Narra Leah♥—Leah, no quiero que hables con nadie durante la fiesta.Asiento hacia mí madre y miro a mi hermana gemela sonreír. Con ganas de llorar bajo la cabeza y paso por su lado para meterme en el coche. Mi padre le da instrucciones a nuestro chofer para que nos lleve hasta la Casa Divinidad, en donde será la celebración de nuestro cumpleaños número 18.—Recuerda Lila, sonreír y saludar. —decía Laura, mi madre, mientras acariciaba los dorados risos de mi hermana—. Tienes que captar la atención de todos, en especial la de la Familia Castro, tu padre y yo hemos pensando en emparentar con ellos y quien mejor que tú para ganarse el corazón de su hijo mayor, Horacio.Mire de reojo a mi hermana y puso los ojos en blanco. La idea de coquetearle a Horacio nunca le ha parecido la mej
Narra Leah♥Su gruesa y profunda voz empeoro mi situación.—Lo intento.—Cierra los ojos.Alce la barbilla para mirarlo.—Cierra los ojos —repitió dando dos pasos hacia mí. Miro a todos los lados—. Estamos solos. Obedece.Eche un vistazo a mi alrededor y si estábamos completamente solos. Me ahogue, eso tampoco ayudaba. Nunca había estado sola con alguien del género opuesto y la sensación no me gustaba. Comencé a sudar su cercanía me hacía tambalear y sentir cosas extrañas en mi estómago.—¿Para qué? —jadee.—Te enseñare un truco para que manejes tu respiración.Su voz sonó seductora. Mis piernas temblaron. Era una de
Narra Leah♥Si, me habian traicionado.Después de siete horas en carretera, llegamos a un lugar terrorífico, cuyas cercas metálicas estaban cubiertas por la neblina. Los oficiales que me acompañaban se miraron entre sí y luego al frente. Varias mujeres aparecieron con armas y les indicaron que pasaran. Una reja alta de metal se abrió y el coche siguió su curso. Tenía la vejiga llena y aunque ya les había pedido el favor a los oficiales de llevarme algún baño o que se detuvieran en la orilla de la carretera lo volví a hacer.—De verdad tengo que ir al baño.Error.Sentí una corriente eléctrica invadir todo mi cuerpo y después
Narra Leah♥Seis meses después, el juez dictó sentencia y fui declarada culpable. En mi estadía en la sede principal del Lado Correcto, mi padre se había encargado de suministrarme todos mis medicamentos. Por un mes me negué a tomarlos ya que no quería seguir con el proceso. Pero luego recibí una visita que termino por hacerme rendir completamente.Mi madre se sentó en la silla metálica que esta frente a mí en la celda de castigo y como siempre su rostro no expresaba ni el mínimo de compasión por verme en aquella situación. Ciertamente estaba sucia y mi semblante verdoso. El encierro no me hacia bien y la falta de suministro de hierro me hac&iacut
Narra Leah♥—Quiero que enciendan todas las luces.La orden fue fuerte y clara, sin embargo, nadie se movió.—Beatriz, enciende las luces. —Volvió a ordenar aquella voz fuerte y firme.
Narra Leah♥No, no. Ni loca me voy a acercar. He tenido suficiente por este día.Ignorando se ceña me levanté y caminé lejos de aquel galpón. Mi estómago rugió en protesta y suspire. Tengo que alimentarme. Viendo otras posibilidades que no fuera correr el riesgo de morir envenenada por aquella sopa verde, me rendí. Este lugar es como un desierto, caluroso, grande y muy desalentador.Me siento mal por Becky, quizás mis irrespetuosas preguntas le afectaron. Más tarde me disculparía, ahora solo me importa una sola cosa, y es pensar en lo que hare durante mi estadía en este lugar.Solo son dos años, Leah ¿Qué tan difícil puede ser?Fingir ser Lila, no es una cosa de otro mundo, solo debo actuar como tonta y coquetear con todo lo que respire. ¡Ay, por Dios! Esto será más dif&ia
Narra Leah♥—¿Y a ti que te paso?Becky busco debajo de su cama una toalla y me la paso. Temblé por el frio y traté de no mirar ninguna parte de mi cuerpo. Estoy cubierta de lodo, estiércol y no sé qué más sustancias que había en el maldito pozo en el cual Gabriel me obligo a entrar para buscar su moneda de la suerte, que se cayó por "accidente".—No puedo más, Becky. —dije sollozando—. Todo esto es demasiado para mí. Debí contarle a Santiago la verdad y no hacerle creer que soy Lila; él me reconoció, Becky. Supo quién soy y me ofreció su ayuda. Debí confiar en él y decírselo. Ahora me arrepiento. No quiero estar aq
Narrador Omnisciente♥Leah temblo debajo de Gabriel. No sabia que estaba pasando, pero él divetido con su juego, solto risas. Su espalda estaba pegada encima del cesped y aprovecho para priesionarla más. Y luego rodo sobre su espalda para quedarse mirando el cielo.Unos minutos pasaron.Y Gabriel cerro sus ojos para dejarla hablar.—Estás loco.Gabriel sonrio y nego con su cabeza. Leah gruño de indignación al no saber que estaba pasando.<