—¿Qué está pasando aquí? —la pregunta sale volando de la boca de Alfa Ace en el momento en que entra y ve a Mia agarrándose ambas mejillas. Parece que está a punto de estallar en lágrimas.Escuchó el sonido de un golpe cuando abrió la puerta. Ahora que está en esta habitación y mira a las dos chicas entiende lo que pasó.Soraya acaba de darle una bofetada a Mia.¡Qué audacia la de esa chica!Siente un gruñido moldearse en su garganta mientras se acerca a ambas chicas.—¿Qué crees que estás haciendo? —le pregunta Ander desde dentro, y Ace se detiene en seco.—¿No puedes ver que la ladrona acaba de lastimar a nuestra compañera? —responde en su mente, y Ander deja escapar un gruñido enojado.—Mia no es nuestra compañera. Te lo advierto, Ace, ¡no lastimes a nuestra compañera Soraya! ¡No te atrevas! —le advierte, y él lo deja fuera de inmediato, sin pensarlo dos veces.Entiende por qué actúa de esa manera si lobo. Todo se debe a la feromona de la ladrona de Soraya. Le hace decir cosas que
Soraya no sabe cuánto tiempo se ha permitido aliviar algo del dolor que atormenta a su alma llorando, pero sabe que ha llorado más de lo que puede. Sus glándulas lacrimales deben estar agotadas y su corazón late con fuerza. Ni siquiera quiere hablar de lo que pasa en su pecho en ese instante. Su corazón, en definitiva, va a dejar de latir pronto.¡Ver al alfa Ace comportarse como un tonto hechizado es desgarrador!Muere diez veces cada vez que se pone del lado de Mia en una discusión. No tiene idea del tipo de persona que es Mia. Ella es manipuladora y mala. La odia hasta la médula y hará todo lo que esté a su alcance para hacerle la vida imposible. ¿Por qué no puede verlo?Sabe que Mia es una chica preciosa, pero eso no es razón suficiente para que él la elija en lugar de a ella.«¡Soy su compañera, por el amor de la diosa luna! ¿Por qué no puede aceptarlo?», pregunta al vacío en un suabe susurro que apenas es audible.Sinceramente, no cree que pueda vivir así.Pensó que estaría en p
Soraya ahora mismo estaba en un dilema. No sabe si salir corriendo o quedarse y probar suerte para hacerle entender al alfa Ace que es su compañera. Es muy confuso. Ahora mismo se pondría a llorar, pero parece que sus glándulas lacrimales no funcionan bien. Lo único que puede hacer es darle demasiadas vueltas al asunto.Ya es de noche. El reloj de arena marca las siete. Espera poder dormir un poco, pero duda que lo consiga.Su vida es tan patética que la hace reír.Primero fue adoptada y criada por personas que no le mostraron amor ni rectitud. Luego fue rechazada por su pareja. Su propia pareja eligió estar con su hermana de crianza, la misma hermana que ayudó a hacer su vida miserable en el pasado. Jura que, si alguna vez las tornas cambian y tiene que vengarse de Mia, la matará con sus propias manos y no se arrepentirá.Ella es peor que un monstruo, y solo la diosa de la luna sabe cuánto la odia.El sonido de su puerta al abrirse la saca de sus pensamientos. Sus ojos se dirigen all
Cuando llegan al final del pasillo, se encuentran con un par de guardias patrullando, y en cuanto los ven, se apresuran a interrogarlos, pero en el momento en que ven a Mia todos se detienen en seco y se inclinan. Soraya pone los ojos en blanco con fuerza cuando ella sonríe con orgullo.—Me encantaría ver al antiguo beta.—Por aquí, luna —responde uno de los guardias, y los conduce por las escaleras.Soraya odia el hecho de que todos se dirijan a ella como luna. Mia no es su luna, es ella. Sin embargo, incluso si se lo dice no le creerán porque Mia ya ha jugado con todos.Tras subir la escalera, el guardia les abre paso hasta una puerta doble. Todo el vello de su cuerpo se eriza cuando se detiene ante ella y se gira para mirarlos.—Esta es la habitación. No se encuentra en un estado muy estable, por lo que será recomendable que solo entre la ladrona —aconseja.—No te preocupes, entraré con ella —propone Mia, y el guardia asiente con la cabeza mientras abre la puerta.—¡Mia, esto es un
