maldito vals no tenía fin

_ era sexo, nada más que eso.

_ entonces no debiste esforzarte tanto

_ disculpa _ célebre por la interrupción hasta que reconocí su voz. Era