—No te preocupes, cariño, a partir de ahora las cosas van a ser diferentes.—Gracias.—Por nada, amor. —Gira hacia las dos doncellas que están paradas frente a ellos con la cabeza gacha—. Por favor, lleven a la señorita Mia a mis aposentos y asegúrense de atenderla como es debido. Denle todo lo que quiera, ¿entendido?—Sí, Alfa Ace —responden las dos sirvientas al unísono.—¿A tu dormitorio? —cuestiona Mia estupefacta, y él sonríe mientras se da vuelta para mirarla una vez más. La expresión de su rostro no tiene precio y no tiene idea de cuánto lucha contra las ganas de reír.Por supuesto que estará en su dormitorio. La ha esperado todos estos años y ahora que la ha encontrado no hay forma de que la deje quedarse en otro dormitorio que no sea el suyo.¡De ninguna manera!—Sí, amor. Ahora ve con las sirvientas. Me reuniré contigo en breve.—Bien. Hasta luego.—Sí. —Le da un beso más en la frente antes de que se vaya con las criadas.Se queda de pie y la contempla hasta que su figura de
—Sí. —Responde Alfa Ace secamente.—¿Cómo reaccionó Mia cuando te vio por primera vez?—Bueno, simplemente normal. Quiero decir, incluso pareció sorprendida cuando le dije que éramos destinados a estar juntos por la diosa luna. Se veía tan estupefacta, y eso me desconcertó porque se suponía que lo supiera a primera vista.—¡Exactamente! —Da dos pasos hacia él—. Sin embargo, Soraya lo supo a primera vista, incluso pronunciaron la palabra «compañero» al unísono. Dijiste que su olor era mucho más fuerte que el de Mia. ¿Es así?—Sí. —Asiente mientras trata de entender a dónde quiere llegar con todos estos detalles.—Y tu lobo cantaba la palabra «compañera» una y otra vez.—Él hace eso cada vez que la veo.—Alfa Ace, hay una laguna en toda esta farsa, y si no la encuentras y tomas las decisiones ahora mismo, vivirás una gran mentira, que te destruirá en el futuro.—Yo…—Soy tu amigo y beta, y es mi deber decirte la verdad sin importar lo absurda que sea. Suficiente ejemplo lo que le tocó v
Soraya siente una gota de sudor resbalándose por su mejilla y su corazón empieza a latir con fuerza en su pecho.La han pillado vagando por ahí.¿Qué va a pasar ahora?—Te he hecho una pregunta —la voz se escucha de nuevo.Esta vez se arma de valor y se gira para enfrentar a su opresor, que resulta ser un guardia del castillo.—Yo… soy en realidad… Yo… —balbucea por el nerviosismo.—Vuelve al dormitorio —le ordena.Soraya asiente con suavidad y vuelve al dormitorio.—Si sabes lo que te conviene, no salgas de este dormitorio de nuevo, porque perderás toda esta comodidad y acabarás en el calabozo —le advierte.Al oír sobre la mazmorra, el miedo se apodera de ella. Sabia lo terrible que era estar en una mazmorra. No le gustaría que la encerraran allí.—Prometo no volver a salir nunca más. Pero, por favor, ¿puedes decirle al alfa Ace que me gustaría hablar con él? Es muy importante. Por favor —le suplica, y el chico asiente con la cabeza antes de cerrarle la puerta en la cara.Todavía no
—¿Cómo está? —cuestiona Beta Nicolás en cuanto entra a la oficina de su Alfa.En realidad, le sorprende verlo allí. Habían quedado en volver a encontrarse durante la cena.—¿De qué estás hablando?—Soraya, por supuesto. Me dijeron que la encontraron vagando por el pasillo.El rumor, en efecto, se propagó como un reguero de pólvora.—Ah, sí. Por supuesto que te lo han dicho. Ella está bien. De hecho, ahora está durmiendo.—Ya veo…—Simplemente no quiero que cause ninguna conmoción entre los guardias solteros.—Sí, no querríamos eso.—Pero entonces… ¿por qué esto se siente mal?—¿Qué te pasa? —pregunta preocupado, y Ace deja escapar un suspiro exasperado.—Yo queriendo entregársela a King Lycan. No sé por qué, pero después de todo lo que me has explicado siento que… No, lo que estoy haciendo es lo correcto. Es su feromona de ladrona la que me hace pensar todas estas cosas.De verdad tiene que dejar de acercarse demasiado a esa chica. Nubla su juicio. Sus feromonas lo hacen decir cosas q