Alfa Ace no sabe de quién son las lágrimas que lo hacen sentir miserable en ese instante, si las de Soraya o las de Mia. Las dos chicas lloran, y le duele el corazón, pero no tiene idea de quién es el dolor para que le duela el corazón.Estaba en su oficina firmando unos documentos cuando un dolor agudo recorrió su corazón. Podía sentir que su pareja era lastimada en algún lugar. De inmediato, un guardia irrumpió en su oficina, jadeante, y le dijo que las dos chicas habían ido a la habitación del antiguo beta, quien había sido destituido en su primer año de servicio cuando perdió a su pareja y fue remplazado con su actual beta. Abandonó lo que hacía y corrió allí para verlo con sus propios ojos.Lo que presenció le destrozó el corazón en un millón de pedazos.Kai iba a matarlas si no hubiera intervenido.¿En qué pensaban? ¿O en qué pensaba Soraya al llevar a su hermana allí?, reflexino para sua adentros Alfa Ace.—¡Está mintiendo! —se oye la voz sollozante de Soraya, y la mira con una
Frío.Vacío.Aterrador.Oscuro.Es fue lo mismo que sintio Soraya en la mazmorra de su manada. Esta es la segunda vez que la encierran en una mazmorra sin ningún motivo. No hizo de lo que la acusan, y por Mia. Una perra manipuladora, y jura que algún día se vengará de ella. Pagará por todo lo que le está haciendo en ese instante.Lo unico bueno allí, era que una sirvienta le habia llevado un brebaje para calmar el dolor.Está acurrucada en el frío suelo, con las rodillas pegadas al pecho, y casi se congelaba por la frialdad de la celda. Parecia como si la hubieran llevado a un lado especial de la mazmorra, porque está sola allí y tiene mucho miedo. Todo está oscuro y vacío, y le da una sensación extraña en el estómago.Cada vez que cierra los ojos lo único que le viene a la mente es la sonrisa de satisfacción que tenía Mia en su rostro cuando los guardias la sacaron del dormitorio.Ella tenía todo eso planeado.«¡Ella es una perra!».El sonido de pasos que se acercan a su celda la sac
—¡Llamen al curandero de la manada! —ruge Alfa Ace con ira cuando el sirviente que envió entra a su habitación.Parece que está tardando demasiado en llegar.Mia se ve muy débil y herida, y le duele el corazón verla así.Tanto Soraya como Kai se unieron para atacarla. Quién sabe qué habría pasado si no hubiera ido allí. Jura que hará que Soraya sea castigada. Hará que la castiguen tan severamente que la próxima vez que se le pase por la cabeza algo así lo olvidará al instante.—Bebé —la llama, y la sostiene entre sus brazos.Los moretones que tiene en sus mejillas se han curado gracias a su rápido potencial de curación, pero ella parece conmocionada por lo que acaba de suceder.Siente que la ira aumenta dentro de él y aprieta los puños a sus costados, así como los dientes, mientras trata de calmarse, porque, si deja que la ira se apodere de él, muchas cosas saldrán mal.A esa altura, espera que su lobo, Ander, también esté furioso, pero él está tranquilo y no le preocupa lo que acaba
Cuando Alfa Ace entra en las instalaciones de la mazmorra, Ander aparece en su mente en el momento en que el olor de la feromona de Soraya llena sus fosas nasales. Ace pone los ojos en blanco con fuerza. Hace esto todo el tiempo. Es una pena que no reaccione al olor de la feromona de su compañera, sino al de Soraya. ¿¡Qué clase de lobo alfa es!?Traza la celda de Soraya con la ayuda de su feromona, y cuando llega allí, algo le escuece el corazón al verla acurrucada en un lado oscuro de la habitación, con las rodillas abrazadas al pecho y la cabeza apoyada sobre ellas. Ella se ve miserable, y quiere sentir lástima, mas no después de lo que le hizo a Mia.—Soraya —la llama con voz tranquila pero firme, y ella levanta la cabeza al instante.Puede ver que viste una túnica grande que la mantiene abrigada y, por alguna extraña razón, quiere saber quién se la dio y por qué.—¿De quién es esa túnica? —pregunta con frialdad, y ella lo mira débil.—Del beta —responde con voz débil.El corazón d