—Consígueme una chica del burdel. Necesito que alguien le enseñe a Helen cómo satisfacerme en la cama —inmediatamente cambió de tema y se dirigió a su bar de vinos donde sacó una botella de vino y un vaso.Tatiana corrió hacia él. —¿¡No soy suficiente!? —ella preguntó de la nada.El rey se sirvió un trago de vino, lo tomó de un solo golpe, golpeó el vaso sobre la mesa antes de volverse para mirarla con ojos llameantes.—¿¡Qué!? —preguntó, mirándola con enojó.—¿¡No soy suficiente!? —repitió Tatiana, casi inaudible.Él sonrió siniestramente, se rió entre dientes y tomó otro trago de vino antes de mirarla de nuevo.—¿De dónde viene esto? —el arrugó las cejas imperceptiblemente.Tatiana reunió coraje para abrirle su corazón. No tenía idea de cómo tomaría él sus palabras, pero estaba dispuesta a dejarlas salir. Sabía que, si lo quería para ella, intimidar a Helen no sería la única salida. Ella también tuvo que abrirse camino en su mente, su conciencia y su corazón.—Cinco años, mi rey. H
Leer más