—Gracias, amor. Muchas gracias.—Por nada. —Rompe el contacto y se acerca a la cama—. ¿Cómo estuvo tu día?—Todavía no ha terminado, pero estoy exhausto. Los acontecimientos que han ocurrido hoy son abrumadores. En este momento, me vendría bien una siesta.—Lamento eso.—No es nada, amor. Ya me he acostumbrado. Solo necesito un poco de descanso y volveré a la normalidad.—Está bien. Pero antes de que descanses, ¿puedo hacerte una pregunta?—Sí, continúa. Ella se levanta de la cama y camina hacia él.—Entonces, me preguntaba, ahora que estamos aquí, con mi hermana, ¿cuándo piensas entregársela a King Lycan? —inquiere con calma.Ace deja escapar un profundo suspiro y se masajea la frente.Ya no está tan seguro de eso. La conversación que mantuvo con Nicolás hace un tiempo le tocó la fibra sensible. Tiene razón: todo eso es injusto para Soraya.Va a tomarse las cosas con calma. Solo se la va a dar cuando ella esté tranquila y el rey alfa supremo le dé paso libre.—Bueno, cariño, lo har
—¿Qué está pasando aquí? —la pregunta sale volando de la boca de Alfa Ace en el momento en que entra y ve a Mia agarrándose ambas mejillas. Parece que está a punto de estallar en lágrimas.Escuchó el sonido de un golpe cuando abrió la puerta. Ahora que está en esta habitación y mira a las dos chicas entiende lo que pasó.Soraya acaba de darle una bofetada a Mia.¡Qué audacia la de esa chica!Siente un gruñido moldearse en su garganta mientras se acerca a ambas chicas.—¿Qué crees que estás haciendo? —le pregunta Ander desde dentro, y Ace se detiene en seco.—¿No puedes ver que la ladrona acaba de lastimar a nuestra compañera? —responde en su mente, y Ander deja escapar un gruñido enojado.—Mia no es nuestra compañera. Te lo advierto, Ace, ¡no lastimes a nuestra compañera Soraya! ¡No te atrevas! —le advierte, y él lo deja fuera de inmediato, sin pensarlo dos veces.Entiende por qué actúa de esa manera si lobo. Todo se debe a la feromona de la ladrona de Soraya. Le hace decir cosas que
Soraya no sabe cuánto tiempo se ha permitido aliviar algo del dolor que atormenta a su alma llorando, pero sabe que ha llorado más de lo que puede. Sus glándulas lacrimales deben estar agotadas y su corazón late con fuerza. Ni siquiera quiere hablar de lo que pasa en su pecho en ese instante. Su corazón, en definitiva, va a dejar de latir pronto.¡Ver al alfa Ace comportarse como un tonto hechizado es desgarrador!Muere diez veces cada vez que se pone del lado de Mia en una discusión. No tiene idea del tipo de persona que es Mia. Ella es manipuladora y mala. La odia hasta la médula y hará todo lo que esté a su alcance para hacerle la vida imposible. ¿Por qué no puede verlo?Sabe que Mia es una chica preciosa, pero eso no es razón suficiente para que él la elija en lugar de a ella.«¡Soy su compañera, por el amor de la diosa luna! ¿Por qué no puede aceptarlo?», pregunta al vacío en un suabe susurro que apenas es audible.Sinceramente, no cree que pueda vivir así.Pensó que estaría en p
Soraya ahora mismo estaba en un dilema. No sabe si salir corriendo o quedarse y probar suerte para hacerle entender al alfa Ace que es su compañera. Es muy confuso. Ahora mismo se pondría a llorar, pero parece que sus glándulas lacrimales no funcionan bien. Lo único que puede hacer es darle demasiadas vueltas al asunto.Ya es de noche. El reloj de arena marca las siete. Espera poder dormir un poco, pero duda que lo consiga.Su vida es tan patética que la hace reír.Primero fue adoptada y criada por personas que no le mostraron amor ni rectitud. Luego fue rechazada por su pareja. Su propia pareja eligió estar con su hermana de crianza, la misma hermana que ayudó a hacer su vida miserable en el pasado. Jura que, si alguna vez las tornas cambian y tiene que vengarse de Mia, la matará con sus propias manos y no se arrepentirá.Ella es peor que un monstruo, y solo la diosa de la luna sabe cuánto la odia.El sonido de su puerta al abrirse la saca de sus pensamientos. Sus ojos se dirigen all